Starmer se aferra a la inteligencia artificial para relanzar su promesa de crecimiento económico del Reino Unido
Desde que el Reino Unido puso en marcha el Brexit para “recuperar el control” —así rezaba el eslogan de los que defendían el divorcio de la UE—, los sucesivos Gobiernos británicos se afanan en averiguar qué quieren hacer con ese control recuperado. En definitiva, cuál es el lugar en un mundo cada vez más complejo de un país que ahora viaja solo. El nuevo primer ministro, Keir Starmer, atosigado por unos mercados que llevan más de una semana empujando al alza el precio de la deuda pública y cuestionando los planes de crecimiento del Ejecutivo laborista, ha lanzado este lunes un ambicioso plan para convertir la inteligencia artificial (IA) en el eje de una “década de renovación nacional”.
“La inteligencia artificial es hoy la principal fuerza transformadora del mundo. Estoy decidido a aprovecharla para dar lugar a una nueva era dorada de los servicios públicos. Y también a lograr que el Reino Unido sea el mejor lugar para poner en marcha o expandir empresas basadas en la IA. Ya sé que el crecimiento en esta área no puede ser liderado por el Gobierno, pero corresponde al Gobierno crear las condiciones necesarias para este desarrollo”, ha anunciado Starmer.
Hace poco más de un año, el entonces primer ministro británico, el conservador Rishi Sunak, también quiso aferrarse a la bandera de la IA. Organizó en Bletchley Park, la mansión de la campiña inglesa donde un equipo de especialistas descifró en la II Guerra Mundial los códigos de la máquina alemana Enigma, una cumbre internacional con la que pretendía liderar la cooperación de países y empresas para regular un sistema tecnológico cargado de promesas, pero también de amenazas.
Starmer ha abrazado la voluntad de su predecesor de asegurarse de que la IA es una herramienta segura, pero ha intentado presentar a la vez un enfoque más ambicioso. “No tengan la menor duda de que vamos a trabajar para que esta tecnología sea segura, pero no creo que ese sea el límite de la intervención del Estado, y ahí es donde discrepo del anterior Gobierno. No debemos centrarnos solo en la seguridad y dejar que el mercado haga el resto. Tenemos la obligación de hacer que la IA sea útil para la clase trabajadora, y no debemos simplemente esperar que lo sea. Esta es la competición global de nuestras vidas”, ha proclamado Starmer.
Supercomputadoras y menos regulación
El Gobierno de Starmer encargó al empresario y experto en IA Matt Clifford, que ya había puesto en marcha el año pasado el Instituto para la Seguridad en la IA, el diseño de un plan de acción ante las oportunidades de la inteligencia artificial. Downing Street ha decidido asumir como compromisos políticos propios las cincuenta recomendaciones presentadas por Clifford, quien pasará además a incorporarse como asesor al Ejecutivo laborista.
Las nuevas medidas anunciadas incluyen una relajación de la normativa de planificación urbanística en las llamadas Zonas de Crecimiento de la IA, donde las nuevas empresas quieran instalares, con licencias aceleradas de construcción y acceso a todas las fuentes de energía o suministro de agua que necesiten los nuevos centros. El primero de ellos se desarrollará en la localidad de Culham.
Starmer se ha comprometido a multiplicar por 20 en 2030 la capacidad de procesamiento de “supercomputadoras públicas”, y a crear una Biblioteca Nacional de Datos que custodie y facilite el acceso de datos e información pública para el desarrollo de sistemas de IA.
Uno de los principales compromisos políticos del nuevo Gobierno laborista del Reino Unido es la revitalización del Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés), que se encuentra muy deteriorado después de 14 años de austeridad impuestos por los conservadores. Desde una mejor gestión de las listas de espera, un adelanto de las revisiones necesarias en algunos pacientes o la detección rápida de algunos síntomas, la IA es la principal apuesta para revertir el deterioro de la sanidad pública británica. Del mismo modo que puede servir para eliminar la carga administrativa y burocrática que desborda a muchos profesores de la educación pública, o para el mantenimiento y reparación de las deterioradas carreteras del Reino Unido.
La necesidad de crecimiento
Starmer es el quinto primer ministro del Reino Unido que se apropia de la bandera de la IA para intentar resucitar la economía de un país que arrastra una década de crecimiento endeble y de baja productividad, agravado además por las consecuencias negativas del Brexit.
Se da la paradoja de que Sunak cerró su conferencia internacional de Bletchley Park en noviembre de 2023 con un diálogo mano a mano entre él y Elon Musk, que acudió a Londres para dar su respaldo a las pretensiones del Gobierno conservador de competir por el liderazgo en Europa en la carrera de la IA. Apenas un año después, el multimillonario empresario tecnológico ha decidido declarar la guerra al actual Gobierno laborista de Starmer.
El primer ministro ha tenido que dedicar la mitad del tiempo de la presentación de sus planes para impulsar la inteligencia artificial a defender la política económica del Gobierno, y a proclamar la continuidad en el cargo de su ministra de Economía, Rachel Reeves, cada vez más cuestionada por los empresarios británicos y muchos analistas económicos.