Ucrania deja de confiar en el telediario de Zelenski
Para comprender lo que es el Telemaratón en Ucrania lo mejor es imaginarse cuál sería su equivalente en España: un programa de 24 horas emitiendo las mismas noticias, supervisadas por el Gobierno, en TVE, Tele 5, Antena 3, Cuatro y La Sexta. Esto sucede en Ucrania desde febrero de 2022, cuando comenzó la invasión rusa. La presidencia ucrania decretó, por la excepcionalidad de la situación, la creación de un informativo unificado que cubre la mayor parte del día y que retransmiten los canales públicos y privados. Grupos de comunicación que lo rechazaron perdieron la opción de tener una licencia de emisión y operan en plataformas por cable o en internet. Dos años y medio después, la ciudadanía está dando la espalda al Telemaratón por considerarlo un instrumento de propaganda.
Los principales centros de estudios demoscópicos ucranios preguntan con regularidad sobre el espacio y cada mes que pasa, la credibilidad del proyecto va a menos. El 9 de septiembre se dio a conocer la última encuesta del Centro Razumkov sobre esta cuestión: el 51% de los entrevistados consideraban que el Telemaratón ya no tiene relevancia como fuente de información, frente al 17% que opinan que sí. El resto no saben o no se decantan por ninguna de las dos opciones.
Andriana Kucher es presentadora de Canal 24, una televisión que no forma parte del Telemaratón. Los informativos de Canal 24 se emiten por internet, es el medio audiovisual con más seguidores en Youtube de Ucrania (7,6 millones). Los canales que no se incorporan en la programación del Telemaratón no tienen acceso a emitir por televisión digital terrestre. Los casos más sonados han sido el de Canal 5, propiedad del expresidente y empresario Petro Poroshenko, y el de Espreso TV, ambos medios críticos con el jefe de Estado, Volodímir Zelenski. “El Telemaratón tenía sentido en los primeros compases de la guerra, porque la situación era caótica y aportaba seguridad, pero solo tres meses después ya se convirtió en algo negativo, en propaganda”, dice Kucher, y añade: “No tiene reportajes a fondo, tampoco diversidad de opiniones, por eso a duras penas la miro”.
“El problema clave del Telemaratón es que ha perdido peso porque ha pasado a ser propaganda que evita informar de los errores del Gobierno”, incide Petro Burkovskii, director de la Fundación de Iniciativas Democráticas: “En sí mismo no es bueno ni malo, es un instrumento más durante la guerra. Pero el público ha considerado que es un instrumento en las manos incorrectas y frecuentemente para un uso negativo”.
Burkovskii, igual que Kucher, destaca que el programa fue al principio de la invasión una herramienta útil para contrarrestar la desinformación rusa que quería desestabilizar a la población, convenciéndola de que el ejército no estaba combatiendo y que el Gobierno había huido. A partir de datos de otra encuesta de 2024, Burkovskii señala que actualmente solo un 36% de los ucranios tienen el informativo unitario como fuente de información de referencia. Para revertir la situación, el director de la Fundación de Iniciativas Democráticas opina que es el momento de que el control de su programación se transfiera a los profesionales de Suspilne, la corporación pública de radio y televisión.
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Las redacciones de las cadenas que participan en el Telemaratón se responsabilizan cada una de diferentes franjas de emisión. La pluralidad de opiniones es un poco mayor cuando las noticias están realizadas por las televisiones públicas. Así lo constató un estudio publicado el pasado abril por el Centro para la Pluralidad y Libertad de Medios, organismo del Centro Robert Schuman de la UE. La autora del documento, Dariia Opryschko, señaló que mientras los medios públicos están obligados a dar voz a partidos de la oposición, en los canales privados no se invita a ninguna voz crítica. Opryschko constató que “los estándares periodísticos se violan con frecuencia en el Telemaratón”.
El contenido se decide en reuniones entre los representantes de las cadenas, pero con la intervención y supervisión directa de la oficina del presidente, según revela con varios ejemplos el periodista Simon Shuster en The Showman, uno de los libros más destacados publicados hasta la fecha sobre la gestión de la guerra por parte de Zelenski. Shuster pudo convivir durante el primer año de la invasión con el presidente y su equipo. “Nada parecido había existido en Ucrania desde la era soviética y muchos de sus críticos han lamentado que apesta a propaganda de guerra”, escribe el autor sobre el Telemaratón.
Críticas de Bruselas y Washington
La Comisión Europea, en un documento de noviembre de 2023, ya advirtió de que en el camino de Ucrania para ser miembro de la UE es necesario solucionar la falta de pluralidad en televisión: “Ucrania necesita contemplar medidas que aseguren en la posguerra una pluralidad e independencia de los medios no en línea, en particular, la televisión”. “La guerra de agresión rusa ha impactado profundamente en la pluralidad de los medios”, concluía la Comisión Europea.
Más severo fue el informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre la situación de los derechos humanos en Ucrania publicado el pasado abril: “El decreto de la ley marcial permite más restricciones en los medios y en la libertad de prensa. El Telemaratón televisivo ha permitido un nivel de control sin precedentes sobre la información en hora punta”. El análisis del Gobierno estadounidense incluye una alerta recurrente desde instituciones de derechos humanos y periodísticas en Ucrania: “El Gobierno ha bloqueado, prohibido y sancionado a medios y periodistas que cree que debilitan la soberanía del país. Algunas voces que son críticas con el Gobierno han sido incluidas en la lista negra de los programas controlados por el Gobierno”.
Opryshko subraya que la pluralidad de medios en Ucrania ha ido a menos, pero la situación es mejor en cuanto a diarios tradicionales, medios en internet y radios. El problema, indica, está en la televisión. Tres canales perdieron sus licencias de emisión “sin base argumental”, solo por ser contrarios al informativo unificado. El Telemaratón, indica esta experta, es una de las razones para “el traslado masivo de la audiencia a las redes sociales”, sobre todo a los canales informativos anónimos en Telegram. Las autoridades ucranias alertan desde hace un año del peligro que supone el uso de esta aplicación entre militares —es el sistema de comunicación más común entre las tropas—, pero también del acceso que la ciudadanía ucrania tiene a canales de información prorrusa.
Desde la oficina del presidente se ha insistido en que el Telemaratón es precisamente una fuente fiable de noticias frente a la desinformación rusa. Así lo ha defendido el nuevo ministro de Cultura, Mikola Tochytksii. Este afirmó el 6 de septiembre en sede parlamentaria que era fundamental mantenerlo “porque es importante que haya una sola voz que cuente lo que está sucediendo”. El ministro concedió que es necesario reformar el programa “para encontrar una manera que lo haga interesante para el público”.
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