Portugal desafía la ómicron y vota más que en 2019
El coronavirus ya no intimida a los portugueses. En las terceras votaciones celebradas en el país desde que se declaró la pandemia, la participación hasta el mediodía había crecido respecto a esas dos citas anteriores y también a las legislativas de 2009, 2011, 2015 y 2019, organizadas antes de la covid. Se constató con los datos del Ministerio del Interior: hasta el mediodía había votado el 23% frente al 18,8% de hace dos años y el 21,3% de 2009, que hasta ahora era la participación más alta de los últimos años. Pero también era la sensación entre las personas que trabajan en los colegios electorales, como Filipa Mesquita, una funcionaria de la junta de distrito de Campo de Ourique, en Lisboa, que supervisa el desarrollo de la votación ―a la que acuden empatados el primer ministro luso, el socialista António Costa, y el conservador Riu Rio― en el centro de educación secundaria Pedro Nunes, uno de los cuatro puntos del distrito donde se puede votar. “Hay más participación que en las presidenciales de 2021, que fueron las primeras con covid”, observa.
Los votantes son separados en filas para distribuirlos hacia cada una de las ocho secciones del instituto. Hay circuitos de entrada y salida. Además, no se permite el acceso al recinto sin mascarilla quirúrgica o FPP2. “Si la persona no tiene quirúrgica o FPP2, le facilitamos una quirúrgica”, explica Mesquita. Hasta las dos de la tarde todo se había desarrollado con normalidad. “Yo he votado siempre, también en las otras elecciones que ha habido durante la pandemia. Tomando las medidas de precaución no me ha dado miedo”, sostiene la jurista Joana Colhaço, de 36 años, a las puertas del colegio. No cree que las elecciones de este domingo vayan a transformar mucho el Parlamento, algo que ella desearía que ocurriera: “Dudo que haya mucho movimiento, pero mi generación, los que estamos entre los 30 y 40 años, estamos comprometidos con que se produzca un cambio necesario en el país”.
La polarización de la campaña, que ha trasladado el mensaje de que cada voto es crucial, ha movilizado más a la sociedad que el temor a un posible contagio a pesar del masivo impacto de la ómicron. Más de 1,2 millones de personas se encuentran en aislamiento (597.879 de ellos son infectados y los restantes, contactos de alto riesgo), muy por encima de las expectativas barajadas hace un mes (se esperaban unos 400.000). Los electores confinados por el virus han recibido una autorización oficial para salir a votar y se les ha recomendado que preferentemente lo hagan en la última hora de votación (a partir de las seis de la tarde, las siete hora española). En esa franja, el personal de las mesas electorales, explica Filipa Mesquita, podrá utilizar medidas de protección adicionales como batas y viseras.
En Portugal viven 10,34 millones de personas, pero este domingo pueden votar 10,89. La disparidad tiene una explicación histórica: más de millón y medio de portugueses residen en algún país extranjero. En total pueden participar en las elecciones legislativas de este domingo 1,55 millones de portugueses emigrados, lo que da idea del peso electoral que tiene la colonia del exterior en la composición de la Asamblea de la República. El país también concede el derecho de sufragio a los brasileños que residan en Portugal, en virtud del tratado entre ambos países, que otorga una recíproca igualdad de derechos políticos a sus ciudadanos.
La diáspora lusa por Europa equivale al 9% de la población que vive dentro del país, muy diezmado por emigraciones en el siglo XX y que en el XXI asiste a un nuevo éxodo demográfico, caracterizado esta vez por jóvenes formados que encuentran fuera mejores condiciones laborales. En Europa los emigrantes lusos se concentran sobre todo en Francia (414.000), Suiza (146.000) y el Reino Unido (141.000). En España, el censo electoral solo computa a 42.000. El país americano con más colonia portuguesa es Brasil, con 250.000.
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