La clase política de Canadá se une en el rechazo a las nuevas amenazas de Donald Trump
Justin Trudeau anunció este lunes que dejará el cargo de primer ministro y la jefatura de su partido. Sin embargo, el foco político se desplazó en cuestión de horas a Estados Unidos. Donald Trump lleva semanas declarando que Canadá debería ser el Estado 51 de la Unión Americana si no logra satisfacer sus exigencias en materia de seguridad fronteriza. Este martes, en una rueda de prensa en su mansión de Mar-a-Lago (Florida), insistió en sus planes expansionistas enfocados en Groenlandia y Panamá, en los que no descarta presiones militares o económicas. Pero también volvió a hacer referencia al territorio canadiense, lo que unió a la clase política del país vecino en contra de sus amenazas.
El magnate republicano, que volverá a ocupar la Casa Blanca el próximo 20 de enero, respondió a la pregunta de un reportero respecto a si contemplaba una intervención militar para la anexión de Canadá. Trump descartó dicha idea, pero subrayando que podría hacer uso de la “fuerza económica” para deshacerse de la frontera. “Sería mucho mejor para la seguridad nacional”, comentó, añadiendo que “Estados Unidos gasta cientos de miles de millones de dólares” anuales para proteger los límites entre ambos países, señalando que Canadá recibe dicha protección como un subsidio estadounidense.
Pocas horas después, el Gobierno canadiense lanzó su primera crítica a través de Mélanie Joly, ministra de Asuntos Exteriores. Joly afirmó desde su cuenta de X que los comentarios de Trump “muestran una total falta de comprensión de lo que hace de Canadá un país fuerte. Nuestra economía es fuerte. Nuestra gente es fuerte. Nunca retrocederemos ante las amenazas”. Justin Trudeau también respondió en redes sociales a las amenazas del próximo presidente estadounidense. “Jamás, no existe la más remota posibilidad que Canadá pase a formar parte de Estados Unidos. Los trabajadores y las comunidades de nuestros dos países se benefician de que seamos el mayor socio comercial y de seguridad el uno del otro”, escribió el premier canadiense.
Las fuerzas de oposición se sumaron al coro de críticas en contra de Trump. Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático, de tendencia socialdemócrata, expresó lo siguiente: “Basta de tonterías, Donald. Ningún canadiense quiere unirse a ti. Estamos orgullosos de ser canadienses. Orgullosos de cómo nos ayudamos los unos a los otros y defendemos nuestra nación. Tus ataques dañarán empleos en ambos lados de la frontera”.
Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, indicó por su parte: “Somos un gran país independiente. Gastamos miles de millones de dólares y perdimos cientos de vidas para ayudar al pueblo estadounidense a luchar contra Al Qaeda el 11 de septiembre.
Suministramos miles de millones de dólares de energía de alta calidad y totalmente fiable a Estados Unidos, muy por debajo de los precios del mercado. Compramos productos estadounidenses por valor de cientos de miles de millones de dólares”. Sin embargo, Poilievre no dejó pasar la oportunidad para criticar al Ejecutivo de Trudeau. “Nuestro débil y patético Gobierno liberal ha fracasado en hacer valer estos puntos obvios”, manifestó, agregando que luchará si descanso por Canadá cuando llegue al puesto de primer ministro. El líder conservador goza de una considerable ventaja en las encuestas de cara a las próximas elecciones.
Mientras tanto, Donald Trump prosigue con sus amenazas de imponer a canadienses y mexicanos un 25% de aranceles en caso de que no refuercen la seguridad en sus fronteras con Estados Unidos. Ottawa anunció el 17 de diciembre un plan por unos 900 millones de dólares estadounidenses para aumentar la seguridad fronteriza. Asimismo, Justin Trudeau sostendrá un encuentro con los primeros ministros provinciales el próximo 15 de enero para seguir discutiendo sobre la relación con Washington. Los vínculos con el país vecino inquietan sobremanera por los embates de Trump; también por la crisis política en la que se encuentra sumergido el Gobierno de Trudeau.