El 11% de los chilenos no tiene suficiente comida, según el Latinobarómetro
Los chilenos enfrentan dificultades socioeconómicas, lo que se expresa en diferentes indicadores, entre ellos, la escasez de comida. De acuerdo al Latinobarómetro, la mayor encuestadora de América Latina, un 11% de los ciudadanos del país sudamericano aseguran no tener “suficiente comida para alimentarse”. “Ello, más allá de los indicadores de pobreza, muestra las desigualdades que hoy son intolerables en la realidad chilena. Otra dimensión no considerada y que forma parte de las razones del estallido social [de octubre de 2019]”, asegura el informe sobre Chile con que el sondeo conmemora sus 25 años y que se ha dado a conocer hoy desde la capital chilena, Santiago.
Cuando en 2011 se hizo la misma pregunta, un 19% decía no tener suficientes alimentos. Pero el índice se había reducido a un 7% en 2017. Fue en 2018 cuando volvió a dar el salto y un 13% declaró escasez de comida. De acuerdo con Marta Lagos, fundadora y directora ejecutiva de la corporación Latinobarómetro, “2018 fue el annus horriblis para América Latina, porque la región retrocedió hasta los niveles donde se encontraba en los años de la crisis asiática”, a fines de la década del noventa. “Ningún indicador de todos los medidos tuvo una evolución positiva y la caída de muchos llegaron a un mínimo histórico. Las instituciones cayeron en 2018 a su menor nivel de confianza en la región y la política a su mayor nivel de desencanto”, analiza Lagos.
Para la economista, la radiografía fue el antecedente inmediato de las movilizaciones sociales en diferentes países de la región y del 18 de octubre de 2019, cuando explotaron las revueltas en Chile que, según califica, ha sido “la peor crisis social de la historia del país”. Luego, en marzo de 2020, se desató la pandemia de la covid-19. “La escasez de comida es un problema permanente de la sociedad chilena, que ha sido ignorado en esta última década por la agenda informativa, la política pública y la política en general”, dice Lagos.
El informe presentado este lunes intenta explicar las razones del estallido que puso contra las cuerdas a la democracia chilena que, pese a todo, sigue siendo valorada por los ciudadanos. De acuerdo al sondeo –que incluye 1.200 entrevistas cara a cara entre los pasados 28 de octubre y el 26 de noviembre en todo el territorio (salvo en las islas), el apoyo a la democracia en Chile aumentó continuamente desde 2016: de un 54% a un 61% en la actualidad.
“Los chilenos quieren más democracia, reconocen el mal funcionamiento de la actual y quieren una nueva Constitución que permitan el mejor funcionamiento de una democracia verdadera”, asegura el sondeo en referencia al proceso constituyente que se desarrolla el país sudamericano y que el 11 de abril tendrá su siguiente hito, con la elección de los 155 ciudadanos que redactarán la nueva Constitución. “La pandemia ha reforzado la fe en la democracia en el país, aunque muchos creen lo opuesto”, concluye a encuesta, que presenta datos sobre Chile entre 1995 y 2020.
El informe, entre otros asuntos, pide a los ciudadanos autoclasificar su condición socioeconómica: 57% se declara de clase baja, un 39% de clase media y un 4% de clase alta. “La clase más numerosa en Chile no es la clase media, sino la baja. Y esto no es producto de la pandemia”, afirma la investigación. “Esta discrepancia entre el discurso público y la auto clasificación de clase social es otro de los desencuentros entre los que mandan y el ciudadano en general y está en el piso del estallido social de 2019”, dice la encuesta. De acuerdo con el sondeo, solo un 49% de la población recibe ayuda del Estado, por lo que los subsidios no llegarían a todos los desfavorecidos.
Que una de cada 10 personas en Chile no tenga suficiente comida, de acuerdo al Latinobarómetro, se suma a otro dato que revela “la precariedad que no está incorporada al discurso público”. El sondeo apunta a la inestabilidad laboral, porque la mitad de los encuestados (un 51%) se manifiesta “preocupado” por quedarse sin trabajo en los próximos meses. La encuesta asegura que no se trata de un efecto de la pandemia, porque el miedo al desempleo ya había aumentado en 2017 a un 50% y en 2018, antes de las revueltas y de la crisis sanitaria, había llegado al 51%, una cifra similar a la actual. “La inestabilidad laboral es causa y no consecuencia del estallido social”, asegura Lagos.
El sondeo se refiere, además, a la confianza en las instituciones de la democracia. Solo un 16% confía en el presidente, un 13% en el Congreso y un 7% en los partidos políticos.