Diez minutos de discusión y los dos candidatos silenciados: la inmigración calienta el debate vicepresidencial

Las moderadoras de CBS solo cerraron los micrófonos de ambos candidatos una vez en los 90 minutos que duró el debate vicepresidencial: durante el segmento sobre la inmigración. Por 10 minutos, J. D. Vance y Tim Walz intercambiaron golpes en asuntos como la seguridad fronteriza, el fentanilo, la gran deportación que promete Donald Trump, la separación de familias… y los inmigrantes haitianos. Fue este último tema el que llevó a apagar los micrófonos. Las moderadoras intentaron cambiar de tema y centrar la conversación en la economía, pero Vance continuó hablando por encima de ellas para defender los comentarios falsos que ha hecho sobre la comunidad haitiana de Springfield, Ohio. Cuando Walz se lanzó a responderle, ambos fueron silenciados. “Nadie puede oírlos”, advirtieron las moderadoras.

Aunque Vance adoptó esta noche un tono algo más moderado al hablar de los inmigrantes haitianos de Springfield —por ejemplo, en vez de insistir en que se están comiendo las mascotas de sus vecinos, optó por decir que su llegada a esta localidad ha llevado la ciudad “a su límite”—, continuó llamándolos “ilegales”. El candidato republicano a la vicepresidencia repitió sus críticas al programa de estatus de protección temporal, o TPS, por sus siglas en inglés, bajo el cual la mayoría de los inmigrantes haitianos se encuentran legalmente en el país. Tanto Trump como Vance opinan que este programa es ilegal, y esta noche el senador por Ohio lo describió como una “amnistía” que ha perjudicado a comunidades pequeñas como Springfield al desbordar los recursos locales.

“Solo para aclarar a nuestros telespectadores, Springfield, Ohio, tiene un gran número de inmigrantes haitianos que tienen estatus legal, estatus de protección temporal”, señaló la moderadora Margaret Brennan a modo de refutación. TPS permite a personas de países designados por el Departamento de Seguridad Nacional vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos, pero no incluye una vía hacia la residencia permanente o la ciudadanía. La Administración de Barack Obama concedió esta protección a los haitianos que vivían ilegalmente en Estados Unidos en 2010 y el Gobierno de Joe Biden la renovó este verano.

Por su parte, Walz acusó a Vance de deshumanizar a la comunidad haitiana. “Esto es lo que ocurre con un asunto cuando no se quiere resolver. Se demoniza”, dijo. “Al estar con Donald Trump y no trabajar juntos para encontrar una solución, se convierte en un tema de conversación, y cuando se convierte en un tema de conversación como este, deshumanizamos y villanizamos a otros seres humanos”, añadió.

Otro tema que acaparó gran parte de la discusión en torno a la inmigración tuvo que ver con la “mayor deportación de la historia” que la papeleta Trump-Vance promete llevar a cabo. Es una propuesta que, según encuestas recientes, cuenta con el respaldo de más de la mitad de todos los votantes, independientemente de afiliación política, a pesar de que ninguno de los dos republicanos ha concretado cómo se realizaría esta gran expulsión de millones de inmigrantes irregulares. Y cuando esta noche se le pidió explícitamente a Vance que detallara el plan, lo único que dijo es que las deportaciones comenzarían con “criminales”. “Hay un millón de inmigrantes que han cometido algún tipo de delito, empecemos con ellos”, dijo, aun sin explicar el cómo ni el cuándo.

Las moderadoras insistieron y le preguntaron dos veces si Trump deportaría a padres indocumentados cuyos hijos hayan nacido en suelo estadounidense y, por tanto, sean ciudadanos. En efecto, preguntaban: ¿volverá el republicano a separar familias de inmigrantes, como ya hizo durante su primer mandato bajo la política de “tolerancia cero” en la frontera? Vance esquivó la pregunta ambas veces. En lugar de dar una respuesta directa, el candidato a vicepresidente atacó a los demócratas: “Ya tenemos separaciones masivas de familias gracias a la política de fronteras abiertas de Kamala,” dijo. “Es culpa de Kamala”, remató.

El senador también acusó a Harris de permitir que los cárteles “operen libremente en este país” y afirmó que utilizan a niños para introducir drogas en el país. La relación entre la inmigración y las drogas fue un tema al que Vance —cuya madre luchó contra la drogadicción durante su infancia— recurrió varias veces durante el debate. “Kamala Harris dejó entrar fentanilo a niveles récord”, afirmó.

Al igual que hizo Harris durante su debate frente a Trump en septiembre, Walz se refirió en múltiples ocasiones al fallido proyecto de ley de inmigración que el expresidente efectivamente tumbó a principios de este año, a pesar de que contaba con el apoyo de ambos partidos, por motivos políticos. La legislación habría limitado el acceso al asilo e incluía un mayor presupuesto para agentes de la Patrulla Fronteriza, jueces de inmigración y tecnología para detectar contrabando como el fentanilo.

“Trump dijo ‘no’, y les dijo que votaran en contra” porque quería politizar el tema durante la campaña electoral, apuntó Walz, insistiendo en que ni Trump ni Vance buscan soluciones reales a los problemas de los que tanto se quejan. “¿De qué hablaría Donald Trump si realmente hiciéramos algunas de estas cosas? Y son cosas que tiene que ser hechas por la legislatura, no se puede hacer esto a través del poder ejecutivo”, añadió el demócrata.

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