La administración de Luis Abinader
Los médicos amenazaron con detener labores y fueron complacidos. La reforma fiscal provocó unos cuantos tiroteos y de inmediato la retiraron. Los maestros se opusieron al contrato de evaluación con la OEI y lo rescindieron. Educa le hizo unas críticas al Plan Decenal de Educación y ya será sometido a «consenso». Los fiscales se amotinaron y de inmediato recularon ante ellos. Los arroceros no quieren cumplir con el DR-Cafta y se decide protegerlos y no acatar la parte que toca del pacto.
¿Qué es lo que pasa con el Gobierno? Pues que están viviendo el efecto que en la política angloparlante llaman «lame duck«, que no es otra cosa que cuando un gobernante anuncia que no repetirá, nadie le hace caso y los oportunistas aprovechan las muestras de debilidad para sacar toda la ventaja posible. La administración de Luis Abinader da visos de convertirse en un «lame duck» clásico, gracias a su deseo de sostener unos niveles de popularidad que le serán difícil de mantener, a la fuerza que han comenzado a acumular diversos sectores que ven en ese deseo una oportunidad de salirse con la suya, y a la presión que ejercen los potenciales candidatos presidenciales del Partido Revolucionario Moderno (PRM), quienes batallarán con todas sus fuerzas para que la balanza se mueva a favor de sus intereses.
Abinader tiene que, en lugar de tratar de sostener su popularidad, usarla a su favor y girar sus decisiones contra el alto puntaje que le dejó su primer cuatrienio de gobierno. De no hacerlo, el Presidente se quedará sin la soga y sin la cabra, pues acabará con números muy impopulares y sin el legado de reformista que ha querido implantar. Su segundo y último periodo debe ser usado para cumplir con sus planes para el país, no para detenerlos. Eso implica que se buscará muchos enemigos dentro de su partido, que no pocos sectores lo combatirán y que tendrá que batallar a muerte para mover su agenda, pero es la única manera de conseguir lo que quiere, en un escenario dado a no complacerlo.
Sepa presidente Abinader que a usted el pueblo lo estima y le cree. Apueste a eso y conseguirá lo que quiere. Y en ese camino, a los que se le opongan, mal los veo.