La mejor dieta para controlar la endometriosis

La mejor dieta para controlar la endometriosis

La endometriosis es una enfermedad crónica caracterizada por el crecimiento de tejido similar al endometrio fuera del útero, cuya prevalencia oscila entre 1 y 15% de las mujeres en edad reproductiva.

Este crecimiento anormal puede provocar dolor pélvico severo, dismenorrea (dolor con la menstruación), problemas digestivos y, en algunos casos, infertilidad. Dado que no existe una cura definitiva, las intervenciones dietéticas están ganando popularidad como un enfoque complementario. ¿Qué dice la evidencia al respecto?

Impacto de la dieta en la endometriosis

La inflamación crónica es una característica central de la endometriosis, y se ha encontrado que los patrones dietéticos pueden influir en el entorno inflamatorio del cuerpo.

Un estudio prospectivo en The American Journal of Clinical Nutrition mostró que una ingesta alta de grasas trans (presente en frituras) estaba asociada con un mayor riesgo de desarrollar endometriosis, mientras que el consumo de ácidos grasos omega-3 se asoció con un menor riesgo (Missmer et al., 2010).

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Este hallazgo sugiere que una dieta rica en grasas saludables, como las presentes en pescados, semillas de chía y linaza, podría ser beneficiosa.

Además, un metaanálisis en Reproductive Biology and Endocrinology encontró que una dieta alta en carnes rojas y grasas saturadas se relacionaba con un mayor riesgo de endometriosis (Parazzini et al., 2013). Por tanto, se recomienda limitar estos alimentos y priorizar el consumo de vegetales frescos, frutas y granos enteros, que aportan compuestos antiinflamatorios y antioxidantes.

Harris et al. (2018) observaron que las mujeres con un mayor consumo de fibra presentaban niveles más bajos de estrógenos en sangre, lo cual podría ayudar a mitigar los síntomas de la endometriosis. Incluir alimentos como legumbres, frutas y vegetales con alto contenido de fibra es una estrategia recomendada.

Los fitonutrientes presentes en alimentos como el té verde, la cúrcuma y las bayas también podrían ser útiles para reducir la inflamación. Un ensayo clínico en Gynecological Endocrinology mostró que el extracto de cúrcuma disminuyó los niveles de marcadores inflamatorios en mujeres con endometriosis (Sangiuliano Intra et al., 2019).

En los últimos años, han surgido varias tendencias dietéticas que han ganado popularidad entre las mujeres con endometriosis:

  • Dieta baja en FODMAPS: Diseñada originalmente para el síndrome del intestino irritable y otras enfermedades inflamatorias intestinales, también se utiliza para reducir la hinchazón y los síntomas gastrointestinales en mujeres con endometriosis. Aunque la evidencia es limitada, algunos estudios observacionales han señalado que la reducción de FODMAPs mejora la calidad de vida en esta población, así como uso de probióticos y otros aliados de la microbiota.
  • Dieta Cetogénica Modificada: Esta dieta rica en grasas saludables (por eso es «modificada») y baja en carbohidratos ha sido estudiada por sus efectos antiinflamatorios. Aunque la evidencia es mixta, algunos informes sugieren que podría reducir el dolor pélvico debido a la disminución de citoquinas inflamatorias como la IL-6.
  • Ayuno Intermitente: Aunque su uso en endometriosis aún no ha sido estudiado ampliamente, se ha planteado que podría mejorar la sensibilidad a la insulina por apoyar la pérdida de peso.

¿Qué hay de las sensibilidades alimentarias?

La sensibilidad al gluten y los lácteos puede agravar los síntomas en algunas mujeres. Un estudio en Journal of Human Nutrition and Dietetics mostró que la eliminación de gluten mejoró los síntomas en un 75% de las participantes (Marziali et al., 2015). Sin embargo, estas dietas deben ser supervisadas por un profesional.

Aunque no existe una dieta específica para la endometriosis, la evidencia sugiere que un enfoque antiinflamatorio con grasas saludables, alta en fibra y alimentos ricos en antioxidantes puede ayudar a mejorar la calidad de vida. Personalizar la dieta según la tolerancia individual y bajo supervisión profesional es clave para optimizar los resultados.

Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).

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