Crece la presión sobre el jefe de la policía de Uvalde tras la matanza

Crece la presión sobre el jefe de la policía de Uvalde tras la matanza

La policía texana reconoció el viernes que su respuesta a la matanza en el colegio de Uvalde pudo haber sido francamente más eficaz. En un clima de presión creciente, pasados cuatro días del asesinato de 19 niños y dos maestras a manos de un adolescente armado con un fusil semiautomático, la asunción de responsabilidades está cerca de cobrarse ya un primer nombre. Pedro Arredondo, el jefe de la policía del Distrito Escolar Independiente de Uvalde, el diminuto cuerpo de seguridad de la escuela, fue quien tomó la decisión de esperar más de una hora hasta la llegada de un equipo táctico especial. Una decisión calificada de “equivocada” por el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw, en una rueda de prensa tras la que acabó llorando. El gobernador, Greg Abbott, que en un primer momento cerró filas con los agentes, ha dicho ahora que no descarta el despido del jefe de la policía escolar.

Los detalles difundidos sobre la actuación policial han elevado la presión sobre las autoridades. Los familiares cuestionaron desde el principio la tardanza en la respuesta de la policía. Muchos padres se agolparon a la puerta de la escuela y fueron testigos de la estrategia de contención, más concentrada en proteger el perímetro para que los padres no entraran al recinto que de actuar directamente contra el agresor, que se encerró con llave en dos aulas interconectadas. No fue hasta pasada una hora que el equipo táctico especial abatió a Salvador Ramos, el adolescente de 18 años que perpetró la masacre.

El propio Abbott defendió en primera instancia el operativo policial como una “respuesta rápida” que evitó más muertes. El gobernador se vio, sin embargo, obligado a rectificar el viernes por la tarde tras conocer los pormenores de la intervención. En su segunda visita a Uvalde tras la tragedia, Abbott dijo sentirse “engañado” tras la primera versión de los hechos. “La información que me dieron resultó no ser precisa en su totalidad. Estoy completamente contrariado”, anunció tras suspender su presencia en la convención de la Asociación Nacional del Rifle, el mayor lobby de las armas, que este año se inauguró en la ciudad texana de Houston el viernes, tres días después del tiroteo de Uvalde.

Desde las 11.30 del fatídico martes, la policía recibió la primera alerta. A esa hora, prácticamente la misma a la que el agresor irrumpió en el colegio, varios profesores llamaron al teléfono de emergencia de la policía. La reconstrucción de los hechos anunciada por las autoridades confirmó además que las llamadas se fueron sucediendo por parte de algunos de los niños dentro de las aulas. Hasta cuatro llamadas llegaron desde el aula 112 por parte de la misma estudiante en un periodo de 13 minutos. En uno de los mensajes avisaba de que había “muchos muertos”. En otro, a las 12.16, que nueve estudiantes seguían con vida. Pese a las alertas, la decisión de la policía fue esperar todavía más de 40 minutos en intervenir, al presuponer que no había niños en riesgo. Una presupuesto que se ha demostrado trágicamente equivocado.

“Se pudieron haber salvado las vidas de más niños”, clama Adrian Alonzo, el tío de una de las niñas que murió en la masacre, Ellie García, de 10 años. En este pequeño pueblo, donde las familias deberían estar preparando el verano después de acabar las clases esta semana, los padres guardan, sin embargo, el duelo por la impensable pérdida de sus hijos. Pese a las críticas, en aumento hacia la actuación de las autoridades, Alonzo, un trabajador en una oficina pública de 38 años, prefiere mirar al futuro confiando en la policía. “Hay que apoyarles para que mejoren y que algo así no se vuelva a repetir nunca”, añade el tío.

El papel de Distrito Escolar Independiente de Uvalde, compuesto además de por el jefe de policía Arredondo, por un detective y cuatro agentes, todos ellos armados, está siendo revisado. El Gobierno de Texas aseguró en un primer momento que uno de estos policías fue el primer agente con el que tuvo contacto el tirador. Una versión que fue corregida a lo largo de los días. Hasta llegar a reconocer que 19 agentes estuvieron en el pasillo, con el agresor dentro de la clase, al otro lado de la puerta, durante unos 45 minutos.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.

Suscríbete

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región

About Author

WP2Social Auto Publish Powered By : XYZScripts.com
WP Radio
WP Radio
OFFLINE LIVE