La campaña Harris-Walz corteja el voto latino para ganar Pensilvania, su Estado clave
“Pensilvania, aquí es donde están pasando las cosas, ¿verdad? ¡Necesitamos ganar este Estado, y necesitamos ganarlo aquí, en su comunidad!”, instaba el candidato a “segundo caballero” estadounidense, Douglas Emhoff. El marido de la vicepresidenta Kamala Harris llamaba a la comunidad hispana a votar en las elecciones de noviembre durante el primer mitin que la campaña de la candidata demócrata ha dedicado específicamente a la comunidad latina, en la ciudad de Allentown, una de las de mayor proporción de votantes hispanos en Pensilvania, el Estado clave en la carrera por la Casa Blanca.
Emhoff también pasó revista a las prioridades para una hipotética Administración Harris, desde la construcción de más de tres millones de nuevas viviendas a la recuperación del derecho al aborto a nivel federal. Junto a él clamaban: “cuando luchamos, ganamos”, en un pabellón escolar toda una gama de personalidades políticas latinas del área, desde el congresista de Filadelfia Danilo Burgos al alcalde de Allentown, Matt Tuerk, de origen cubano. Con ellos, el secretario de Educación, Miguel Cardona, reivindicaba el arroz con frijoles como algo tan intrínseco al ADN estadounidense como el pastel de manzana, entre los aplausos del público y música de reguetón.
Más que en ningunas otras elecciones hasta ahora en Estados Unidos, el voto latino será fundamental para decidir el resultado en los Estados bisagra -aquellos donde el republicano Donald Trump y la demócrata Harris se encuentran en empate técnico- y, por tanto, quién será el vencedor final de la lucha entre ambos. En Pensilvania, el Estado fundamental para la estrategia de victoria de la vicepresidenta, la participación de este bloque de votantes puede resultar especialmente definitiva para inclinar la balanza. Pero en todo el país, un 55% de estos electores afirma que no ha sido contactado por ninguno de los partidos para registrarse para votar, según un sondeo publicado esta semana.
La comunidad latina es la de más rápido crecimiento en Pensilvania: desde 2010, ha aumentado un 40% su presencia en este estado de trece millones de personas. En estas elecciones pueden votar cerca de 600.000 de ellos, casi siete veces más que el margen de 82.000 papeletas (un 1,17% del total de los sufragios) por el que Joe Biden ganó el Estado en 2020. Un 21% de los votantes latinos están llamados a las urnas por primera vez.
Ya no se concentran, como ocurría antes, en Filadelfia -la gran metrópolis del Estado- y sus alrededores. Hoy día, Allentown y Reading, respectivamente la tercera y la cuarta ciudad del territorio, cuenta con una mayoría de población que se identifica como latina, procedente principalmente de Puerto Rico, la República Dominicana, y México. Otras ciudades de menor tamaño, desde las industriales Wilkes-Barre y Scranton, en el norte, a Lancaster y York en el sur, también han visto la llegada de una ola de hispanohablantes.
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Ambas campañas intentan cortejar ese voto: hace una semana, el rapero puertorriqueño Anuel AA compareció junto a Trump en un mítin en Johnstown para animar al voto republicano. Ese partido abrió en julio una oficina en Reading, la cuarta ciudad de Pensilvania y donde el 70% de la población se identifica como latina.
Los demócratas, por su parte, han lanzado un canal de WhatsApp específico para la comunidad latina; una campaña publicitaria; han abierto medio centenar de oficinas en todo el Estado, incluidas ciudades con una importante población hispana. Y prometen que el mítin de este sábado en Allentown no será el último en los menos de sesenta días que quedan para la cita en las urnas el 5 de noviembre.
“La vicepresidenta Harris entiende que los latinos buscan un líder que luchará por ellos y por los asuntos que más importan a sus familias. La campaña Harris-Walz está invirtiendo mucho en acercarse y ganar el apoyo de este bloque de votantes cada vez más importante en Pensilvania”, afirma el equipo de la candidata demócrata.
Si para las dos campañas el voto latino es importante, para la demócrata es vital: en 2020, el 69% de este electorado apoyó a Joe Biden, mientras que solo el 27% lo hacía por Trump. Una encuesta de Quinnipiac en agosto apuntaba que el 49% se inclina por Harris; un avance considerable con respecto al 39% que respaldaba a la fórmula demócrata antes de que Biden renunciara a la reelección, pero aún por debajo de lo que necesita ese partido para ganar Pensilvania. En especial entre los varones latinos más jóvenes, Trump ha logrado avances en los últimos cuatro años; y tradicionalmente, los votantes hispanos acuden a las urnas en menor proporción que otros grupos del electorado.
“Tenemos trabajo por hacer”, reconoce el alcalde Tuerk. “Pero sé por experiencia que si te comunicas con los votantes latinos, que te aseguras de que se sienten escuchados y tenidos en cuenta, eso tiene un impacto. Dejar claro que no solo hablamos la lengua, sino que les entendemos. Que la comunidad latina no es monolítica, sino que todos tenemos intereses distintos y experiencias distintas… Si nos aseguramos de que se les escucha, que mantenemos la comunicación, y escuchan que es un alcalde latino quien les está diciendo esto, creo que es un camino para que vayan a las urnas”.
El mitin dedicó especial importancia precisamente a abordar cuestiones de interés específico para las distintas comunidades latinas en la audiencia. Así, el puertorriqueño Cardona recordó a los boricuas -el mayor grupo hispano en Pensilvania- que “una candidata quiere arreglar el sistema educativo y el sistema energético en Puerto Rico, mientras que el otro tira rollos de papel higiénico a la multitud después de un huracán”. El secretario de Educación se refería al gesto de Trump al reunirse con un grupo de supervivientes en su visita a la isla tras el paso de la tormenta María en 2017 que la devastó.
Además del mitin, Emhoff también dedicó parte de su paso por Allentown a visitar una oficina de la campaña -de paredes forradas con carteles en los que se leía “Latinos por Harris-Walz”- y agradecer a los voluntarios su trabajo. Este domingo visitará Wayne, otra de las localidades del llamado “cinturón latino” de Pensilvania.
A la salida del evento, la doctora Mora Torres, de origen dominicano, venía a coincidir con Tuerk. Era la primera vez que esta veterana médica asistía a un acto electoral, y había venido acompañada de su hija, de su nieta y de una amiga de ésta.
“Es muy bueno que hayan destacado a la comunidad latina, que ahora es tan importante en Estados Unidos y en Pensilvania. Ha sido muy interesante poder ver tan de cerca y escuchar de primera mano a líderes nacionales tan importantes sobre qué es lo que están haciendo”, asegura Mora Torres. La familia asegura que “sin duda” irán a votar el próximo 5 de noviembre. “Bueno, yo no todavía porque no puedo. Pero a partir del año que viene, seguro”, sonríe la nieta.