La ONU denuncia que Israel ha irrumpido por la fuerza en una de sus bases de Líbano
La ONU ha denunciado este domingo que dos tanques de las tropas israelíes penetraron “por la fuerza” durante la madrugada en una de las bases de su misión de paz en el sur de Líbano (Unifil, en sus siglas en inglés), tras destrozar la entrada. Horas después, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, elevó la presión sobre Naciones Unidas e instó al organismo internacional a retirarse “de inmediato” del sur del Líbano porque, según considera él, está siendo empleada como “escudo humano” por Hezbolá.
Los militares israelíes permanecieron dentro del recinto de la ONU durante 45 minutos, según detalla un comunicado. Durante ese tiempo, exigieron que apagasen las luces de la base. La Unifil exigió su retirada y advirtió de que el movimiento ponía en peligro a los cascos azules. También durante la madrugada, hacia las 6.40 horas, las fuerzas de mantenimiento de la paz que se encontraban en la misma posición informaron del disparo de varios proyectiles 100 metros al norte. Según la ONU, 15 cascos azules han sufrido efectos de la entrada de humo en el campamento, incluyendo irritación cutánea y reacciones gastrointestinales, de los que están siendo tratados.
El sábado, continúa el comunicado, las tropas israelíes impidieron “un movimiento logístico crítico”. “Por cuarta vez en otros tantos días, recordamos a las FDI (Fuerzas de Defensa Israelíes) y a todos los actores su obligación de garantizar la seguridad del personal y los bienes de la ONU y de respetar en todo momento la inviolabilidad de las instalaciones de la ONU”, añade el texto, difundido horas después de los incidentes en medio de un clima de tensión creciente, tras la publicación del vídeo de Netanyahu.
A su mensaje dirigido al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, el dirigente del Estado judío le reclama que ordene la retirada de los cascos azules que se encuentran desplegados en el sur de Líbano. “Es hora de que retire la Unifil de los bastiones de Hezbolá y de las zonas de combate”, exige.
La petición de Netanyahu tiene lugar tras varios ataques sufridos a lo largo de la semana por ese contingente de paz, formado por unos 10.000 militares de los que más de 650 son españoles. Algunos de esos ataques a los que se refiere el comunicado de este domingo, en los que resultaron heridos cuatro militares, tuvieron lugar el jueves y el viernes por disparos de las tropas de ocupación israelíes desplegadas desde principios de octubre en la zona, según la Unifil. El sábado hubo un quinto herido en circunstancias que no se han aclarado todavía.
“El ejército lo ha solicitado en repetidas ocasiones, y se han encontrado con repetidas negativas, todo ello con el objetivo de proporcionar un escudo humano a los terroristas de Hezbolá”, señala Netanyahu en la grabación. “Señor secretario general, saque a las fuerzas de la Unifil de cualquier peligro. Debería hacerse ahora mismo, de inmediato”, añade el jefe del gobierno israelí.
Netanyahu afirma que lamenta los daños causados a la misión, al tiempo que añade que “su negativa a evacuar a los soldados de la Unifil los convierte en rehenes de Hezbolá”, algo que eleva el peligro tanto para el contingente internacional como para las tropas israelíes en la zona, entiende. A su vez, el primer ministro israelí aprovecha para criticar a los líderes europeos porque deberían estar criticando a Hezbolá en vez de al ejército del Estado judío.
Condenas de los países integrantes
Más de 30 países de los que integran esa misión, entre ellos España, han condenado en una carta hecha pública los ataques sufridos y la escalada de violencia en la zona. En el texto “reafirman” el apoyo a la misión y a su trabajo, que consideran “crucial” bajo la actual coyuntura bélica para la estabilidad y la paz no solo en Líbano, sino en toda la región de Oriente Próximo. Asimismo, reclaman a las partes en conflicto que permitan que los cascos azules puedan seguir desarrollando su misión.
El Gobierno de Israel decidió finalmente aplicar en 2000 la resolución 425 que había adoptado el Consejo de Seguridad de la ONU en 1978 ―que dio pie al despliegue de la Unifil―, exigiendo la retirada israelí del sur de Líbano, cuya ocupación comenzó ese año y se amplió con la invasión militar de 1982. Posteriormente, los dos países volvieron a vivir la guerra de 2006, de algo más de un mes, hasta que hace un año se desataron de nuevo las hostilidades
La de este domingo no es la primera vez que las autoridades de Israel presionan a la misión de paz de la ONU para que se retire de la zona que han invadido sus tropas. El último en hacerlo abiertamente fue el representante del Estado judío ante Naciones Unidas, Danny Danon, el pasado jueves. “Nuestra recomendación es que la Unifil se traslade cinco kilómetros al norte para evitar el peligro a medida que se intensifican los combates”, advirtió. Los responsables de los cascos azules han insistido, en medio de los ataques de los últimos días, en que esa retirada no se va a producir.
Antes de que el ejército de Israel emprendiera la incursión terrestre, distintas fuentes militares habían criticado a lo largo de la guerra la inutilidad que, bajo su punto de vista, representa tener desplegados tantos cascos azules que no son capaces de frenar los ataques de Hezbolá sobre Israel. Es más, sostienen que uno de los motivos para llevar a cabo esa operación, apoyada por intensos bombardeos desde el aire, es realizar sobre el terreno el trabajo que entienden que debería estar haciendo la Unifil, aunque, en realidad, su mandato no abarca lo que el Gobierno israelí exige.
El objetivo primordial que se ha marcado Israel con la presente operación en el sur de Líbano es permitir a los 60.000 vecinos del entorno de la frontera que han sido evacuados poder volver a sus casas de manera segura. El partido-milicia chií, apoyado por Irán, empezó a bombardear a su vecino del sur el 8 de octubre de 2023, un día después de la gran matanza de Hamás y de que el ejército israelí emprendiera su operación de castigo a Gaza en la que ya han muerto más de 42.000 personas.