No basta enseñar molleros
Cada vez que prenden fuego a una goma en Haití, y no necesariamente en la frontera, el Ministerio de Defensa anuncia un refuerzo de las tropas en la zona.
La situación se da con frecuencia y como noticia ocupa la primera página de los periódicos nacionales, aunque no se conozcan propósitos ni intención.
Si meter miedo de este lado ni del otro, porque al final en ninguno provoca temor, pues cada cual sigue en lo propio.
No obstante, debe observarse con mayor atención y preocupación el fenómeno de las bandas. La exhibición de fuerza no debiera considerarse de manera tan ingenua.
Esos grupos armados constituyen una afrenta y no debiera permitirse esa burla, pues de simple trata de personas podría derivar en un negocio peor.
Como empezó en Haití.
El despliegue y posicionamiento de esos contingentes militares, que hasta ahora no se sabe para qué sirven, debieran mostrarse más ofensivos.
En capacidad para enfrentar pequeños desafíos que apuntan a mayores.
No valen los aumentos si no influyen ni disuaden a las turbamultas políticas que siembran el terror, y menos a los maleantes.
No basta enseñar molleros, conviene usarlos tácticamente.