El Constitucional de Rumania decide el lunes si anula la primera vuelta de las elecciones presidenciales que ganó el candidato prorruso
Rumania vive días de mucha agitación. El Tribunal Constitucional ha aplazado este viernes la decisión de anular la primera vuelta de las elecciones presidenciales ―celebradas el 24 de noviembre y que ganó el candidato ultraderechista y prorruso, Calin Georgescu― al próximo lunes hasta que no tenga el resultado del recuento de votos que solicitó el jueves. El aplazamiento se conoce justo dos días antes de que se celebren unas elecciones legislativas muy disputadas, en las que tiene opciones de ganar la principal formación de extrema derecha, Alianza Para la Unión de los Rumanos (AUR). Otra opción alejada de los partidos tradicionales, aunque sin vínculo con Georgescu.
El presidente de la Oficina Electoral Permanente ha explicado este viernes en una intervención en Radio Rumania Actualității que, en caso de que el Tribunal Constitucional decida cancelar la primera vuelta de las elecciones presidenciales, los rumanos serán llamados a las urnas de nuevo el 15 de diciembre para la primera vuelta y el 29 del mismo mes para la segunda ronda.
Para aumentar la seguridad del recuento, la autoridad electoral ha enviado este viernes una circular a todas las oficinas donde se está llevando el proceso para que no se divulguen los resultados. “Llamamos la atención sobre la obligación de preservar el máximo rigor de confidencialidad de los datos consignados en las actas centralizadoras relativas al resultado del recuento de los votos válidamente emitidos y de los votos nulos”, han detallado en la nota.
Sin embargo, la sensación de caos impregna ya todo el proceso electoral, lo que podría beneficiar a los partidos de extrema derecha, según los analistas. Precisamente la última encuesta divulgada este viernes, antes de que el Constitucional anunciara, tras dos horas de deliberación, que va a analizar si anula los comicios, preconiza que AUR, encabezado por el extremista George Simion, obtendría el 22,4% de los votos frente al 21,4% del Partido Social Demócrata (PSD), que ha liderado los sondeos hasta el momento.
Por su parte, la Unión Salvar Rumania (USR) ―de la otra candidata finalista para las presidenciales, la conservadora Elena Lasconi― lograría un 17,5%, mientras que el Partido Nacional Liberal se quedaría con un 13,4%. La Unión Democrática de Húngaros de Rumania (UDMR), que casi siempre ha apoyado a los gobiernos desde que el país conquistó la democracia hace 35 años, entraría en el Parlamento como quinto partido, con el 5,5%.
Georgescu carece de facción política para presentarse a estas legislativas, pero el Partido de las Personas Jóvenes (POT, siglas que también significan “puedo” en rumano), siempre lo ha apoyado. No obstante, las empresas demoscópicas desvelan que esta formación no lograría superar el umbral legal del 5% para entrar en el Parlamento. Tampoco el partido de la asimismo radical y prorrusa Diana Şoșoacă (SOS).
Por su parte, el partido USR de Elena Lasconi ha denunciado este viernes “un nuevo abuso del sistema controlado por Marcel Ciolacu [actual primer ministro] y el PSD”, después de que la Oficina Electoral Central decidiera prohibir a los representantes de las formaciones en las oficinas electorales que proporcionen información sobre el recuento de los votos.
“El proceso de recuento es un esquema de fraude total. La circular del BEC [oficina electoral] de hoy [por este viernes] habla de ocultar actas y no tiene fundamento jurídico. Por el contrario, la Constitución rumana garantiza el derecho de las personas a tener acceso a cualquier información de interés público, y el resultado electoral del proceso de recuento es categóricamente de interés público”, señaló el coordinador de campaña de USR, Cristian Seidler. La Oficina Electoral ya había rechazado la propuesta de USR de grabar todo el proceso de recuento.
Solo 2.700 votos separan a Lasconi y al socialdemócrata Ciolacu, con lo que el recuento podría dar el segundo puesto al actual jefe del Ejecutivo. Sin embargo, el político ya ha dicho que en ese caso se retiraría de las elecciones, dejando paso a paso a la política de centroderecha para que afronte la segunda vuelta.
El Consejo Supremo de Defensa del País (CSAT) proporcionó el jueves las bases legales para anular la primera vuelta y eliminar a Georgescu de la carrera presidencial, como se hizo con Şoșoacă. En concreto, el CSAT indicó que el candidato recibió un trato preferencial durante su campaña en TikTok. La plataforma china ha sido acusada, además de favoritismo, de ignorar la decisión de la Oficina Electoral Central de marcar los materiales vinculados a las elecciones y las formaciones políticas como propaganda electoral.
“La campaña fraudulenta de Georgescu en TikTok no es lo mismo que un fraude electoral. Ningún partido informó de fraude durante el proceso de votación o conteo de votos. Hasta la fecha, nadie ha aportado pruebas jurídicas para ordenar la cancelación de la primera vuelta”, opina el periodista Cristian Pantazi. “El proceso de recuento escapa por completo al escrutinio público, de los observadores, y en algunos distritos los candidatos no tienen representantes. Además, llevarlo a cabo es tan complicado técnicamente que se producen errores, por no hablar de actos de mala fe”, agrega.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha declarado este viernes en una rueda de prensa que Rusia no se ha implicado en las elecciones de Rumania ni en las de otros países, ha informado la agencia estatal rusa Tass. “[En Rusia] No tenemos la costumbre de inmiscuirnos en las elecciones de otros países, en este caso las de Rumania. Cualquier acusación en este sentido es absolutamente infundada, más bien es una forma de imitar la tendencia que existe en Occidente en este sentido”, ha dicho Peskov.
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