Licey se perdió de tener en sus líneas a dos de los mejores peloteros de las Águilas
Luis Polonia, la “Hormiga Atómica”, y “La Saeta” Miguel –Guelo- Diloné, fueron dos peloteros emblemáticos de las Águilas Cibaeñas en la pelota invernal dominicana, parte del equipo que le dio “cable, jibrica” a los Tigres del Licey.
Sabía usted que ambos jugadores estuvieron en los planes de los felinos azules y que incluso Diloné firmó contrato para jugar con el Licey, firma que fue anulada, debido el estelar ex pelotero aguilucho, no estuvo representado por su madre, quien tenía su tutela, al momento de plasmar, aceptando ser de ese equipo.
Polonia iba a pertenecer a Licey, pero no llegó a firmar. El que sí firmó originalmente con Licey fue Diloné, pero su contrato fue anulado.
— Luichy Sanchez (@LuichySanchez) January 26, 2021
Según narra Luichy Sánchez, al regresar al país como parte de una selección que representó a la República Dominicana en el exterior en el 1970, Robertico Díaz, representante de los Cardenales de San Luis, lo presentó ante el presidente de la Liga Profesional de Béisbol Dominicano, Manfredo Moore, donde es firmado y asignado a los azules.
Explica Sánchez que Papy Bisonó logró la anulación del contrato demostrando que la tutela de Diloné correspondía a su madre, por lo que el comisionado de béisbol de los Estados Unidos, anuló el acuerdo y declaró al pelotero elegible para ser firmado a partir del 14 de febrero del 1971, fecha en que los Piratas de Pittsburgh lo adquieren y es asignado a las Águilas Cibaeñas.
Luis Polonia le pidió a Monchín Pichardo que lo mandara a jugar para el Cibao, cuando fue llevado a la oficina de los azules, para firmar contrato para el béisbol profesional. (Fuente externa)
El caso de Polonia
La “Hormiga Atómica” fue fichado por los Atléticos de Oakland y asignado a los Tigres del Licey, conjunto que Polonia decía que era su preferido “cuando muchachito”.
Siempre de acuerdo con la versión de Sánchez, nos indica que es el propio Polonia, cuando llega a la oficina del Licey, que le plantea al extinto presidente de los felinos, Monchín Pichardo, que prefería jugar en Santiago y no en la capital, para estar más cerca de su familia.
Se encontró con la comprensión del presidente liceísta que no le insistió y le permitió que fueran las Águilas quienes lo ficharan para la pelota local.