Israel asegura haber matado al líder de Hamás, Yahia Sinwar, en un ataque en Gaza

Israel asegura haber matado en Gaza a Yahia Sinwar, líder de Hamás, el hombre más buscado de Israel y considerado el cerebro de los ataques del 7 de octubre de 2023. Su muerte, confirmada de manera oficial por el ministro de Exteriores, Israel Katz, en la tarde del jueves, se produjo durante el ataque de un tanque contra un edificio en el que el ejército localizó a miembros de Hamás en Rafah, en el extremo sur de la Franja.

Tras matar a tres de ellos y recuperar los cuerpos, comprobaron si se trataba de él, aseguró la radio oficial del ejército. Este medio añade que realizaron comprobaciones del ADN con las muestras disponibles, pues Sinwar pasó más de dos décadas en prisiones israelíes. Sinwar había sustituido hace solo mes y medio a Ismail Haniya, asesinado en Teherán el 31 de julio, al frente del denominado Movimiento Islámico de Resistencia, que gobierna Gaza desde hace casi dos décadas.

Israel mantiene a la vez una intensa ofensiva en el extremo norte de la Franja. Allí, el bombardeo sobre una escuela que daba refugio a evacuados durante la guerra en el campo de refugiados de Yabalia ha matado al menos a 19 personas, entre ellos mujeres y menores, según fuentes sanitarias locales. El ejército, como en ocasiones anteriores, afirma haber golpeado un centro de mando de Hamás donde se encontraban “decenas de terroristas”.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha conseguido una preciada pieza con la que apuntalar su contestada operación militar en la Franja, donde permanecen un centenar de rehenes. Capturar al jefe de Hamás vivo o muerto era una de sus prioridades.

Las familias de los cautivos se apresuraron aplaudir la muerte del líder palestino, según un comunicado del foro en el que están agrupadas. “Hacemos un llamamiento al Gobierno israelí, a los líderes mundiales y a los países mediadores para que aprovechen el logro militar para convertirlo en diplomático y busquen un acuerdo inmediato para la liberación de los 101 rehenes: los vivos para rehabilitación y los asesinados para un entierro adecuado”, añade el texto.

Antes de la confirmación oficial, el ejército y los servicios secretos habían anunciado a través de un comunicado que estaban comprobando si uno de los tres cuerpos hallados era el de Sinwar. “Durante las operaciones del ejército en la franja de Gaza, tres terroristas fueron eliminados. Las Fuerzas de Defensa de Israel y los servicios secretos están verificando la posibilidad de que uno de los terroristas haya sido Yahia Sinwar. Por el momento, no se puede confirmar la identidad de los terroristas”, señalaba el comunicado. “En el edificio donde fueron eliminados los terroristas, no había señales de la presencia de rehenes en la zona. Las fuerzas que operan en la zona continúan operando con la precaución requerida”, agregaba.

Esa referencia a los cautivos no es baladí, pues la polémica persigue al Gobierno y al ejército mientras Netanyahu impone su visión belicista de la contienda frente a las familias de los secuestrados, que insisten en que dé prioridad a su liberación antes de centrarse en liquidar a la milicia. A lo largo de este año de contienda, un número no concretado de rehenes ha muerto en ataques de sus propias tropas, algunos en errores graves de los militares desplegados. Hasta ahora, antes de su muerte, una de las conjeturas de por qué se tardaba tanto en acabar con el líder de Hamás, pese a los enormes esfuerzos invertidos, es que podría estar rodeado de un grupo de cautivos para tratar de reducir así las posibilidades de ser víctima de un bombardeo. Si se confirman las circunstancias de la operación en Rafah, no era así.

“Ningún túnel es demasiado profundo”

“Ningún túnel es demasiado profundo, Sinwar. Pregúntale a Nasralá”, avisaban la semana pasada los panfletos lanzados sobre la Franja con advertencias en árabe hacia el jefe de Hamás, al que aseguraban que le espera el mismo destino que al máximo responsable de Hezbolá, Hasan Nasralá, asesinado el pasado 28 de septiembre durante un bombardeo sobre Beirut. En las últimas semanas se habían filtrado algunos detalles de cómo Sinwar trataba de eludir la vigilancia y seguimiento por parte del Estado judío. Evitaba los aparatos electrónicos y se comunicaba con notas manuscritas que a veces hacía llegar a sus destinatarios a través de personas allegadas de especial confianza.

Una de esas cartas, que servirían incluso para ordenar las condiciones de negociación con Israel de un posible alto el fuego, llegó incluso a manos de Nasralá poco antes de morir, según mostró Hezbolá en las redes sociales el mes pasado. En ella, el palestino le expresaba su agradecimiento por el apoyo durante la guerra como parte del eje del que forman parte bajo la batuta de Teherán. Una nota similar apareció en los perfiles de la guerrilla hutí de Yemen después de que el líder de Hamás les felicitara tras conseguir hacer llegar uno de sus misiles a territorio israelí.

En algo más de dos meses, Israel ha acabado con la cúpula de Hamás y Hezbolá dos veces. El 31 de julio, asesinó en Teherán al máximo jefe del movimiento palestino, Ismail Haniya, cuando había acudido a la toma de posesión del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian. Posteriormente, el ejército israelí mató a Nasralá, el jefe del partido-milicia chií, en un bombardeo sobre el barrio de Dahiye, bastión del grupo, en Beirut. Poco después, en un ataque desde al aire en ese mismo suburbio, cayó el que casi con toda seguridad iba a convertirse en su sucesor, Hashem Safieddine.

Yahia Sinwar, en el centro, junto a Ismail Haniye, a la izquierda, en Ciudad de Gaza en 2017.Mohammed Salem (REUTERS)

Junto a estos pilares, de la lista de enemigos más buscados por Israel, otros máximos responsables de Hezbolá y de Hamás han muerto en los 12 meses de contienda. Uno de los asesinatos más sonados fue el de Mohamed Deif, jefe del brazo armado de Hamás (las Brigadas de Ezedín al Qassam), el 13 de julio en el sur de Gaza, aunque el Estado judío no confirmó su muerte —Hamás sostiene que sigue vivo— hasta el 1 de agosto. Israel había tratado de matar en numerosas ocasiones a Deif, que estaba considerado junto a Sinwar un pilar esencial en la preparación de los ataques del 7 de octubre.

Sinwar ha sido casi siempre situado bajo la protección de los cientos de kilómetros de túneles construidos a lo largo de décadas por Hamás y que son también empleados para mantener a los rehenes. Ha sido ampliamente buscado en torno a Jan Yunis, su localidad, en el sur de un territorio en el que han muerto en el último año por ataques israelíes más de 42.000 personas. Pero, finalmente se ha podría haber topado con la muerte sobre tierra, en un edificio de Rafah, en el extremo meridional de la Franja y junto a la frontera de Gaza con Egipto, una localidad tomada por tierra por las tropas de ocupación desde el pasado mayo. El jefe de Hamás está acusado de ser el principal responsable de la matanza en Israel de unas 1.200 personas y el secuestro de otras 250 que el 7 de octubre de 2023 puso en marcha la actual guerra.

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