Macron concluye las consultas políticas sin desvelar la incógnita sobre el futuro primer ministro

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, retomó este lunes las consultas con los partidos políticos que componen el Parlamento, que inició el viernes y que, según el Elíseo, concluirán con el anuncio de un primer ministro. Las presiones crecen para que se nombre ya a un Gobierno, después de que las últimas elecciones legislativas dejaran a un país sin mayoría clara. En el último día de las conversaciones, el presidente se reunió con la cúpula del ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN), quien le confirmó que censuraría “cualquier gobierno de izquierda”. El fundador del partido izquierdista La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, abrió la puerta el sábado a la formación de un Ejecutivo de izquierdas sin ministros de su formación para sortear el veto de otros partidos.

Macron también se reunió con el aliado del RN Éric Ciotti, que pertenece al sector más derechista de Los Republicanos (LR, derecha), con la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, y con su homólogo del Senado, Gérard Larcher. ¿Qué pasará ahora? La incógnita, de momento, es total. El jefe de Estado podría realizar otra ronda de consultas el martes o dirigirse al país por televisión para aclarar la situación y explicar por qué necesita más tiempo. Los líderes de la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) anunciaron, sin embargo, que no volverán a reunirse con Macron a menos que sea para discutir de un Gobierno con su candidata, Lucie Castets, a la cabeza.

La segunda vuelta de los comicios el 7 de julio dejaron al país en un limbo, con un hemiciclo dividido en tres bloques, todos lejos de la mayoría absoluta de 289 diputados. La alianza de izquierdas, que reúne a La Francia Insumisa (LFI), socialistas, comunistas y ecologistas, obtuvo el mayor número de escaños en la Asamblea (193 de 577) y reclama, por ende, designar al primer ministro. Pero Macron ha descartado hasta ahora nombrar a la candidata de la izquierda unida, con quien ya se reunió con el viernes.

El dirigente defiende que, al no haber ningún bloque con mayoría, debe formarse una coalición mayoritaria con diputados del centro, la izquierda y la derecha moderada. El objetivo, recalcó, es obtener una “mayoría sólida”, estable, y “necesariamente plural”. Lo dijo a mediados de julio en una carta a los franceses, y justo antes de los Juegos Olímpicos de París, en una entrevista televisiva el 23 de julio.

La ley fundamental no fija plazos para que el jefe de Estado nombre a un primer ministro. Pero el tiempo corre. El Gobierno se encuentra en funciones desde el 16 de julio y la situación empieza a generar cierta impaciencia en el seno de la población. Los Juegos Paralímpicos de París empiezan el miércoles y Francia debe aprobar unos Presupuestos para 2025 y presentarlos a más tardar el primer martes de octubre en la cámara baja del Parlamento.

Para tratar de desbloquear la situación y aclarar las posiciones de las distintas fuerzas políticas —o para ganar tiempo—, Macron inició el viernes una serie de consultas. Empezó con el NFP, al que le siguieron los miembros del bloque presidencial, que obtuvieron 166 diputados, y el partido conservador Los Republicanos, con 47 escaños. El lunes fue el turno del RN que, a pesar de liderar todas las encuestas, quedó en tercera posición con 126 diputados en los últimos comicios. La líder ultraderechista Marine Le Pen acudió al palacio presidencial junto a su delfín, Jordan Bardella.

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Tras el encuentro, Le Pen acusó a Macron de ser responsable del “caos político” que vive el país y subrayó que el RN votará una moción de censura contra “cualquier Gobierno de izquierda”. En los últimos días, tanto LR como los miembros del bloque presidencial indicaron que sus grupos censurarían a un Ejecutivo si incluía miembros de LFI, el partido que más pesa en el NFP. El fin de semana, Mélenchon dio un golpe de efecto y preguntó si dejaría de haber un veto a un Gobierno de izquierdas si su formación aceptara no entrar en él. “Si responden que no, podremos decir que los ministros insumisos son simplemente un pretexto, y que lo que ustedes no quieren es el programa” del NFP, señaló en una entrevista televisiva.

La ausencia de ministros de LFI en un nuevo Ejecutivo “no cambia absolutamente nada”, recalcó Le Pen. “El Nuevo Frente Popular está dirigido por La Francia Insumisa”, añadió. A lo largo del fin de semana se sucedieron las reacciones a la pregunta de Mélenchon. El centrista François Bayrou, aliado de Macron, afirmó que la oposición a un gobierno del NFP se debía no tanto a la presencia de LFI sino al programa de la alianza. “Es un programa peligroso para el país”, aseguró. La coalición de izquierdas propone, entre otros, derogar la reforma de las pensiones de Macron —que aumentó la edad de jubilación de los 62 a los 64 años y provocó una ola de manifestaciones en el país—, y aumentar el salario mínimo a los 1.600 euros. El de ahora se sitúa en torno a los 1.400 euros.

Macron, legalmente, no está obligado a nombrar a un primer ministro en las próximas horas. Pero las presiones crecen cada vez más. El fin de la ronda de consultas coincidió con la rentrée – el inicio de curso – del Medef, la patronal francesa. “Los jefes de empresas están preocupados y no debemos ponerles nerviosos con una situación política borrosa que dure demasiado”, dijo su presidente, Patrick Martin.

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