Los palitos
Filósofo Vitrólico, ¡vaya 2020 y 2021 que llevamos! A golpes de pandemia moral, económica, sanitaria. Al pueblo le ha caído el sufrimiento, al Gobierno los palitos.
—Abimbaíto, en países subdesarrollados el cuello de botella que trastorna las iniciativas más lúcidas es la falta de capacidad de ejecución. Los planes y estrategias son óptimos. El mensaje que se transmite hacia las áreas encargadas de ponerlos en vigencia, no se interpreta bien y se ejecuta peor.
Usted echa la culpa a los mandos intermedios e inferiores. No sea injusto.
—Es el pan de cada día. Mandas a construir un anexo en tu casa y si no estás pendiente te ponen los bloques desalineados, la tubería al revés, el alambre eléctrico haciendo curvas, desafiando la armonía del universo. Las cosas se hacen para salir del paso.
Filósofo, ¿ocurre lo mismo en el gobierno?
—Existe la creencia de que lo público es de todos y de nadie, al mismo tiempo. Desde arriba se dictan normas. En los hechos se mediatizan. Un ejemplo es el tránsito en carreteras. Los vehículos pesados circulan como misiles a la izquierda y a la derecha, incontrolables.
¿Pasará lo mismo con la vacuna del covid?
— La reactivación de la economía va a depender de que esa vacuna sea administrada con eficiencia. Hay que preparar con meticulosidad los centros de vacunación, disponer con holgura de los recursos humanos capacitados e insumos necesarios, incorporar los centros y medios privados al esfuerzo colectivo, garantizar la cadena de frío, organizar a la población que va a recibir las dosis asignando los turnos por orden de riesgo y edad, y lograr que haya fluidez y simultaneidad. Es la acción de gobierno de mayor proyección para el año 2021.
Filósofo Vitriólico, yo creía que los pactos, eléctrico y fiscal, tenían la mayor prioridad. El cotorreo es intenso. ¿No son tan importantes?
—La prioridad absoluta es la vacuna contra el COVID-19, recibirla y aplicarla. Es la llave para la recuperación de la producción y del empleo. Eso no significa que el sistema de consecuencias y los pactos, no sean importantes. La justicia debe demostrar que se encuentra en proceso de regeneración. El pacto eléctrico se podría firmar o no, da lo mismo. Y del fiscal, hay que decir cosas.
Maestro, ¿qué habría que hacer en el sector eléctrico?
— Si la decisión me tocara a mí, optaría por reformar y sanear al mismo tiempo. Sacar las manos del Estado del fétido negocio eléctrico y concentrarlas en la regulación y supervisión. Propiciar una generación y comercialización eficiente y competitiva, con seguridad de suministro, reglas claras y estables que faciliten atraer inversiones. El resultado del manejo de empresas públicas ha sido acumulación de nóminas clientelares, subsidios ruinosos y corrupción amplia.
Y ¿cuál sería el contenido del pacto fiscal?
—Gran parte de los objetivos del pacto fiscal (equilibrar las finanzas públicas y darle sostenibilidad a la deuda) se conseguirían eliminando los subsidios generalizados que van al sector eléctrico, a fondo perdido, más de RD$50,000 millones en 2021. Aparte de que deberían realizarse (venderse) activos para desarmar la avidez de negocios trucados de pulpos insaciables.
Entonces, ¿la gran reforma fiscal es la reforma eléctrica?
— Es la eléctrica y la cuasifiscal, juntas. Podrían condicionarse los aportes del fisco al Banco Central a la ejecución de un programa de desmonte anual de sus títulos. Eso permitiría disminuir el impacto de la deuda cuasi fiscal y reducir las pérdidas del organismo monetario. Hay campo, además, para ampliar la base tributaria y otorgar incentivos a sectores con alta capacidad de creación de empleos y enlaces.
Maestro Vitriólico, ¿habría que ajustar la tarifa eléctrica?
—Si quieres apagones, procede controlar la tarifa y otorgar subsidios; si deseas luz confiable, apoyarse en el mercado y regularlo. El populismo eléctrico ha costado más de US$10,000 millones a este pueblo, tirados al zafacón de la vergüenza.
Usted no menciona lo social. ¿Acaso no le importa?
—Sí y mucho. Consolidar una seguridad social solidaria y robusta es la gran reforma pendiente, con el premio añadido de que modificaría la cultura política.
Es fácil decirlo. ¿Cómo hacerlo?
—Equiparando la cápita del segmento no contributivo en salud a la del contributivo para que el sistema sanitario pueda atender la demanda con igualdad. Otorgando pensiones dignas a los mayores de 70 años que califiquen. Y flexibilizando el mercado de trabajo para ampliar el segmento formal. Los recursos provendrían, sobretodo, de las canastas de ayuda social, reconducidos.
Filósofo, estos palitos son agrios, iluminan el entendimiento, ayudan a reflexionar.