Cierran un negocio porque vende waffles eróticos
A alguien en el Gobierno no le gusta la creatividad y lo consume el pudor en exceso.
A esa conclusión se debe llegar luego de que Pro Consumidor decidiera cerrar un negocio que vende waffles en forma de pene y de vagina por no cumplir con sus reglas.
Esgrime la agencia gubernamental que el negocio no tiene un libro de recomendaciones y permite la entrada de menores de edad.
Si bien el segundo punto puede ser entendido, lo cierto es que nadie se cree que esas hayan sido las razones para el cierre del local comercial.
De seguro alguien con acceso al poder se ofendió por la picaresca iniciativa y pidió que se cerrara el negocio, sin pensar que esta persona tiene derecho al libre comercio.
Habrá que preguntarse a cuántos sex-shops de la ciudad se les pide tener un libro de recomendaciones o los han cerrado por la entrada de menores de edad.
A quien haya dado la orden o tomado la iniciativa se le pasó la mano, tanto que el propio Pro Consumidor ha tenido que lanzar la rama de olivo y reparar el asunto.
El negocio sí debe tomar medidas y proteger a los menores, aunque me parece que los padres son los llamados a esa atención primaria.