Estados Unidos redobla las sanciones a Putin con la prohibición de importar petróleo ruso
La Administración de Joe Biden ha decidido prohibir la importación a Estados Unidos de petróleo ruso, según fuentes cercanas al Gobierno citadas por la prensa local. Esta decisión supone un paso adelante trascendental en la estrategia de sanciones que ha adoptado Occidente por la invasión de Ucrania. Washington adopta esta medida en solitario, ya que los aliados europeos han rechazado por el momento un castigo que supone un daño importante también a sus propias economías, mucho más dependientes que la estadounidense del crudo ruso.
Estados Unidos lleva días evaluando el embargo, un golpe letal para la economía del gigante euroasiático. El Congreso ha presionado al Gobierno en esa dirección, con una proyecto de ley de carácter bipartito que estaba previsto someter a votación esta semana. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, señaló el lunes que no se había tomado aún “ninguna decisión” y admitió que las implicaciones a un lado y otro del Atlántico no resultan iguales.
“Las importaciones rusas suponen alrededor de un tercio de todas las importaciones de petróleo de Europa”, apuntó. “En 2021, antes de la invasión, Estados Unidos importaba unos 700.000 barriles al día y los europeos unos 4,5 millones de barriles al día, así que somos muy conscientes de que las implicaciones serían muy diferentes para unos y otros”, subrayó.
La Casa Blanca planea anunciar este martes la medida, avanzada en primer lugar por la agencia Bloomberg, con una comparecencia de Biden a las 10.45 de la mañana (hora local). El mercado ya lleva días agitando por esta posibilidad. El domingo, el secretario de Estado, Antony Blinken, explicó en una entrevista televisiva que Estados Unidos estaba debatiendo “intensamente” con los socios europeos sobre este asunto, aunque Alemania aclaró el lunes que no pensaba vetar el petróleo. Aun así, el precio del gas y del oro negro se desbocaron.
Este martes, desde Tallin, Blinken ha emplazado a los países europeos a ganar autonomía energética respecto a Rusia. “Es imperativo que haya finalmente un movimiento para reducir esa dependencia”, ha subrayado el jefe de la diplomacia estadounidense.
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Para Estados Unidos, que vive la peor escalada de inflación en 40 años, la medida no resulta inocua, pues ese crudo ruso representa aun así el 10% de las importaciones y las repercusiones globales también pasan factura a las perspectivas de las empresas. El índice selectivo S&P de la Bolsa de Nueva York bajó el lunes un 3%, la peor caída desde octubre de 2020, lastrado por las perspectivas de un embargo.
Aun así, Biden llevaba semanas sintiendo la presión de legisladores republicanos y demócratas para que adoptara una medida que golpea el corazón de la economía de Rusia, que ha puesto a Europa ante una crisis inédita desde la Segunda Guerra Mundial.
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