Mapas | ¿Por qué Trump quiere comprar Groenlandia?
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha insistido en sus planes expansionistas para adquirir Groenlandia, incluso deslizando la posibilidad de hacerlo con presiones económicas y militares.
¿Por qué esa ambición? El territorio bajo control danés es un punto de interés geoestratégico, por razones de defensa, por sus rutas comerciales y por sus recursos naturales.
Trump ya había mostrado interés por comprar la isla en 2019, durante su anterior mandato. Volvió a esa idea en diciembre, y, de nuevo, esta semana, cuando aseguro que Estados Unidos necesita el territorio para garantizar su seguridad económica.
Groenlandia y Dinamarca han rechazado enérgicamente la propuesta de Trump. La primera ministra danesa subrayó que la isla no está a la venta, aunque reconoció que es posible que el territorio autónomo pueda buscar la independencia. En cualquier caso, insistió, el futuro de este territorio dependerá de sus residentes: “Mi punto de partida y el punto de partida del Gobierno son muy claros: que el futuro de Groenlandia se decide en Groenlandia”.
Además de su localización, otro atractivo de Groenlandia son sus recursos naturales. La isla es rica en minerales cada vez más demandados para nuevos usos tecnológicos, como el litio, el níquel, el cobalto y el cobre, usados, entre otros, en la fabricación de baterías eléctricas. La isla también cuenta con reservas de tierras raras, útiles, por ejemplo, para la producción de imanes permanentes, y que ahora mismo están controlados por China, que suministra el 90% global.
Hasta ahora, la minería ha sido limitada en la región. También la explotación de petróleo, que se restringió en 2021 para proteger el medio ambiente. Pero las reservas son conocidas: en 2019, Estados Unidos aseguró que en la isla existe sin explotar el equivalente a 31.400 millones de barriles de petróleo y gas, casi tanto como Nigeria, la mayor potencia energética de África actual.
Además, el calentamiento global multiplica el atractivo de la explotación de estos recursos, al igual que ocurría con las rutas marítimas. Conforme la temperatura asciende, y los hielos se funden, la extracción minera y petrolífera se puede facilitar. Según datos del Sea Ice Index, desde 1980 la extensión de hielo ártico se ha reducido un 13% en invierno y un 40% en verano.
Las otras ambiciones de Trump
El presidente electo también ha expresado su deseo de recobrar el control del canal de Panamá, que Estados Unidos ejerció en exclusiva durante 63 años (1914 a 1977).
Trump se quejó ante Panamá de los precios “exorbitantes” que cobra a las embarcaciones estadounidenses. También expresó su deseo de evitar que el paso caiga en las “manos equivocadas”, en referencia a China.
Las arremetidas de Trump también han ido contra sus dos socios comerciales de América del Norte. En el caso de México, ha denunciado repetidamente que “el país está controlado esencialmente por los cárteles de droga”, para reclamar que se cambie el nombre del Golfo de México a Golfo de América.
Aún más lejos ha ido Trump con su vecino del norte: ha fantaseado con que Canadá sea un estado más de los Estados Unidos. Si continúa siendo un país independiente, advirtió, se enfrentará a altos costos financieros.