Cómo discutir sanamente con la pareja
Las relaciones amorosas no solo están marcadas por los momentos felices: también hay conflictos y discusiones, que por lo general empiezan a surgir una vez agotada la fase de enamoramiento. Cómo se manejen esas diferencias es lo que determinará si las columnas que mantienen en pie esa relación empezarán a tambalear o si se fortalecerán.
Tal y como asegura la terapeuta sexual y de parejas Patria Santana (@psic.patriasantana), las discusiones de pareja son prácticamente inevitables. “En algún momento, a lo largo de la relación, tendrán lugar conflictos de intereses, de expectativas o malos entendidos”, dice.
Sin embargo, aclara que el problema no radica en discutir, sino en la forma en la que se hace. Si las partes que componen el vínculo amoroso no son capaces de regular sus emociones, sostiene la experta que ejerce en @lotuscentrointegral, una discusión podría no terminar en un acuerdo, que es lo que se busca.
“En los temas complejos suelen generarse las situaciones que causan un mayor malestar a las personas. En las relaciones de pareja estos temas pueden llevar al fin de la misma”, explica. La clave para no llegar a ese punto es ser asertivo al momento de tomar la iniciativa de conversar y, por más incómodo que parezca, comunicar las emociones y sentimientos respecto a lo que está pasando.
Según Santana, un error frecuente es medir la felicidad o estabilidad de una relación basándose en la cantidad de discusiones. Esto, porque muchas personas evitan discutir por diversas razones (miedo a la reacción de la pareja, poca facilidad para comunicar sus sentimientos, etc), pero en su interior tienen temas no resueltos que pueden generar sentimientos de apatía o resentimientos.
“Es irreal creer que no nos va a molestar nada de nuestra pareja, por lo que siempre aparecerán situaciones que puedan tornarse en conflictos”, externa. A eso añade que, desde su punto de vista, son más felices quienes pueden comunicarse libremente y llegar a conclusiones en la que ambas partes salgan beneficiadas.
Discutir no necesariamente implica gritos e insultos, sino conversar exponiendo los diferentes puntos de vista para llegar a un acuerdo. ¿Cómo discutir con la pareja de la manera más sana posible? Santana ofrece las siguientes recomendaciones:
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No discutas en el calor del momento, aunque muchas veces es inevitable. Cuando una persona está molesta, el cuerpo se llena de adrenalina, por lo que este se prepara para atacar. Lo recomendable es esperar a que ese enojo pase para discutir de forma calmada, incluso si tiene que tocarse el tema otro día.
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Ten claro cuál es el tema de la discusión. Si es sobre crianza, no debes mezclarlo con la limpieza, las finanzas o el perro. Un tema a la vez.
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No traigas a una discusión presente temas del pasado. Si queda algo de una discusión anterior que no se ha resuelto, es preferible retomarlo en otro momento.
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Sal un momento del lugar, ya sea a trotar, respirar aire fresco, gritarle a la almohada, escribir todo lo que se está sintiendo o poner una música relajante. Debes buscar lo que te ayude a disminuir esa adrenalina que corre por tu cuerpo.
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Una excelente idea, es hablar de temas delicados en ambientes neutrales y donde se hace más fácil controlar los impulsos; un café, por ejemplo.
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Habla por turnos, nunca interrumpas a tu pareja.
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Si la discusión es planificada, cada uno haga una lista de los temas a tratar y convérsenlos uno por uno.
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Habla en primera persona y de tus sentimientos sobre la situación, no echando culpas, sino desde el entendimiento y la comprensión.
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Se empático, trata de ponerte en el lugar de tu pareja y realmente trata de entender lo que puede estar sintiendo en ese momento. No solo escuches para responder, sino para entender.
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La discusión debe tener una finalidad, una solución, por así decirlo. Una recomendación es hacer una lluvia de ideas de las posibles soluciones y juntos elegir la más adecuada.
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Escribe una carta con los puntos de vista de ambos y léanla al otro en voz alta.
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Ten presente que son un equipo contra la situación, no uno contra el otro. Ganar una discusión te puede hacer sentir bien en el momento, pero al final esto va debilitando la relación.
¿Cuándo es necesario buscar ayuda profesional? A consideración de la experta, cuando no logran discutir de forma calmada ni llegar a la solución de la discusión, al igual que si las discusiones se han salido de control, con gritos, insultos o violencia de alguna índole.
“La terapia no solo ayuda facilitando soluciones adecuadas para ambos y favoreciendo el establecimiento de acuerdos, sino también provee técnicas de resolución de conflictos, de regulación emocional y de cómo discutir temas sensibles de forma adecuada”, concluye la experta.
«La finalidad no es ganar, es solucionar»Psicóloga clínica, terapeuta sexual y de parejas.