Un “ataque preventivo” israelí con un centenar de aviones abre el mayor intercambio de fuego con Hezbolá en dos décadas
Horas antes de que Israel y Hamás comenzasen a negociar en El Cairo un alto el fuego en Gaza, otro frente se ha encendido este domingo en Oriente Próximo, con el mayor intercambio de fuego en dos décadas. Poco antes de las 05.00 horas (04.00, en la España peninsular), el ejército israelí ha lanzado por sorpresa en Líbano lo que define como un “ataque preventivo” con unos 100 aviones abriendo fuego contra “miles de lanzaderas” de cohetes en 40 zonas, en su mayoría en el sur del país. Hezbolá ha anunciado justo después la primera fase ―en forma de 320 cohetes y drones contra 11 bases militares― de su represalia por el asesinato el mes pasado de su número dos, Fuad Shukr, que ha dado por “completada con éxito”. Solo se ha informado de momento de tres muertos en Líbano, aunque prima el secretismo sobre las consecuencias de los ataques cruzados.
Las alertas antiaéreas e imágenes de intercepciones por el escudo antimisiles se han sucedido en el Estado judío en poco tiempo, así como los bombardeos en Líbano, en dos oleadas. La agencia estatal ha definido estos ataques como “los más violentos” desde el 8 de octubre de 2023, cuando comenzaron los enfrentamientos. Las autoridades militares israelíes han declarado el estado de emergencia en las próximas 48 horas, limitado a 30 personas las reuniones en el exterior y cerrado las playas al norte de Tel Aviv.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha declarado al inicio de una reunión con el gabinete de seguridad convocada de urgencia para valorar la situación: “Esta mañana detectamos preparativos de Hezbolá para atacar a Israel. En consenso con el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor, ordenamos a las Fuerzas de Defensa de Israel iniciar una acción para eliminar la amenaza”.
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Tras dos horas de fuego cruzado, Hezbolá ha anunciado el fin de la “primera fase” de su respuesta y el principal aeropuerto del país, Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, ha reabierto el espacio aéreo, cerrado durante unas horas. El aeropuerto de Beirut, considerado primer objetivo israelí en una guerra de envergadura, funciona con normalidad. También se mantiene la reunión en la capital egipcia para abordar un alto el fuego en Gaza.
Pese a al violento intercambio, la milicia libanesa ha limitado su represalia a zonas del norte que ya venía atacando en los diez meses de guerra de baja intensidad que mantiene con Israel en paralelo a la de Gaza. No obstante, advierte, de que ha sido solo la “primera fase”.
La escalada ―inédita desde la guerra entre Israel y Hezbolá en 2006― es el resultado de un aumento creciente de la tensión, la profundidad y la potencia de fuego entre ambos, alimentado por las llamas de la invasión de Gaza ―que acaba de superar los 40.000 muertos― y que vivió hace un mes un punto de inflexión. En aquel momento, un cohete lanzado desde Líbano mató a 12 menores de edad cuando jugaban al fútbol en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel. Fue, aparentemente, un error de Hezbolá (que lo niega) al apuntar a una base militar cercana. Israel asesinó entonces al número dos de Hezbolá, Fouad Shukr, nada menos que en su feudo en Beirut (Dahiya) y, al día siguiente, a Ismail Haniya, líder político de Hamás, en Teherán.
Irán y su aliada Hezbolá prometieron venganza, pero la presión diplomática, la negociación de un alto el fuego en Gaza para impedirla y el valor del suspense como “parte de la respuesta” (en palabras del líder de la milicia, Hasan Nasrala) la habían aplazado hasta ahora.
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