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El “latigazo hidroclimático”, la sequía y el calor ceban los incendios de California

El “latigazo hidroclimático”, la sequía y el calor ceban los incendios de California

El cambio climático causado por las emisiones de los combustibles fósiles ha vuelto a registrar récords el año pasado y, tal y como advierten los científicos, impulsa fenómenos cada vez más extremos: lluvias torrenciales, olas de calor, sequías. Aunque es pronto para saber si los devastadores incendios de California se pueden atribuir directamente al calentamiento global —los estudios de atribución suelen tardar—, está claro que la crisis climática empeora este tipo de catástrofes en todo el mundo. Además, la situación californiana ejemplifica a la perfección el denominado “latigazo hidroclimático” que se da cada vez más en el planeta: cambios bruscos en las condiciones meteorológicas que favorecen estos inmensos fuegos.

“Acaba de publicarse el informe [del servicio europeo] Copernicus que demuestra que 2024 ha sido el año más cálido desde que hay registros. En general, un aumento de las temperaturas hace que el ambiente esté más cálido y más seco, lo que facilita que se den todas las condiciones para que los incendios sean más graves. El cambio climático está exacerbando los fenómenos extremos y los incendios cada vez más virulentos”, explica Mar Gómez, directora meteorólogica de Eltiempo.es y doctora en Ciencias Físicas.

El fuego se extiende este jueves por las viviendas de Altadena, en California.Maxar Technologies/AP/Lapresse

El meteorólogo Francisco Martín León —que trabajó 38 años en la Aemet y ahora divulga en Meteored— tercia: “La zona sufre ahora mismo un potente anticiclón situado en el interior de los EE UU continentales y una baja presión frente a la costa de California. Eso crea un gradiente de presión que hace que los vientos desciendan las montañas buscando la costa, lo que supone un calentamiento atroz y una aceleración creciente”.

Los vientos de Santa Ana o del Diablo suelen darse en la costa Oeste de octubre a febrero, aunque en esta ocasión son especialmente intensos. “Hay rachas de 100 kilómetros por hora, que son muy fuertes, pero se han dado picos de hasta 160, que se pueden considerar huracanados. En ese contexto, cualquier chispa, cualquier barbacoa, puede ser un elemento de ignición tremendo”, continúa León.

Menos habituales en esta época son el fuerte calor y la falta de lluvias, tal y como explica Gómez: “Ahora mismo, las temperaturas son inusualmente altas en el Estado. Además, suele llover algo a partir de octubre, pero este año no llueve desde julio y eso es anómalo, no ha habido época húmeda”. Y continúa: “Cuando surge un fuego, las condiciones para que se propague rápidamente son menos del 30% de humedad, más de 30 grados de temperatura y rachas de viento de más 30 kilómetros por hora; todas ellas se dan en California”.

El experto de Meteored apunta que a inicios de 2024 el Estado norteamericano vivió fuertes lluvias debido al fenómeno natural de El Niño, que favoreció el crecimiento de plantas y vegetación. “Pero desde julio se ha producido una fuerte sequía, con escasas lluvias, que ha permitido que las plantas se sequen, con lo que había una gran cantidad de plantas secas, que son combustible para los incendios, y unas condiciones meteorológicas excepcionales que favorecen la expansión de los fuegos”.

Un edificio quemado en Palisades, California.
Un edificio quemado en Palisades, California. Mike Blake (REUTERS)

León recuerda que “un fenómeno meteorológico no se puede achacar directamente al cambio climático, sino que hay que hacer estudios de atribución, con modelos numéricos para ver cómo de frecuente sería un fenómeno como este sin cambio climático”. Pero, en cualquier caso, “todo parece indicar que el cambio climático antropogénico está detrás, porque incita a periodos de sequías más largos, más calentamiento, y sistemas de bajas y altas presiones más intensas”.

Gómez coincide: “Sabemos que los incendios cada vez van a ser más potentes y más dañinos, esto entra dentro de las previsiones que los científicos climáticos llevamos años avisando”.

Un concepto que se está relacionando ahora con estos incendios de California es el de “latigazo hidroclimático”. Se refiere a los cambios rápidos entre un clima muy húmedo y otro peligrosamente seco, un fenómeno que está aumentando en todo el mundo, según un artículo publicado esta misma semana en Nature Reviews. El ejemplo de California está siendo utilizado para explicar en qué consiste: el invierno pasado fue extremadamente húmedo en las partes meridionales del estado, pero luego el verano trajo un récord de calor y el comienzo de la sequía. El resultado es mucha vegetación, que luego se seca y se convierte en combustible para los incendios forestales.

“El latigazo hidroclimático ya ha aumentado debido al calentamiento global, y un mayor calentamiento traerá consigo aumentos aún mayores”, ha asegurado Daniel Swain, climatólogo de la Universidad de California (UCLA) y autor principal de este estudio, que concluye que este fenómeno hidroclimático se ha incrementado a escala mundial entre un 31% y un 66% desde mediados del siglo XX.

Según los investigadores, el cambio climático antropogénico está provocando que haya más evaporación y agua en la atmósfera, liberando un 7% más de agua por cada grado Celsius que se calienta el planeta, y esto está estrechamente vinculado al latigazo hidroclimático.

“Esta secuencia de latigazos en California ha aumentado el riesgo de incendios por partida doble: en primer lugar, al aumentar enormemente el crecimiento de la hierba y la maleza inflamables en los meses previos a la temporada de incendios y, a continuación, al secarlas hasta niveles excepcionalmente altos con la sequedad y el calor extremos que siguieron”, concluye Swain.

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