Bolivia sube al estadio más alto para salir del fondo en eliminatorias
El estadio Municipal de Villa Ingenio en la ciudad de El Alto, en el altiplano de Bolivia, tiene marcado en blanco la frase: «Se juega donde se vive».
Es la consigna desafiante de Bolivia que se prepara para recibir esta semana un partido de las eliminatorias de la Copa Mundial en uno de los estadios más altos del mundo.
Tradicionalmente, la selección nacional ha buscado sacar provecho de la altura en las eliminatorias jugando en el Estadio Olímpico Hernando Siles de la Paz, a unos 3.600 metros sobre el nivel del mar. La diferencia es que ha decidido subir más, mucho más.
Con el visto bueno de la CONMEBOL, el ente rector del fútbol sudamericano, los bolivianos estrenarán el jueves contra Venezuela otro escenario: el estadio Municipal de Villa Ingenio, en El Alto, la segunda ciudad en importancia del país. Se jugará a 4.150 metros, con los picos más altos de Los Andes en el horizonte.
Con una victoria y cinco derrotas, la Verde está penúltima en la tabla de posiciones de las eliminatorias para el Mundial de 2026. Necesita sumar ante Venezuela, que viene de disputar una buena Copa América en Estados Unidos y está actualmente en el quinto lugar y en zona de clasificación directa.
El nuevo director técnico de Bolivia, Óscar Villegas, quien debutará en ese partido después de asumir en julio tras la salida del brasileño Antonio Carlos Zago, no sólo espera que el cambio de escenario le sea favorable a su selección, sino que en su reciente convocatoria para las próximas dos fechas renovó el plantel con 80% de jugadores que juegan en la altura. Entre ellos hay seis jugadores de Always Ready, un club con sede en El Alto, e igual número del Bolívar, de La Paz.
«El fútbol está hecho de detalles. No quiere decir que con esto (cambio de estadio) vamos a ganar», indicó a los medios locales Villegas, un exdelantero boliviano que jugó con Bolívar.
«En El Alto trataremos de ser lo más intensos posible, que sepan que están en un campo nuevo que hasta ahora es imbatible», señaló en referencia a que los clubes bolivianos no han perdido allí en partidos por las Copas Libertadores y Sudamericana. «También juega lo psicológico y anímico, es algo que nos va a ayudar muchísimo».
Medio ovalado, con tribunas y butacas desechables, con una capacidad para 24.000 espectadores, el estadio de El Alto es más chico y con menor aforo que el Hernando Siles de La Paz (40.000 aficionados). Pero con 550 metros más de altitud sobre el nivel del mar es uno de los escenarios para partidos internacionales situados a mayor altura.
El presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, Fernando Costa, ha dicho a los medios que la cancha estará a prueba para ver la respuesta de los jugadores, espectadores y la organización para así poder determinar si se llevan a cabo otras fechas de las eliminatorias.
Venezuela, que disputa sus partidos como local en la costa, no se ha quejado del partido a una mayor altura en Bolivia, pero sí ha tomado sus previsiones.
En una primera convocatoria de 47 jugadores, su técnico Fernando Batista, incluyó a algunos que militan en ciudades donde se juega en la altura, entre ellos el arquero Alain Baroja, del Always Ready. Sus jugadores también están siendo sometidos a ejercicios de respiración con oxígeno y a una aclimatación en cámaras hiperbáricas.
No todos están de acuerdo en que se dispute partidos de fútbol en la altura.
Tite, quien dirigió a Brasil en los mundiales de 2018 y 2022 y actual entrenador de Flamengo, alzó la voz contra ello y dijo que es «difícil jugar en la altura» tras el choque que su club perdió 1-0 ante Bolívar por los octavos de final de la Copa Libertadores, en La Paz este mes. En el partido de vuelta, Flamengo se impuso 2-0 en el Maracaná de Río de Janeiro para avanzar.
Villegas, el seleccionador boliviano, espera que esa queja de Tite no pase a más y que otros busquen «querer colgarse de eso y caer contra Bolivia«.
La idea de construir el estadio se concibió en 2013 durante gobierno del entonces presidente Evo Morales, como parte de su estrategia de la defensa de la altura después que en 2007, la FIFA dispuso que no se podría jugar encuentros internacionales por encima de los 2.750 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, al año siguiente derogó esa medida ante gestiones de las autoridades de Bolivia.
«La cancha ha sido homologada por la CONMEBOL porque cumple con todos los requisitos que han pedido», aseguró a The Associated Press Edmundo Vargas, director municipal de deportes de El Alto.
En la nación andina no hay un estudio sobre el impacto que tiene jugar a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, dijo el cardiólogo Carlos Salinas, del Instituto Boliviano de Biología de Altura y con una maestría en la Universidad de Cambridge en estudios sobre la altura.
Mencionó una evaluación que se hizo en 2007 a ciclistas extranjeros que participaron en una competencia a más de 4.000 metros y que, según el cardiólogo, no tuvieron ningún impacto en la salud.
El médico epidemiólogo Jesús Jiménez, con una maestría en la Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia, dijo que en 2013 participó de un estudio sobre el impacto que tiene en el futbolista jugar a 3.600 metros, como en La Paz, y que no se encontró ninguna afectación a la salud.
«Nosotros siempre recomendamos a cualquier deportista que tenga una evaluación previa antes de venir a la altura y un periodo de adaptación», señaló Jiménez.
A medida que se acercaba el choque del jueves, trabajadores dan mantenimiento al drenaje del césped natural, traído de Alemania.
En el El Alto — una ciudad donde viven en su mayoría migrantes aymaras que se consideran férreos defensores de su cultura y ahora del fútbol— se espera con ansias ver correr la pelota en un partido internacional.
Rosa Mendoza, una indígena aymara quien practica el deporte como arquera y pasó de ser hincha de Bolívar a Always Ready, se expresó contenta por el partido de la selección nacional en El Alto. «Aquí vivo, aquí también juego al fútbol».