Billo Frómeta, el dominicano que unió Cuba y Venezuela con su música
Billo Frómeta, uno de los músicos más influyentes de América Latina, falleció el 5 de mayo de 1988, tras sufrir un derrame cerebral mientras dirigía la Orquesta Sinfónica de Venezuela en el Teatro Teresa Carreño.
Un reportaje publicado por la BBC Mundo destaca que Frómeta, nacido en República Dominicana, dejó una huella imborrable en la música latina, especialmente en Venezuela, donde su orquesta Billo‘s Caracas Boys se convirtió en un símbolo de la música tropical y popular.
Uno de sus últimos grandes logros ocurrió en ese concierto, cuando fusionó dos composiciones emblemáticas: el «Alma Llanera» y «El Manisero», en una actuación que sorprendió tanto a músicos como a público.
En una muestra de su genialidad, ambas piezas se entrelazaron armónicamente, creando una interpretación sinfónica impresionante. «Haber logrado que una pieza no chocara con la otra fue realmente impactante», recuerda Amable, hijo de Frómeta.
El amor que Frómeta sentía por Caracas y Venezuela era profundo. En 1937, tras un largo y arduo viaje desde República Dominicana, llegó a Venezuela con su grupo, la Santo Domingo Jazz Band, un nombre que cambiarían a «Billo‘s Happy Boys» a petición de los empresarios locales debido a la negativa que causaba el nombre vinculado al régimen de Trujillo.
Este fue el inicio de una carrera llena de éxitos y una relación especial con el pueblo venezolano, que lo acogió como propio.
Frómeta revolucionó la escena musical de Venezuela, trayendo con él nuevos géneros como el merengue, el son cubano y la guaracha. Fue una figura clave en la transición del país hacia una música más abierta y variada, al tiempo que ayudó a internacionalizar géneros como la cumbia y el porro colombianos.
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- A lo largo de su carrera, su orquesta se hizo famosa no solo por su virtuosismo, sino también por sus contagiosos ritmos de carnaval y su repertorio navideño que se convirtió en una tradición.
- Billo Frómeta, que comenzó como un joven apasionado por el jazz y la música popular, marcó un antes y un después en la música tropical de América Latina.
Tres décadas de su fallecimiento, su legado sigue vivo a través de las canciones que inmortalizó y de las generaciones de músicos y fanáticos que continúan disfrutando de su música. Frómeta, como él mismo decía, «encontró su verdadera personalidad en Venezuela«.