Rusia se convierte en observador Permanente del Parlacen
Vientos rusos soplan en el Parlacen. A la intención de abrir embajada en nuestro país se suma el ingreso de Rusia en el organismo como Observador Permanente. La propuesta se aprobó con 65 votos a favor, en su mayoría de diputados de Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.
¿Qué querrá observar Rusia que no pueda ver sin necesidad de tal formalidad? Está de más decir que «crear condiciones para fortalecer lazos de amistad y cooperación de una manera práctica«. Cuba ya no le resulta una vía tan útil ni tan interesante.
Moscú toma posiciones en la zona y eso no gusta a todos. La cancillería de Panamá emitió un mensaje rotundo de oposición y Celia Medrano, excandidata a la vicepresidencia de El Salvador, manifestó a la agencia EFE que «(…) la presencia de Rusia y China en la región cada vez es más visible, sin que Estados Unidos parezca interesado o capaz de impedirlo.» No se puede decir más claro.
La propuesta, impulsada por el siniestro presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, tiene tentáculos largos y la siguiente etapa sería convertirse en Observador Permanente del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y establecer vínculos con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Rusia está en guerra y el eje que forma con China, Irán y Corea del Norte no es exactamente el aliado ideal para los países que aspiran a asentar sus democracias. Venezuela, Cuba y Nicaragua –sus fieles escuderos- son el ejemplo de lo que cualquier demócrata combate.
El dominicano Ramón Emilio Gori Taveras es el actual presidente del Parlacen. Quizá él pueda explicar mejor hasta dónde llega esta relación con la Duma Estatal de Rusia. (Y de paso recordarnos para qué sirve el honorable parlamento.)