“Trump me va a indultar”: los asaltantes del Capitolio cantan victoria
Philip Sean Grillo participó el 6 de enero de 2021 en el asalto al Capitolio. Animó repetidamente a sus compañeros alborotadores a “cargar” mientras entraba en la sede del Congreso, y en un vídeo se le ve afirmando que estaba “asaltando” el Capitolio “para detener el robo” de las elecciones de 2020 a Donald Trump, que propagó ese bulo de que él había sido el verdadero ganador. Fue procesado por varios delitos y el mes pasado acudió a un juzgado federal de Washington a escuchar sentencia. El juez le condenó a un año de prisión y le envió a la cárcel. Tras escuchar su sentencia y mientras un guardia le esposaba, proclamó desafiante: “Trump me va a indultar de todas formas”.
Como Grillo, cientos de procesados y condenados por el asalto al Capitolio, cantan ahora victoria. Algunos de los que tienen restringidos sus movimientos por decisión judicial, como Christopher Belliveau, Cindy Young y William Pope, han pedido permisos especiales para poder asistir a Washington a la toma de posesión de Donald Trump como presidente el próximo 20 de enero. Para ellos, es un gran día. El líder por el que participaron en la revuelta no solo recupera el poder, sino que ha prometido indultos masivos para los condenados.
El cuarto aniversario del asalto al Capitolio, que hizo temblar los cimientos de la democracia estadounidense, llega marcado por el triunfo de Trump en las elecciones del pasado 5 de noviembre. Este 6 de enero, el Congreso certificará su victoria en las urnas, cuatro años después de que sus simpatizantes intentasen evitar que se proclamase vencedor a Joe Biden tras su victoria en las presidenciales de 2020.
Desde el primer mitin de su larga campaña, el que dio en Waco (Texas), en marzo de 2023, el republicano ha rendido homenaje a los insurrectos. Aquel día abrió el acto con la canción Justice for All (Justicia para todos), que mezcla un coro de insurrectos encarcelados que cantan el himno nacional (The Star-Spangled Banner, La bandera de estrellas) con el propio Trump recitando el juramento a la bandera, y se cierra con los presos coreando U-S-A. Mientras sonaba, las pantallas gigantes mostraban imágenes del 6 de enero de 2021.
Trump, que dijo que vio mucho “amor” el día del asalto al Capitolio, se ha referido una y otra vez a los insurrectos como “patriotas” y a los encarcelados, como “rehenes” o “presos políticos”. Frente a ese mensaje, el presidente, Joe Biden, y entonces aspirante a la reelección, aprovechaba el tercer aniversario del asalto, hace un año, para criticar a Trump por “glorificar”, en lugar de condenar, la violencia política y del riesgo que representaba para la democracia. La democracia, sin embargo, ha devuelto a Trump al poder.
El presidente electo ha prometido indultos masivos, aunque ha señalado que se estudiarán caso por caso. “Vamos a hacerlo muy deprisa, y va a empezar en la primera hora que llegue al cargo”, dijo el mes pasado en una entrevista en la revista Time, concretando luego de forma algo extraña que se ocuparía de ello “quizá en los primeros nueve minutos”. “Una gran mayoría no debería estar en la cárcel, y han sufrido gravemente”, añadió. El propio Trump ha eludido sus posibles responsabilidades penales al ser elegido presidente. Es, por así decirlo, el primer indultado: los votantes le han perdonado.
Según el Departamento de Justicia, más de 140 policías fueron agredidos el 6 de enero de 2021, entre ellos más de 80 de la Policía del Capitolio y más de 60 de la Policía Metropolitana. Cinco personas murieron ese día. El balance más reciente señala que se han presentado cargos contra 1.572 acusados. Hay 1.068 que han recibido sentencias por su actividad delictiva ese día, incluyendo 645 condenados a periodos de encarcelamiento y otros 145 condenados a los que se les ha permitido cumplir la totalidad de su condena en arresto domiciliario. Hay 133 sentencias en revisión después de que el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, decidiese en junio que el delito de obstrucción de un procedimiento oficial no es aplicable al asalto al Capitolio (pese a que obstruyó el procedimiento de certificación de la victoria de Biden).
La mayor condena han sido los 22 años de prisión a Enrique Tarrio, presidente de la milicia ultraderechista Proud Boys —o Muchachos Orgullosos—, declarado culpable de conspiración sediciosa. A su lugarteniente Ethan Nordean le cayeron 18 años, los mismos que a Stewart Rhodes, fundador y líder del grupo de extrema derecha Oath Keepers ―Guardianes del Juramento―, una especie de milicia paramilitar.
Está por ver si los condenados con penas más graves se benefician también de medidas de gracia de Trump. El juez Amit Mehta, que sentenció al líder de los Oath Keepers, mostró hace poco su preocupación el respecto. “La idea de que Stewart Rhodes pueda ser absuelto asusta y debería asustar a cualquiera que se preocupe por la democracia en este país”, declaró el 18 de diciembre en una vista en la que sentenció a otro miembro de la milicia.
Joyce Vance, investigadora del Brennan Center y profesora de la Universidad de Alabama, se muestra muy crítica con los posibles perdones presidenciales. “Si Trump indulta a los alborotadores del 6 de enero, estaría utilizando el derecho de gracia para borrar un ataque contra la Constitución y el país”, sostiene. “El regreso de los acusados del 6 de enero daría un espaldarazo a los grupos supremacistas blancos y de terror interno en los que muchos de ellos participaron antes de asaltar el Capitolio, y mermaría gravemente el efecto disuasorio de nuestras leyes contra futuras agresiones”, asegura. El indulto “pondría el sello presidencial a crímenes que van al corazón de un ataque a nuestra democracia”, argumenta. “Al anunciar su voluntad de indultar a las personas que le apoyaron antes que a la Constitución, Trump está enviando un mensaje a las personas con las que cuenta para que le apoyen esta vez: si le protegen, él cuidará de ellos. Es un mensaje digno de un aspirante a autoritario”, concluye en un artículo publicado esta semana.
Biden condecoró este jueves a Liz Cheney, la republicana que se significó en la comisión del Congreso que investigó el asalto al Capitolio, “por poner al pueblo estadounidense por encima del partido”. Pero la vuelta a la tortilla es tal que el equipo de Biden está estudiando si conceder a Cheney un indulto preventivo que la blinde de la persecución con que la amenazan los republicanos.
El veterano juez Royce Lamberth, que envió a Grillo a la cárcel hace un mes, era consciente de que Trump puede indultarle en breve. “Todos los presentes en esta sala, incluido el señor Grillo, son conscientes de que el presidente electo ha contemplado públicamente la posibilidad de indultar a las personas que participaron en los disturbios del Capitolio en varios momentos de su campaña. Este tribunal no tiene nada que decir sobre esa decisión. Cuando el presidente [Ronald] Reagan me nombró juez hace 37 años, juré cumplir las obligaciones que me incumbían de acuerdo con la Constitución de los Estados Unidos y he vivido cada día desde entonces de acuerdo con ese juramento”, argumentó. “Haré mi trabajo, como estoy obligado por juramento, y el presidente hará el suyo; así de simple”, sostuvo, antes de añadir: “Independientemente de lo que ocurra finalmente con los casos de los disturbios de la capital ya concluidos y aún pendientes, la verdadera historia de lo que ocurrió el 6 de enero de 2021 nunca cambiará”.
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