Israel lanza un potente bombardeo al sur de Beirut para matar al previsible sucesor de Nasralá
El ejército israelí ha lanzado esta medianoche uno de sus bombardeos más potentes en Dahiye, el suburbio chií al sur de Beirut, en el que mató en las últimas semanas al líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, y a la mayoría de la cúpula militar. Las explosiones hicieron vibrar los cristales incluso a tres kilómetros del objetivo, con una intensidad que recuerda a la del asesinato de Nasralá, con bombas de hasta una tonelada capaces de penetrar búnkeres subterráneos. Poco después, dos fuentes israelíes señalaron al medio Axios que el objetivo era el previsible sucesor, de Nasralá, Hashem Safieddine, quien supuestamente estaba reunido con otros altos responsables de la organización. Ni Israel ni Hezbolá se han pronunciado sobre el asunto ni han informado del estado de Safieddine.
Penetrada por los servicios de inteligencia israelíes, Hezbolá no ha anunciado aún sucesor de Nasralá, ni fecha para su entierro. El número dos del partido-milicia libanés, Naim Qasem, aseguró el pasado lunes ―en un vídeo grabado desde un lugar desconocido― que el nombramiento será anunciado “lo antes posible”. Líder del Consejo Ejecutivo, Safieddine es considerado el principal candidato (o el nuevo líder, en secreto): es primo de Nasralá, lo que refuerza la apuesta por la continuidad que destacó Qasem; lleva en la organización desde sus inicios, en los años 80; y cuenta con destacado papel político y espiritual.
Sí se sabe lo rutinario: Israel mató 37 libaneses en los bombardeos de la víspera y ha exhortado a los civiles a abandonar otras 36 localidades del sur. Ya lo ha hecho con cien, que en su mayoría ya estaban prácticamente vacías, porque más de 100.000 personas huyeron al inicio de los enfrentamientos en la frontera, hace casi un año, y la ofensiva iniciada el mes pasado ha empujado a la huida a cientos de miles más.
La carretera para escapar a Siria, inservible
Otro bombardeo israelí esta madrugada no buscaba a ningún líder, sino dejar inservible la carretera que vienen usando cientos de miles de personas para escapar hacia Siria. Según el ministro libanés de Transporte, Ali Hamieh, la ruta ha quedado inservible tras el ataque, cerca de Masnaa, el principal puesto fronterizo con Siria. Se calcula que más de 300.000 personas han cruzado al país vecino. La mayoría, refugiados que escapan ahora en sentido inverso.
Horas antes, el portavoz del Ejército israelí en lengua árabe, Avijai Adree, difundió por primera vez un mensaje señalando que Masnaa “se ha convertido en el principal cruce fronterizo para las transferencias de armas de Hezbolá”, que trata de ocultarlo entre el trasiego de civiles, y advirtiendo de que el ejército israelí destruyó en el pasado “otros pasos usados con el mismo objetivo”.
Mientras el mundo espera la respuesta de Israel al lanzamiento por Irán de cerca de 200 misiles (la mera mención por el presidente de EE UU, Joe Biden, de que puede ir contra la industria petrolera disparó el precio del crudo), el ministro iraní de Exteriores, Abbas Araqchi, ha aterrizado esta mañana en Beirut, donde tiene previsto reunirse con el primer ministro, Nayib Mikati. “Todo el mundo en la región debe entender la grave situación a la que hace frente Líbano y sus consecuencias para el futuro de nuestras naciones”, ha señalado el portavoz ministerial, Ismail Baghaei. Es la primera visita al país de un alto cargo iraní desde la muerte de Nasralá, hace dos semanas.
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