Israel ataca la misión de paz de la ONU en Líbano por tercer día consecutivo
Los cascos azules de Naciones Unidas en el sur de Líbano han sido atacados este viernes, por tercer día consecutivo, en la zona donde Israel mantiene desde hace 10 días una invasión terrestre, según ha denunciado esa misión de paz (Unifil, Fuerza Provisional de Naciones Unidas para Líbano, por sus siglas en inglés). Dos soldados de Sri Lanka han resultado heridos leves, como han acabado reconociendo los portavoces militares israelíes asumiendo el ataque, y están siendo atendidos en Tiro y en Naqura, respectivamente. Los integrantes de la misión corren “grave peligro” bajo estas agresiones, que suponen una grave violación del derecho internacional humanitario, alerta un comunicado de Unifil.
Tanto fuentes militares consultadas por este periódico, como de Naciones Unidas, citadas por la agencia Reuters, apuntaban al ejército israelí como origen del ataque antes de que este asumiera unos hechos que califica de “involuntarios”. Ya el jueves, Israel reconoció estar desplegado en esa zona y haber abierto fuego tras advertir a los cascos azules que se pusieran a cubierto. También, en las últimas horas, han muerto dos militares libaneses, según el ejército de ese país, tras un ataque israelí. Por la noche, dos drones lanzados desde Líbano consiguieron acceder a territorio israelí y uno de ellos impactó en un edificio de Herzliya, a las afueras de Tel Aviv, sin causar víctimas, según un portavoz castrense.
Además de sufrir este viernes “dos explosiones junto a una torre de observación” en el cuartel general en la localidad de Naqura, en el suroeste de Líbano, varios muros de una de las posiciones del destacamento cerca de Labbouneh, a menos de un kilómetro de la frontera, fueron derribados al ser golpeados por un vehículo militar israelí mientras varios tanques se movían por los alrededores, informa el mismo comunicado de la ONU. “Nuestras fuerzas de paz permanecieron en el lugar y se envió una Fuerza de Reacción Rápida de la Unifil para ayudar y reforzar la posición”, añade.
Dos militares de la ONU han sido “heridos de manera involuntaria durante un combate del ejército de Israel contra Hezbolá en el sur de Líbano”, reconoce un portavoz castrense israelí en un comunicado en el que, añade, “expresan su profunda preocupación por incidentes de este tipo”. Reconoce que la invasión en curso supone “un riesgo significativo” para los cascos azules y que tratan de no causarles daños, ni a ellos ni a los civiles. El ejército aprovecha la ocasión para recordar que desde que existe la misión de paz, creada en 2006, “es lamentable” que no se haya implementado la resolución 1701 que obliga a Hezbolá a mantener esa zona meridional del país desmilitarizada.
Los días previos, el miércoles y el jueves, las tropas israelíes atacaron también al contingente internacional de paz, según Unifil. Pese a las presiones del Estado judío para que se retiren hacia el norte, los responsables de la misión están decididos a permanecer en la zona. El contingente está formado por más de 10.000 efectivos de medio centenar de países. Los 670 españoles integrantes de Unifil se encuentran bien, según han confirmado fuentes militares. Mientras, el ejército israelí ha seguido bombardeando de manera intensa zonas densamente pobladas por civiles en la capital libanesa, Beirut, con el resultado de al menos 22 muertos en las últimas horas.
El presidente español, Pedro Sánchez, ha criticado y condenado los ataques sobre la misión de la ONU. Desde Roma y tras entrevistarse con el papa Francisco en el Vaticano, el mandatario ha pedido este viernes que se deje de manera “urgente” de exportar armas a Israel. “Permítanme también criticar y condenar los ataques que está sufriendo la misión Finul [siglas en español del contingente internacional] por parte de las fuerzas israelíes”, añadió. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha convocado al encargado de negocios de la Embajada de Israel en España para protestar, mientras Francia, por su parte, lo ha hecho con el embajador. Posteriormente, en un comunicado conjunto, España, Italia y Francia han condenado los ataques del Estado judío a la ONU en Líbano.
Antes de que tuviera lugar este último ataque, el secretario general de la ONU, António Guterres, calificó lo ocurrido de “violación de la ley humanitaria internacional” y reclamó “máxima contención”, durante una reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
“Este es probablemente uno de los eventos o incidentes más graves que hemos presenciado en los últimos 12 meses”, ha señalado, por su parte, el portavoz de las fuerzas de paz en Líbano, Andrea Tenenti, tras reconocer que los últimos ataques han dañado algunas de sus capacidades para poder seguir desarrollando la misión.
“Hezbolá opera desde dentro y cerca de zonas civiles en el sur de Líbano, incluidas zonas cercanas a puestos” de la misión de la ONU, explicó el jueves en un comunicado el ejército de Israel refiriéndose a un lugar donde tiene desplegados a sus militares, que “mantienen comunicación rutinaria” con el contingente internacional. “Las tropas del ejército de Israel operaron en la zona de Naqura, junto a una base de la misión de Naciones Unidas” y “ordenaron a las fuerzas de la ONU que se encontraban en la zona que permanecieran en espacios protegidos, tras lo cual abrieron fuego”, reconoció en un comunicado el ejército.
El jefe de las Fuerzas Armadas, el general Herzi Halevi, visitó el jueves en Líbano a las tropas que peinan y atacan localidades en las que se dice se encuentra desplegado Hezbolá. Lo hizo acompañado del jefe de los servicios de secretos internos (Shin Bet), Ronen Bar. “Si alguien viene a reconstruir estos pueblos nuevamente, sabrá con seguridad que crear infraestructura terrorista es inútil, ya que el ejército destruirá estas aldeas de nuevo”, dijo Halevi a los soldados según un vídeo publicado por el ejército en el que asegura que, además de en el sur, mantienen sus ataques en otras zonas como Beirut o el Valle de la Becá.
La creciente tensión se mantiene además con el lanzamiento de decenas de cohetes a diario por parte de Hezbolá hacia Israel. Allí, en la frontera, ha muerto este viernes un trabajador tailandés. El ejército dijo en un primer momento que había sido debido al lanzamiento de un proyectil antitanque por parte del grupo chií. Poco después, los portavoces militares han dado marcha atrás y han reconocido que esa muerte se debió a la explosión de munición que impactó en el lugar, un kibutz que se encuentra desde hace un año bajo orden de desalojo. Esto deja abierta la puerta a que se trate de armamento israelí que ha impactado en su propio territorio.
El incidente de este viernes es continuación del acoso emprendido en días precedentes sobre la misión de paz de la ONU en Líbano. Israel ya disparó el jueves con uno de sus tanques hiriendo a dos militares indonesios al derribar una torre de observación y abriendo fuego “deliberadamente” contra las cámaras de vigilancia del perímetro de la posición hasta inutilizarlas, según denunció la misión. El cuartel general de Naqura se encuentra asomado al Mediterráneo, en la costa suroeste de Líbano, y a unos tres kilómetros de la frontera israelí. Su misión es supervisar el cumplimiento de la resolución aprobada tras el fin de la guerra entre Israel y Hezbolá en 2006, aunque, desde entonces, y especialmente durante la guerra del último año, el Estado judío no deja de lanzar críticas a los cascos azules porque considera que no cumplen su cometido.
Desde hace casi dos semanas, el ejército israelí desarrolla una ocupación terrestre del sur de Líbano con miles de hombres de varias divisiones cuyo objetivo, afirman, es acabar con los ataques del partido-milicia chií. El balance de muertos en el país árabe por la ofensiva de Israel asciende ya a más de 2.100, mientras los desplazados de sus hogares superan ya el millón.