Una emboscada a trabajadores forestales deja un muerto en la Araucanía chilena
A una semana de que el Gobierno de Gabriel Boric decretara un estado de emergencia “acotado” en región de La Araucanía y en dos provincias del Biobío, en el sur de Chile, una nueva jornada de violencia se ha vivido este martes en la zona de reclamo mapuche. En un lugar del país donde la demanda del pueblo originario por las tierras se ha complejizado en el tiempo con la explosión de otros delitos –como los cortes de ruta, el robo de madera, el narcotráfico, el alto poder de fuego y los atentados con víctimas fatales–, un grupo de encapuchados atacó por la mañana un autobús donde se trasladaban unos 30 trabajadores de la forestal Mininco, en el municipio de Lumaco. Hubo al menos tres heridos a bala y uno de ellos, precisamente un trabajador de 66 años de origen mapuche, ha muerto esta tarde, según ha confirmado la ministra del Interior, Izkia Siches. Mientras, una cincuentena de encapuchados atacó con armas de fuego una base de Carabineros que resguardaba un predio en la zona de Quidico.
“Mis sentidas condolencias a la familia y cercanos de Juan Segundo Catril Neculqueo, trabajador de 66 años y padre de cuatro hijos. No existe justificación alguna para una expresión de violencia de esta naturaleza. Vamos a llegar hasta el fondo, buscando dar con los responsables”, ha escrito Siches en las redes sociales esta tarde de martes.
Poco antes, había sido el propio presidente Boric el que se refirió a esta jornada trágica en la llamada Macrozona Sur. “No vamos a tolerar que la violencia se imponga como método de resolución de conflictos”, dijo el mandatario, que pese a las resistencias iniciales y las de parte de sus propias fuerzas políticas, la semana pasada tuvo que echar manos a los militares para que ayuden en el control de las carreteras de la zona y se mantenga la libre circulación.
“Hay algunos que creen que atentando contra el pueblo mismo pueden conseguir fines que, quizá, consideran nobles. Pero sepan que, si los medios no son nobles, los fines pierden ese objetivo”, ha señalado el mandatario de izquierdas en referencia a otros hechos de violencia de gran impacto que han ocurrido en las últimas horas en Chile, como la quema de autobuses por parte de estudiantes secundarios de establecimientos históricos de la capital.
En una actividad con la Gran Logia de Chile, Boric hizo mención al trabajador que, en ese momento, se encontraba en estado grave. “Arauco hoy día tiene una pena y esa pena se llama Segundo Catril Neculqueo, el nombre de un trabajador que hoy recibió un disparo en la cabeza, que está siendo operado y con quien quiero desde este espacio solemne, manifestar toda mi solidaridad y decir que nuestro deber más profundo es hacer algo muy básico: decir y repetir hasta el cansancio que la violencia no es el camino”.
A nombre del Gobierno, la ministra Siches rechazó los hechos de violencia ocurridos en la jornada, mientras anunció una querella criminal para investigar el ataque a los trabajadores en La Araucanía. “Es una víctima más de la violencia que impera en nuestro sur”, aseguró la médica que tiene a su cargo el orden y la seguridad. “En conjunto con el Ministerio Público, la fuerza de nuestras policías y nuestra Policía de Investigaciones esperamos seguir hasta el fondo estos hechos y buscar a los responsables para, efectivamente, hacer que el Estado de derecho llegue a todo el territorio nacional”, agregó la ministra.
Siches aprovechó su intervención desde La Moneda para “valorar” el trabajo que están realizando hace una semana las Fuerzas Armadas, “apoyando y cautelando las rutas para un despeje y un continuo abastecimiento y traslado por las distintas vías”, lo que “ha permitido liberar fuerzas de Carabineros para ir en prevención y control del orden público”, manifestó la jefa de Gabinete del Gobierno.
Tanto el presidente como la generación política que llegó a La Moneda hace poco más de dos meses fueron críticos desde la oposición ante la estrategia de decretar estados de excepción constitucional en La Araucanía y zonas aledañas, donde el conflicto por las tierras ancestrales se ha complejizado en los últimos años con la aparición de nuevos delitos. El derechista Sebastián Piñera, su antecesor en el cargo, envió a los militares en octubre de 2020, lo que fue renovado consecutivamente con la autorización del Parlamento.
Pero el presidente Boric, al llegar al poder, apostó por una nueva estrategia basada sobre todo en el diálogo político. La propia ministra Siches, en un hecho inédito en democracia, fue recibida con un atentado en la comunidad mapuche Temucuicui, en su primer viaje a la zona como líder del orden y de la seguridad. Pese a ello, el 26 de marzo comenzó la desescalada de la ocupación militar. Los consecutivos hechos de violencia, sin embargo, hicieron insostenible la apuesta de la nueva Administración de izquierda, por lo que la semana pasada debieron echar nuevamente mano a los uniformados para intentar controlar la violencia.
En La Araucanía y sus zonas vecinas la situación se enreda con las horas. Lo contaba esta tarde el alcalde de Lumaco, Richard Leonelli: “Estamos viviendo una situación muy angustiante”.
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