La ONU acusa a Israel de atacar la misión de paz en Líbano por tercer día consecutivo
Los cascos azules de Naciones Unidas en el sur de Líbano han sido atacados este viernes, por tercer día consecutivo, en la zona donde Israel mantiene desde hace 10 días una invasión terrestre, según ha denunciado esa misión de paz (Unifil, siglas en inglés de la la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para Líbano). Dos soldados de Sri Lanka han resultado heridos. Tanto fuentes militares, consultadas por este periódico, como de Naciones Unidas, citadas por la agencia Reuters apuntan al ejército israelí como origen del ataque. Israel reconoció el jueves estar desplegado en esa zona y haber abierto fuego tras advertir a los cascos azules que se pusieran a cubierto.
Los días previos, el miércoles y el jueves, fueron las tropas israelíes las que atacaron al contingente internacional de paz según Unifil. Pese a las presiones del Estado judío para que se retiren hacia el norte, los responsables de la misión están decididos a permanecer en la zona. El contingente está formado por más de 10.000 efectivos de medio centenar de países. Los 669 españoles integrantes de Unifil se encuentran bien, según han confirmado fuentes militares. Mientras, el ejército israelí ha seguido bombardeando de manera intensa zonas densamente pobladas por civiles en la capital libanesa, Beirut, con el resultado de al menos 22 muertos en las últimas horas.
Al igual que en la víspera, el presidente español, Pedro Sánchez, ha criticado y condenado los ataques sobre la misión de la ONU. Desde Roma y tras entrevistarse con el papa Francisco en el Vaticano, el mandatario ha pedido que se deje de manera “urgente” de exportar armas a Israel. “Permítanme también criticar y condenar los ataques que está sufriendo la misión Finul [siglas en español del contingente internacional] por parte de las fuerzas israelíes”, añadió. Antes de que tuviera lugar este último ataque, el secretario general de la ONU, António Guterres, calificó lo ocurrido de “violación de la ley humanitaria internacional” y reclamó “máxima contención”, durante una reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
“Este es probablemente uno de los eventos o incidentes más graves que hemos presenciado en los últimos 12 meses”, ha señalado por su parte el portavoz de las fuerzas de paz en Líbano, Andrea Tenenti, tras reconocer que los últimos ataques han dañado algunas de sus capacidades para poder seguir desarrollando su misión.
“Hezbolá opera desde dentro y cerca de zonas civiles en el sur del Líbano, incluidas zonas cercanas a puestos” de la misión de la ONU, explicó el jueves en un comunicado el ejército de Israel refiriéndose a un lugar donde tienen desplegados a sus militares, que “mantienen comunicación rutinaria” con el contingente internacional. “Las tropas del ejército de Israel operaron en la zona de Naqura, junto a una base de la misión de Naciones Unidas” y “ordenaron a las fuerzas de la ONU que se encontraban en la zona que permanecieran en espacios protegidos, tras lo cual abrieron fuego”, reconoció en un comunicado el ejército.
El jefe de las Fuerzas Armadas, el general Herzi Halevi, visitó el jueves en Líbano a las tropas que peinan y atacan localidades en los que se dicen se encuentra desplegado Hezbolá. Lo hizo acompañado del jefe de los servicios de secretos internos (Shin Bet), Ronen Bar. “Si alguien viene a reconstruir estos pueblos nuevamente, sabrá con seguridad que crear infraestructura terrorista es inútil, ya que el ejército destruirá estas aldeas de nuevo”, dijo Halevi a los soldados según un vídeo publicado por el ejército en el que asegura que, además de en el sur, mantienen sus ataques en otras zonas como Beirut o el Valle de la Beká.
La creciente tensión se mantiene además con el lanzamiento de decenas de cohetes a diario por parte de Hezbolá hacia Israel. Allí, en la frontera, ha muerto este viernes un trabajador tailandés. El ejército dijo en un primer momento que había sido debido al lanzamiento de un proyectil antitanque por parte del grupo chií. Poco después, los portavoces militares han dado marcha atrás y han reconocido que esa muerte se debió a la explosión de munición que impactó en el lugar, un kibutz que se encuentra desde hace un año bajo orden de desalojo. Esto deja abierta la puerta a que se trate de armamento israelí que ha impactado en su propio territorio.
El incidente de este viernes es continuación del acoso emprendido en días precedentes sobre la misión de paz de la ONU en Líbano. Israel ya disparó el jueves con uno de sus tanques hiriendo a dos militares indonesios al derribar una torre de observación y abriendo fuego “deliberadamente” contra las cámaras de vigilancia del perímetro de la posición hasta inutilizarlas, según denunció la misión. El cuartel general de Naqura se encuentra asomado al Mediterráneo, en la costa suroeste de Líbano, y a unos tres kilómetros de la frontera israelí. Su misión es supervisar el cumplimiento de la resolución aprobada tras el fin de la guerra entre Israel y Hezbolá en 2006, aunque, desde entonces, y especialmente durante la guerra del último año, el Estado judío no deja de lanzar críticas a los cascos azules porque consideran que no cumplen su cometido.
Desde hace casi dos semanas el ejército israelí desarrolla una ocupación terrestre del sur de Líbano con miles de hombres de varias divisiones cuyo objetivo, afirman, es acabar con los ataques del partido-milicia chií. El balance de muertos en el país árabe por la ofensiva de Israel asciende ya a más de 2.100, por más de un millón los desplazados de sus hogares.