Trump se instala en la xenofobia como eje de su campaña

Donald Trump se abrió paso hacia la Casa Blanca en 2016 a lomos de un discurso xenófobo y racista y cree que esa es la mejor manera de recuperar la presidencia ocho años después. El candidato republicano ha redoblado su apuesta con alusiones a los “malos genes” que están llevando al país los inmigrantes criminales, dos palabras que asocia continuamente. Trump ha convertido a la inmigración irregular en el chivo expiatorio de todos los problemas que aquejan a Estados Unidos, sin importarle recurrir a bulos. No es una estrategia nueva, tampoco en esta campaña, pero el expresidente la ha convertido en el eje en torno al que giran todos sus mensajes, sea para hablar de delincuencia, de los problemas económicos o incluso de la ayuda a las víctimas del huracán Helene.

Trump se dedicó a lanzar mentiras sobre la respuesta a la devastadora tormenta, incluida la de que el presidente, Joe Biden, se desentendió de la respuesta y estaba “durmiendo” sin coger el teléfono al gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, algo que este mismo desmintió. También lanzó la idea sin fundamento de que el Gobierno estaba dejando sin ayuda a las áreas de mayoría republicana. Pero en el mensaje en que ha insistido más es en la falsedad de que la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) se había quedado sin dinero porque los fondos se habían desviado a los inmigrantes sin papeles.

“Es categóricamente falso. No es verdad. Es una afirmación falsa”, respondió la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en una rueda de prensa. De nada sirvió su desmentido, ni el de la propia Agencia, ni el del Departamento de Seguridad Nacional ni siquiera el del presidente ―republicano― de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. Trump siguió lanzando esa mentira y sacando de contexto el hecho de que la primera ayuda inicial de emergencia a los afectados sea de 750 dólares por persona para sostener que eso es todo lo que iban a recibir.

El expresidente ya demostró en el debate con la candidata demócrata, Kamala Harris, que no le importaba que una acusación fuera o no cierta con tal de que encajase en su relato político de que los inmigrantes están invadiendo EE UU por culpa del Gobierno de Joe Biden y de su vicepresidenta y son los causantes de casi todos los males. Fue entonces cuando soltó: “En Springfield [Ohio], los que han entrado se están comiendo a los perros, se están comiendo a los gatos. Se están comiendo a las mascotas que viven allí. Esto es lo que está pasando en nuestro país, y es una vergüenza”, dijo.

Junto a Springfield, otra localidad se presta especialmente a los objetivos del expresidente y también se refirió a ella en el debate. Se trata de Aurora, una ciudad de 400.000 habitantes en Colorado. A la zona han llegado una gran cantidad de inmigrantes y hay problemas reales de inseguridad e insalubridad en áreas degradadas, que en realidad ya existían antes de la última oleada migratoria. Pero los republicanos, con Trump al frente, han cabalgado a lomos de un bulo que encajaba como un guante en sus propósitos, pese al daño que causaba a la ciudad.

Un vídeo en que se veía a hombres armados en el descansillo de una escalera de un edificio de Aurora sirvió a los republicanos para sostener que bandas de venezolanos, en particular del llamado Tren de Aragua, se estaban apoderando por la violencia de áreas enteras de la ciudad. Tras el vuelo que se dio incidente, latían intereses de la empresa propietaria del complejo de tres edificios donde se grabó el vídeo y de su resistencia a rehabilitarlo. Encontró en las bandas venezolanas la excusa perfecta y las imágenes del descansillo se emitieron en bucle sin cesar por los canales conservadores, especialmente Fox News.

Mitin en Aurora

También es cierto, sin embargo, que las autoridades están preocupadas por la actividad del Tren de Aragua, no solo en Aurora, sino también otras partes del país, incluida Nueva York. Eso ofrece un caldo de cultivo perfecto para el mensaje de Trump. El expresidente ha dicho que la deportación masiva de inmigrantes que planea poner en marcha si vuelve a la Casa Blanca empezará por Springfield y Aurora.

La campaña de Trump ha anunciado en tono apocalíptico un mitin de su candidato en la ciudad de Colorado para este viernes. “Aurora, Colorado, se ha convertido en una ‘zona de guerra’ debido a la afluencia de violentos pandilleros venezolanos presos del Tren de Aragua. Con aproximadamente 43.000 migrantes inundando la vecina ciudad de Denver desde diciembre de 2022, muchos de estos migrantes han llegado a Aurora, trayendo el caos y el miedo. Las familias locales se han visto obligadas a huir de sus hogares mientras los miembros del Tren de Aragua aterrorizan los complejos de apartamentos con armas, robos y una actividad de drogas desenfrenada”, dice su convocatoria. “El baño de sangre fronterizo de Kamala ha convertido a todos los Estados en Estados fronterizos, dejando a las familias de Colorado a merced de la delincuencia”, añade.

En una entrevista de radio emitida el lunes, Trump insistió en sus mensajes xenófobos, ligando inmigración y delincuencia y afirmando que la llegada de inmigrantes había aportado a Estados Unidos “genes malos”. Su campaña dijo luego que se refería a los criminales, no a los inmigrantes en general. “¿Qué hay sobre permitir que entren personas a través de una frontera abierta, 13.000 de las cuales eran asesinos? Muchos de ellos asesinaron a mucho más de una persona”, afirmó Trump. “Y ahora viven felices en EE UU. Ya saben, ahora un asesino… creo esto: está en sus genes. Y tenemos muchos genes malos en nuestro país ahora mismo”. Las estadísticas citadas por Trump corresponden a inmigrantes que han entrado en el país durante décadas, incluido su mandato.

El domingo, en el mitin que dio junto a Elon Musk en Butler (Pensilvania), donde en julio había sufrido un atentado, sostuvo que en todo el mundo están vaciando las cárceles para enviar a sus “asesinos, traficantes de drogas, tratantes de personas y miembros de bandas” a EE UU como inmigrantes. “Los están liberando a todos en nuestro país, y están vaciando sus cárceles”, sostuvo.

La portavoz de la Casa Blanca criticó este lunes a Trump por su afirmación: “Ese tipo de lenguaje es odioso, repugnante, inapropiado y no tiene cabida en nuestro país”, dijo en rueda de prensa. El expresidente ha hablado en el pasado de que los inmigrantes están “envenenando la sangre” de EE UU, parafraseando nada menos que a Adolf Hitler.

Harris recordó el lunes en una entrevista en el programa 60 Minutes, de la cadena CBS, que su rival torpedeó un acuerdo bipartidista en el Senado para aprobar una ley de seguridad fronteriza. “Donald Trump se enteró de que este proyecto de ley estaba en marcha y que podría ser aprobado, y él quiere cabalgar sobre un problema en lugar de solucionar un problema”, afirmó. “Creo que el pueblo estadounidense quiere un líder que no intente dividirnos y degradarnos”, añadió.

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