Féliz nunca jugó al fútbol y será pionero en Mundial
Helpys Raymundo Féliz Cuevas practicó taekwondo, sobresalió en béisbol, atletismo, baloncesto y hasta estudió mercadeo en Apec con una beca como nadador. El fútbol nunca lo jugó, sin embargo, esta disciplina lo flechó a los 21 años, pero fuera de las líneas del campo y en poco más de una década se prepara para tocar el cielo del deporte más popular del planeta.
El jueves, la FIFA anunció que Féliz, de 32 años, se convertía en el primer dominicano que era incluido en el cuerpo arbitral para una Copa del Mundo y entre noviembre y diciembre estará en la cita de Catar, el torneo donde Lionel Messi y Cristiano Ronaldo tendrían su última oportunidad de conquistar el codiciado torneo creado por el francés Jules Rimet en 1930.
“El miércoles me acosté tarde, hacía unos planes de entrenamientos. Hoy (ayer) me levanté tarde y no le sabría describir la emoción que sentí, es demasiado”, dice Féliz al télefono desde su hogar en Santo Domingo Este. “Mire, yo he sufrido demasiado, cosas que a veces uno no las tiene que decir, he sufrido bastante, creo que hoy estoy más feliz que mi apellido”, dice el hijo del ex senador por Pedernales Antonio “Toño” Féliz Pérez.
Será uno de 69 asistentes (jueces de líneas) que irán al emirato árabe. Habrá 36 árbitros y 24 en el videoarbitraje (VAR en inglés). Hay seis mujeres dentro de las ternas.
La noticia le llega seis meses después de que se decidiera a dejar el arbitraje, afectado por los golpes que da este oficio.
Féliz conoció el fútbol viendo a su madre, Victoria Cuevas Rodríguez (a quien define como su ángel, su sol) madrugando para seguir el Mundial de 2002 que coorganizaron Corea del Sur y Japón, pero no le interesó. Pero en 2010, ya en Apec, Roque García, a quien define como su tutor, le convenció de tomar un curso de iniciación de fútbol. Allí encendió la chispa de un motor que lo ha llevado ya por 29 países.
Entonces dio inicio a una carrera fulgurante que comenzó sobresaliendo en los torneos locales, que en 2019 lo llevó al Mundial sub-20 como primer dominicano a ese nivel y que disparó sus bonos con el desempeño del último año. Tan demandado han sido sus servicios con la bandera en los laterales que su calendario le ha impedido compaginar los empleos que consiguió como mercadólogo, carrera que puso en pare hasta que el arbitraje internacional llegue a su fin, a los 45 años.
Definición
Hace seis meses que Féliz iba dejar el arbitraje. Si bien ha tenido que sacar de abajo para desmontar el fantasma que le ha perseguido por no haber jugado, estaba tocado, aunque encontró quien le diera un buen consejo.
Entonces llegó una cadena de competencia, como trabajar en la Liga de Campeones de la Concacaf en octavos de final (el New England Revolution vs Pumas de UNAM en Boston a menos seis grados), cuartos de final (León vs Seattle Thunder en México) y, sobre todo, en la final en Seattle (Thunder vs Pumas) ante 68,741 personas.
“Creo que ese desempeño inclinó la balanza para que la dirección técnica de Concacaf mejorara la valoración y me recomendara. Estoy bastante consciente del peso que estoy asumiendo, de la importancia que dan en los países de gran tradición al trabajo de las ternas arbitrales”.
Es un trabajo que le exige unas condiciones físicas óptimas, además de la enorme presión para tomar las decisiones correctas en momentos en que las cámaras desnudan el más mínimo error. Llamar la posición adelantada lo define como la tarea más complicada.
“El fuera de juega, a parte de que generalmente termina anulando un gol o una posibilidad alta de un gol, también es subjetivo porque hay que interpretar muchas cosas en cuestión de segundos. Si hay interferencia, si hubo un rebote, un desvío, si una salvada, por eso es que el fútbol a nivel de arbitraje es la disciplina más difícil. A parte de aprender todas las reglas objetiva y subjetiva, ser un psicólogo para saber cuándo se necesita una amonestación hay que estar detrás de una pelota, que siempre corre más que nosotros. Los jugadores pueden pasar la bola entre ellos, nosotros tenemos que seguirla. Es un tema”, dice Féliz.