Ucrania rechaza las presiones de los aliados para rebajar la edad de reclutamiento a los 18 años
La presión comenzó en privado, pero Estados Unidos ahora insiste abiertamente en la idea: Ucrania necesita más tropas en el frente que combatan al enemigo ruso. Para reclutar más soldados, Kiev debe considerar bajar la edad de alistamiento de los 25 a los 18 años, repiten. Ucrania responde que su problema no es de personal, sino de armas y entrenamiento. Como dijo el presidente, Volodímir Zelenski, en una intervención parlamentaria con motivo de los 1.000 días de guerra, el pasado 20 de noviembre: “Nuestro Estado no está preparando una rebaja de la edad de movilización”.
La movilización de los jóvenes es un asunto espinoso en una sociedad con una pirámide de población que se estrecha precisamente en esa franja de edad. El país mira, además, a esa generación como la esperanza para la reconstrucción de la posguerra. Lo dicen los políticos, pero lo expresaba también este jueves en una calle del centro de Kiev Oleksandr, un militar de 58 años —como todos los miembros del ejército no da su apellido por motivos de seguridad— con un puesto logístico: “Es evidente que en el frente falta gente, pero los jóvenes no deben ir a luchar; tienen que tener tiempo para formar familias, para tener los hijos que serán el futuro del país”.
“Se trata de decisiones muy difíciles, y lo comprendo y lo respeto plenamente”, declaró el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, en una entrevista con la agencia Reuters en la sede de la OTAN en Bruselas esta semana. “Muchos de nosotros creemos que es necesario incorporar a los jóvenes a la lucha. Ahora mismo, los jóvenes de 18 a 25 años no están”, insistió. Sin mencionar un grupo de edad concreto, el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, expresó la misma opinión: “Necesitamos, probablemente, más gente que se desplace a la línea del frente”.
Mijailo Podoliak, asesor de Zelenski, defendió este martes que el problema “está en la escasez de armas y en la formación del personal, no en el número de personas”. “Los que proponen este debate son, una vez más, los que deberían proporcionarnos el volumen adecuado de armas y no lo hacen”, criticó ante un grupo de medios europeos, entre ellos EL PAÍS, invitados a Ucrania por el Media Hub Your City, de Lviv. Mientras Rusia acumula recursos y avanza, los soldados ucranios no pueden más que sentarse en las trincheras porque carecen de proyectiles, misiles o drones, lamentó Podoliak.
“Por cada soldado que Ucrania movilice, nos comprometemos a asegurarnos de que tengan el entrenamiento y el equipamiento que necesiten para defender de forma eficaz el país”, aseguró Blinken. Unos días antes, Zelenski se había quejado también en una entrevista con Sky News de que los aliados solo habían equipado a 2,5 unidades de las 10 para las que habían pedido ayuda. “¿Cómo quieren que movilice a los jóvenes, [que] no saben a dónde ir, en qué brigada, con qué arma van a luchar?”, decía esta semana, según declaraciones recogidas por Kyiv Independent.
El ejército ucranio cuenta con un millón de militares, pero sus tropas de combate son inferiores a las rusas, están exhaustas y necesitan reemplazos para reponer las bajas y las deserciones. En abril, tras resistirse 10 meses, Zelenski aprobó una polémica ley que rebajaba la edad de reclutamiento de 27 a 25 años. Otras medidas contemplaban revisar las exenciones médicas o permitir que determinados presos sin delitos de sangre o de abuso sexual se alistasen. La campaña de reclutamiento tuvo tirón en verano, pero el ritmo de incorporaciones cayó en otoño.
Oleksii Melnik, codirector del Centro Razumkov de estudios de relaciones internacionales y política de seguridad, sostiene: “Mientras más joven sea el alumno, mejores posibilidades hay de entrenarlo al más alto nivel”. Este experto, con más de dos décadas de carrera militar, subraya, sin embargo, que “rebajar la edad de reclutamiento no resolverá los problemas”. “Parece que nuestros socios internacionales están buscando excusas para no enviar más armas”, lamenta.
Otro experto, Oleksandr V. Daniliuk, miembro asociado del Royal United Services Institute (RUSI), el mayor centro de análisis de defensa del Reino Unido, detalla que el problema de las tropas ucranias no es la edad del personal, sino la calidad de la movilización. “Cada vez más gente se da cuenta de que las Fuerzas Armadas de Ucrania están mal equipadas y, como se suele decir, si no tienes suficiente acero, tienes que compensarlo con sangre”, continúa.
Tropas rusas superiores
Las tropas rusas son superiores a las ucranias y han sabido buscar soluciones para incentivar la movilización, como salarios altos y contratos de corta duración. Ahora también han incorporado al menos 11.000 soldados norcoreanos y cientos de combatientes yemeníes. Si en 2022, cuando lanzaron la invasión a gran escala, Rusia contaba con algo menos de 200.000 soldados, ahora tiene 700.000, según Daniliuk. La correlación de fuerzas es de una a tres unidades rusas, pero además, cuentan con mejor y más armamento. De las 130 brigadas que tiene Ucrania, solo la mitad está mecanizada y tienen déficit de armamento y munición, añade.
Los menores de 25 años, considera este especialista, “son más una carga que una ventaja”, porque no son lo suficientemente maduros para la dureza del frente. “En la guerra moderna la resiliencia psicológica es muy importante, especialmente con un enemigo superior”.
Denis, un estudiante de Historia de la Universidad Nacional Taras Shevchenko, critica a Estados Unidos por sugerir que Ucrania rebaje la edad de reclutamiento como en la guerra de Vietnam. “Todos sabemos cómo acabó y los problemas de salud mental que tuvieron los soldados”, recuerda en la entrada del imponente edificio rojo de la universidad. “El problema no es la edad”, repite el joven de 20 años, como los expertos, “sino el sistema de movilización y la falta de entrenamiento adecuado; la gente tiene miedo a morir”. Con todo, él asegura que acudiría a la llamada del ejército llegado el momento. Una respuesta que también dan otros estudiantes consultados, que por ahora no tienen que enfrentarse a esa posibilidad.
Las historias sobre casos de corrupción, de gente que paga para evitar posiciones peligrosas en el frente o para poderse ir de vacaciones, se repiten. También el miedo a que la única salida del campo de batalla sea la muerte o la discapacidad. En la ley de abril no se incluyó la posibilidad, muy demandada, de que los soldados puedan desmovilizarse después de dos o tres años de servicio. Melnik, del Centro Razumkov, asegura que el Gobierno prepara una reforma que debería estar lista antes de fin de año para resolver este problema. “Pero la solución no es fácil”, advierte, porque “si los soldados que llevan luchando tres años se retiran, la cuestión es quién les va a reemplazar”.
Ucrania espera reclutar 160.000 nuevos soldados entre noviembre y febrero, lo que cubriría el 85% de las necesidades, según datos del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa citados por el diario Financial Times, que rebaja las cifras a 100.000 militares y un 50%, respectivamente. En los últimos meses, los vídeos y las historias sobre equipos de reclutamiento que se llevan por la fuerza a hombres en edad de servir —entre 25 y 60 años— han sembrado el pánico entre muchos varones de esa edad.
En paralelo, proliferan las estratagemas para librarse de la movilización forzosa, como los certificados médicos falsos y otros documentos amañados. Quien puede intenta marcharse del país. Algún joven asegura que tiene amigos que ya casi no salen de casa. Nikita, un repartidor de 24 años, cuenta que las temidas patrullas de reclutamiento han abordado a compañeros suyos mientras trabajaban. ¿Le da miedo que cuando cumpla 25 lo paren a él y lo envíen a luchar? “Así, así…”, responde. “Como soy bajo, a mí no me paran porque creen que soy un niño; pero además, soy más rápido que ellos. Que me cojan si pueden…”, dice señalando su bici en la plaza de los Héroes de Ucrania mientras cae la nieve.