El eterno problema de las cárceles
Un recluso se graba en un vídeo y les cuenta a sus familiares que le pegaron un tiro y que se está muriendo. Las redes sociales corren las imágenes como la pólvora y el agredido identifica con claridad a su agresor.
En ese solo incidente, ocurrido en la cárcel de La Victoria, se ve todo tipo de irregularidad. Hay un recluso vestido de civil, que tienen un teléfono, ese teléfono tiene salida para el exterior y que, a su vez, recibió un balazo de otro preso que logró entrar un arma cargada a lo que supone es un recinto cerrado herméticamente a ese tipo de cosas.
Una vez más, La Victoria vuelve a llamar la atención por su mala fama y a dejar al descubierto el eterno problema de las cárceles en República Dominicana. El propio presidente Abinader ha reconocido que desde los penales se tejen complejas redes de delincuencia que deben ser cortadas de cuajo.
El problema estriba en que los motines y los malos manejos en las cárceles continúan porque son los propios oficiales del orden públicos los que propician y participan en todos esos andamiajes delictivos. Es cierto que toca limpiar la casa, pero recordemos que las cárceles son el reflejo de lo que vivimos afuera y esa es una realidad más compleja.