Vivir Más, un centro gerontológico que vela por el bienestar de los ad
La geriatría es la rama de la medicina que se dedica al estudio las enfermedades que aquejan a las personas mayores y su cuidado; la gerontología es la ciencia encargada del estudio de la salud, la psicología, así como la integración social y económica de las personas que se encuentran en la vejez.
Tomando los principios fundamentales de cada una de estas especialidades, Héctor Romero y su esposa, Kilsys Almonte, crearon en 2022 el centro Vivir Más, un espacio en el sector El Millón, donde los envejecientes encuentran vivienda, cuidado, alimentación, recreación, terapia física y convivencia bajo un mismo techo.
«Somos el primer centro gerontológico y geriátrico de la República Dominicana, por eso tenemos un equipo multidisciplinario: terapia ocupacional, terapeuta físico, encargada de calidad, geriatría, consultas de psiquiatría y, en mi caso, como director, soy gerontólogo», precisó Romero.
El licenciado en Trabajo Social aseguró que el centro se rige por tres pilares: actividad, para mantener ágiles a los residentes; dignidad, con un trato humanitario y respetuoso y, la esperanza para inyectarles ganas de seguir viviendo.
En Vivir Más existen tres niveles de acuerdo a las capacidades cognitivas de los residentes, divididos de la siguiente manera: un primer nivel donde todos conversan, expresándose bien y con coherencia; un segundo nivel donde los residentes ya han manifestado algún tipo de demencia y en una casa cercana, se hospedan los que tienen un nivel cognitivo con mayor compromiso.
En ese local también cuentan con un espacio de recuperación para los pacientes que han atravesado un procedimiento quirúrgico. Actualmente, entre los dos locales, alberga a 37 residentes.
En cuanto a las habitaciones, Romero indicó que hay trece en total, divididas en privadas, de dos residentes, tres o hasta cuatro, todas con sus baños con agarraderas y libres de escalones para evitar accidentes.
Existe también la modalidad de residencia de día hasta las 6:30 de la tarde o una residencia temporal, diseñada para las familias que buscan un espacio de atención para su adulto mayor en caso de salir de viaje u otras circunstancias que no permitan brindarle en casa el cuidado requerido.
El director reconoció que los servicios ofrecidos van orientados a un público de clase media alta, ya que una estadía mensual ronda los 78 mil pesos, sin incluir los medicamentos, que son suministrados aparte por los familiares.
Para ser admitido, el adulto mayor es sometido a una valoración geriátrica integral, siendo evaluado por un geriatría, un psiquiatra, terapeuta físico y un terapeuta psicogeriatra, quienes determinan «cómo está la persona y estructuran el plan de acción».
Juegos y almuerzo
Un chef realiza tres tipos de platos en cada comida: uno para pacientes diabéticos, otro para pacientes que tienen poca capacidad de deglución (siendo de textura blandita o licuada) y uno regular. Cada residente recibe tres comidas y dos meriendas al día.
También cuentan con un espacio lúdico donde juegan bingo, dominó, ajedrez, arman rompecabezas y escuchan música.
Terapias
Además de la terapia ocupacional que se realiza todos los días, los adultos mayores reciben en Vivir Más, terapias grupales e individuales para desarrollar el área motriz y cognitiva, así como terapia acuática, dos veces por semana en una piscina dentro del propio establecimiento.
En cuanto a la atención de las enfermeras, el centro cuenta con personal capacitado las 24 horas del día.
Sentimientos encontrados
Romero comentó que, ciertamente, en algunas familias se han presentado casos de sentimientos encontrados a la hora de contratar los servicios de un centro de atención, desconociendo la calidad de vida, cuidados y socialización que pueden recibir los envejecientes en el lugar adecuado.
«A veces hay hermanos que están en desacuerdo cuando se presenta una situación con sus padres, pero es porque la gente tiene en el subconsciente la imagen de los asilos, un espacio deprimente donde sus familiares ven la vida pasar desde un sillón y ahí encuentran la muerte», destacó sobre el elemento diferenciador de Vivir Más.
Testimonios
Lesbia tiene 91 años de edad y dijo sentirte «muy bien con las atenciones», aunque no recuerda cuánto tiempo lleva viviendo en el centro.
Al momento de la visita se encontraba realizando su terapia de motricidad, formando figuras con masilla.
Otra residente que dijo sentirse «maravillada» con Vivir Más fue Teresa, quien de manera muy amable se expresó de la residencia.
«Es un trato que el que viene no se quiere ir… siempre hay actividad, siempre hay alegría», aseguró doña Hilda, la primera residente que ingresó a Vivir Más.