La justicia italiana investiga al capitán del velero de lujo que naufragó en Sicilia con siete muertos
El capitán del Bayesian, el neozelandés James Cutfield, está siendo investigado por la justicia italiana por el naufragio, hace una semana, del velero de lujo frente a las costas sicilianas durante una tormenta, según apuntan los medios italianos. En el hundimiento murieron siete personas, entre ellas, el magnate británico Mike Lynch, propietario del yate, y su hija Hannah, de 18 años, además del presidente de Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer.
Los fiscales están tratando de dilucidar si Cutfield, un ciudadano neozelandés de 51 años, con ocho de experiencia capitaneando barcos de lujo, tuvo algún tipo de responsabilidad, tanto por acción como por omisión en el naufragio. Y lo están investigando por los presuntos delitos de naufragio culposo y homicidio múltiple. Como parte de la investigación, le han tomado declaración por segunda vez este domingo. La primera vez que hablaron con él fue al día siguiente del hundimiento, cuando le hicieron preguntas durante más de dos horas. Según apunta la prensa local, tras este nuevo interrogatorio, en el que participó en calidad de “persona informada de los hechos”, se comunicó al capitán que está siendo investigado.
Según las leyes italianas, estar investigado no implica culpabilidad y no conlleva cargos penales, hasta que el fiscal no formalice una acusación concreta, que después un juez debe convalidar.
El sábado, durante una rueda de prensa, el fiscal que dirige el caso en esta fase, Ambrogio Cartosio, confirmó que está investigando un presunto delito de naufragio y homicidio imprudente, por el momento sin sospechosos oficiales. Además, recalcó que no descarta ninguna posibilidad. También señaló que tanto el capitán como los miembros de la tripulación se han mostrado “colaborativos” en todo momento y advirtió que esperaba que siga siendo así, porque tenía más preguntas para ellos. No obstante, confirmó que son libres de abandonar el país cuando lo deseen.
Según apuntan los medios, los pasajeros que sobrevivieron al naufragio, entre ellos Angela Barcares, esposa de Lynch y también propietaria de la embarcación, ya se han trasladado a sus respectivos países, mientras que el capitán y la tripulación permanecen en un hotel en Sicilia.
Se desconoce, por el momento, si además del capitán están siendo investigados también otros miembros de la tripulación.
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Un dato relevante, como explicó el sábado el fiscal adjunto, Raffaele Cammarano, que coordina la investigación, es que la noche de la tormenta había un oficial de guardia en el puente cuya tarea consistía en advertir del mal tiempo repentino, aunque no se ha revelado qué miembro de la tripulación tenía ese cometido. “Me pregunto por qué no vio venir la tormenta. También estamos investigando por qué la tripulación se salvó subiéndose al bote salvavidas mientras los demás huéspedes estaban todavía en el casco. Lo que sí sabemos es que el suceso fue realmente repentino y brusco”, señaló Cammarano.
Negligencias
Los investigadores no se explican cómo un velero de lujo como el Bayesian, de 56 metros de eslora, 11 de manga y 500 toneladas de peso, pudo hundirse en apenas 16 minutos durante la tormenta, mientras que otro velero más pequeño que estaba anclado a un centenar de metros resultó ileso. Además, consideran que hay evidencias suficientes para probar negligencias en el naufragio del Bayesian, tanto antes de que el velero comenzara a hacer aguas como durante la fase de hundimiento del barco. Pero aún falta por esclarecer a quién o quiénes son imputables.
Por el momento, la teoría que tiene mayor peso, tanto para la justicia como para los expertos, es la de una “cadena de errores”. La hipótesis más extendida que los investigadores están tratando de confirmar, y para ello el fiscal solicitará que se reflote el velero, que yace en el lecho marino a 50 metros de profundidad, es la de que algunas escotillas clave quedaron abiertas durante la tormenta y por ahí entró agua en el casco de la embarcación, lo que provocó el naufragio.
Esta semana se realizarán previsiblemente las autopsias de los cuerpos de los fallecidos. Las víctimas del naufragio son el magnate británico de las tecnologías Mike Lynch y su hija Hannah, el banquero y presidente no ejecutivo de Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer; su esposa, Judy; el abogado de Lynch, Chris Morvillo; y su esposa, Neda. Además, Recaldo Thomas, el cocinero del barco.
El yate Bayesian se hundió la noche del pasado lunes ante las costas del pueblo siciliano de Porticello en medio de una fuerte tempestad. El barco iba al completo de su capacidad, con 22 personas a bordo, de las cuales 10 miembros de la tripulación y 12 pasajeros. En el naufragio perdieron la vida siete personas: el cocinero del barco, Recaldo Thomas, cuyo cuerpo fue recuperado en el mar a las pocas horas del naufragio; la hija de Mike Lynch Hannah, de 18 años; el abogado del magnate, Chris Morvillo y su esposa Neda y el presidente del banco Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer, y su mujer Judy.
Desde el lunes hasta el viernes, los equipos de rescate se concentraron en las labores de búsqueda por aire y bajo el agua, donde los buzos de los bomberos desplegaron un complicado dispositivo que implicó 123 inmersiones en el interior del velero, a 50 metros de profundidad.
La búsqueda finalmente concluyó con el hallazgo de los seis cadáveres dentro del barco, en los del lado izquierdo, que fue el último en hundirse, lo que para los investigadores indica que trataron de huir en busca de burbujas de aire para respirar, pero no consiguieron llegar a cubierta y quedaron atrapados en el interior del yate.
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