‘Asientos de primera fila para lo increíble’ en el mundo deportivo
Patrick Mahomes lanzó un pase decisivo para ganar el Super Bowl. Freddie Freeman conectó un grand slam crucial para definir un juego de la Serie Mundial. Lionel Messi se marchó al banquillo y miró desde ahí cómo la selección argentina le retribuía algo de lo mucho que ha hecho por ella.
Stephen Curry dijo «nuit, nuit» para ganar un título olímpico de baloncesto en París, Noah Lyles ganó oro en los 100 metros por el margen más pequeño posible y Sabrina Ionescu ganó un partido de las Finales de la WNBA con un disparo de 30 pies.
Dependiendo de a quién apoyara el aficionado, estos momentos lo hicieron celebrar o lo dejaron devastado.
Algunos fueron del tipo que nunca se había visto antes, de una buena manera: Shohei Ohtani, en la noche que inauguró el club 50-50 del béisbol, impulsó 10 carreras en una actuación para la historia. Otros momentos fueron inéditos por su impacto: Scottie Scheffler, el golfista número 1 del mundo, fue arrestado antes de la segunda ronda del Campeonato de la PGA y llevado esposado a la cárcel, donde comió un emparedado y comenzó a calentar para la hora de inicio del torneo, al que finalmente llegó.
Y quizá la mejor manera de describir lo que hubo, cuando todas estas cosas sucedieron, son las palabras que usó Sam Cosmi, guardia derecho de los Commanders de Washington, después de que su equipo venció a los Bears de Chicago con un pase de «Ave María»:
«Asientos en primera fila a algo asombroso», dijo.
El caos, el héroe lesionado y un nuevo título albiceleste
Con entrada o sin ésta, todos querían ver la final de la Copa América al caer aquella tarde calurosa de julio en Miami Gardens.
La Argentina multicampeona de Lionel Messi chocaba con la dinámica y talentosa Colombia. El agolpamiento de aficionados ante las puertas del Hard Rock Stadium y la posterior irrupción de una muchedumbre sin boleto derivaron en escenas de caos y violencia. Fue necesario posponer casi hora y media el pitazo inicial por razones de seguridad.
A la mitad del partido, Messi se convirtió en un espectador más, frustrado, en llanto y con una inflamación descomunal en el tobillo derecho.
Lautaro Martínez se encargó de cambiar esas lágrimas por una sonrisa radiante. Su gol en el segundo tiempo extra destrabó la tensa final y dio la victoria por 1-0 a la Albiceleste.
Messi y Argentina habían hilado cetros del certamen continental, para hacer juego en sus vitrinas con el título mundialista conquistado un año y medio antes en Qatar.
«Nuit nuit»
Stephen Curry, el superastro de los Warriors de Golden State famoso por su tiro certero, tuvo un debut olímpico memorable y se guardó lo mejor para el final. Encestó cuatro triples en los últimos minutos, cada uno más dramático que el anterior, para asegurar la victoria de Estados Unidos sobre Francia, el país anfitrión, y obtener el oro.
La celebración característica de Curry es conocida como «noche noche». Junta sus manos al lado de su cara, como si fuera hora de dormir.
A París, llevó camisetas que dejaban perfectamente claro a los franceses lo que eso significaba: Sí, el mensaje en las camisetas era «nuit nuit».
Final superlativo
Patrick Mahomes de Kansas City hizo algo que nadie había hecho nunca: lanzó un pase de touchdown que definió el Super Bowl en la última jugada.
San Francisco anotó un gol de campo en el comienzo de la prórroga del Super Bowl LVIII, y Mahomes tenía que recorrer 75 yardas para darle la vuelta al gran partido. Escapó ocho yardas en cuarta y 1 para mantener viva la ofensiva, una jugada enorme que probablemente muy pocos recuerdan.
Completó 8 de 8 pases en la prórroga, orquestando una ofensiva perfecta.
El broche de oro: un lanzamiento de 3 yardas a Mecole Hardman con 3 segundos restantes en el tiempo extra. Y los Chiefs hilaron su segundo título.
Pista olímpica
Cualquier competición en los Juegos Olímpicos marca un gran momento para alguien. Una vida de trabajo se ve coronada o frustrada, típicamente por un desempeño que se reduce a unos segundos.
Pero en París, algunos destacaron más que otros.
La holandesa Sifan Hassan festejó en la recta final del maratón para ganar su tercera medalla en carreras de fondo, ésta de oro. El estadounidense Cole Hocker se asemejó a Forrest Gump al salir de la nada para vencer a los dos favoritos en los 1.500 metros.
El punto culminante, por supuesto, fue la victoria de Noah Lyles por 0,005 segundos en los 100 metros. Estableció el tiempo más rápido de su vida y no tomó la delantera sino hasta el último instante, un final que incluso hizo que los comentaristas se equivocaran sobre quién había triunfado realmente.
Grandes swings
De los 346.000 swings realizados por bateadores en las Grandes Ligas este año, tres probablemente resaltaron más que el resto:
El de Freddie Freeman, primer grand slam que ha puesto fin a un juego de Serie Mundial en la historia y que dio a los Dodgers de los Ángeles un estupendo comienzo en el camino para vencer a los Yankees de Nueva York, conquistando el título.
El de Pete Alonso, quien salvó la temporada de los Mets de Nueva York con un jonrón para vencer a los Cerveceros de Milwaukee en el juego decisivo de una serie de comodines de la Liga Nacional.
Y el de Shohei Ohtani, en una noche como ninguna otra dentro de una temporada como ninguna otra. En Miami, el japonés inauguró el club de 50 jonrones y 50 robos de base, conectó tres jonrones, robó dos bases e impulsó 10 carreras en una noche en que bateó de 6-6.
El Final Four femenino
En este caso, el momento consta incluye tres partidos comenzando con los de Iowa-UConn y Carolina del Sur- N.C. State. Desde luego, la tercia se completa con la final Carolina del Sur-Iowa.
Quizás entonces no es un momento sino un movimiento.
El año sin precedente de Caitlin Clark, la carrera invicta de Carolina del Sur hacia el título nacional, el regreso de UConn al Final Four. Todo ello fue parte de un año emocionante para el baloncesto femenino.
La WNBA tuvo un enorme crecimiento, Clark, su novata del año, ayudó mucho a eso, y más ojos que nunca se posaron sobre esta liga.
Desde muy lejos
Max Strus de Cleveland vivió la fantasía de todo niño que ha jugado al basquetbol en su patio o garaje: abajo por uno, casi sin tiempo, un disparo largo en busca del milagro. Y así, dio a los Cavaliers una victoria de 121-119 sobre Dallas.
Pero el tiro decisivo del año fue el de Sabrina Ionescu., quien se merece una reverencia. Desde justo dentro del logo, su triple con un segundo restante dio al Liberty de Nueva York una victoria sobre las Lynx de Minnesota en el tercer partido de las Finales de la WNBA. El Liberty ganó posteriormente el título en cinco juegos.
El año de Scheffler
Scottie Scheffler, el golfista número 1 del mundo, tuvo un año de momentos, la mayoría de ellos grandes (nueve victorias en todo el mundo) y uno no tanto (el arresto en el Campeonato de la PGA).
Pero el momento distintivo de 2024 para Scheffler podría haber sido su llanto mientras escuchaba el himno nacional de Estados Unidos tras conquistar su medalla olímpica de oro en París. Remontó un déficit de seis golpes con una ronda final de 62 para subir a lo más alto del podio.
Saquon sube, sube y se va
Saquon Barkley corredor de los Eagles de Filadelfia, se valió de un giro y un salto en la misma jugada. El salto de 180 grados fue uno de los movimientos distintivos de 2024 en la NFL.
Hizo que una recepción de 14 yardas fuera inolvidable.
«La mejor jugada que he visto», consideró el entrenador de los Eagles, Nick Sirianni.
Plegaria escuchada
Lo llaman un «Ave María». Es el pase desesperado hacia la zona de anotación sin tiempo restante con el objetivo de ganar o al menos empatar un partido de la NFL.
Los Commanders de Wahington lo lograron contra los Bears de Chicago. Y el envío de Jayden Daniels se enmarcó entre las jugadas legendarias del equipo.
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El periodista de la AP, Luis Ruiz, contribuyó con este despacho desde Ciudad de México.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
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