Polonia desmantela una banda que traficaba con migrantes desde Bielorrusia hasta Alemania
Las autoridades polacas, en colaboración con la Europol, han desarticulado una organización internacional que transportaba personas de forma ilegal, desde la frontera polaco-bielorrusa hasta Alemania. La Fiscalía Nacional polaca ha informado este viernes de que, desde el martes, 20 personas han sido detenidas acusadas de formar parte de esa banda criminal con base en Polonia y contactos en Alemania, cuyo fin era introducir a los migrantes irregulares en territorio polaco -país miembro de la Unión Europea- para conducirlos después a suelo alemán.
De acuerdo con la información facilitada por la oficina del fiscal de la ciudad de Zamosc (este de Polonia), desde que la organización comenzó a operar en septiembre de 2021, llegó a obtener 8,7 millones de euros, la mitad de los cuales fue a parar a los llamados “mensajeros”– personas encargadas de trasladar hasta Alemania a los migrantes–. Según las investigaciones del Ministerio Público polaco, la banda utilizaba como colaboradores a vecinos de pueblos polacos fronterizos con Bielorrusia, quienes les facilitaban información sobre la vigilancia policial a cambio de dinero.
Antes de ser trasladados a Alemania, y tras pagar entre 3.000 y 6.000 euros por persona, los migrantes eran llevados a pisos controlados por la banda en las ciudades polacas de Varsovia, Lodz, y Wroclaw. En el momento de su detención, los nueve responsables principales de la organización criminal tenían en su poder unos 140.000 euros en diferentes monedas.
Desde septiembre de 2021, un número indeterminado de personas, que la Guardia Fronteriza polaca calcula en más de 40.000, ha intentado cruzar de forma irregular a Polonia desde Bielorrusia. La crisis fue calificada por el Gobierno de Polonia como una “guerra híbrida”, instigada por el régimen del presidente Aleksandr Lukashenko desde el país vecino. Tras la afluencia de miles de migrantes en los confines entre los dos países, Varsovia declaró el estado de emergencia en su frontera con Bielorrusia desde octubre hasta diciembre de 2021, antes de reformar una ley para permitir al ministro de Interior extender indefinidamente las restricciones de acceso a la zona fronteriza sin necesidad de prorrogar esa medida extraordinaria. El país aún impide la entrada y el tránsito por la zona fronteriza a personas no residentes en las más de 200 poblaciones aledañas, un veto que ha hecho extensivo a periodistas y organizaciones humanitarias.
Esta situación ha provocado las críticas de organizaciones independientes, como Médicos sin Fronteras, que anunció hace unos días que dejará de operar allí debido a estas dificultades. Pese a ello, el Gobierno polaco mantiene desplegados unos 15.000 efectivos en la frontera y proyecta concluir a mediados de este año la construcción de un muro fronterizo de más de 200 kilómetros, equipado con medidas electrónicas de vigilancia, para impedir las infiltraciones de migrantes en situación irregular.
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