Gershwin y Ravel abren la Temporada Sinfónica 2024
Con un programa sumamente atractivo, inicia mañana martes 20 de agosto la Temporada Sinfónica 2024.
En este concierto inaugural escucharemos tres obras del compositor norteamericano George Gershwin (1898-1937): el Cuadro Sinfónico de Porgy and Bess, la Rapsodia en Blue y el Concierto en Fa para piano y orquesta. Cerrará la noche, una de las obras más famosas del repertorio orquestal el Bolero del francés Maurice Ravel.
El maestro José Antonio Molina estará al frente de su querida orquesta, con Zhenni Li-Cohen al piano como solista invitada, quien es aclamada como «una artista de tremenda convicción, que fascina al mismo tiempo que provoca» por la revista Gramophone. Invitada frecuente de las principales orquestas del mundo, Li-Cohen es una artista Steinway.
Cuadro Sinfónico de Porgy and Bess
Gershwin fue uno de los primeros compositores en incorporar las características del jazz a la música clásica, logrando presentar este ritmo como una forma de arte respetable y valiosa. En sus obras se integran melodías procedentes del jazz y de la tradición clásica.
En Porgy and Bess, Gershwin consigue una ópera única en su género, una fusión magistral de música clásica, jazz y música popular. Estrenada por primera vez en 1935, su historia ambientada en Carolina del Sur nos transporta a un mundo vibrante, lleno de vida y emociones profundas.
El Cuadro Sinfónico sobre Porgy and Bess inicia con una evocadora introducción: la pieza incluye una amplia selección de los temas de la partitura original fuera de la secuencia de la acción de la ópera.
Fue escrito por Robert Russell Bennett a petición del director de orquesta Fritz Reiner, que la estrenó con la Sinfónica de Pittsburgh en 1943. Bennett fue amigo de Gershwin y autor de varios de los espectáculos de Broadway del compositor. Bennett derrochó experiencia, técnica y afecto en la obra.
Rhapsody in Blue para piano y orquesta
Justo hace un siglo, en un frío febrero en 1924, se estrena Rhapsody in Blue con el propio Gershwin al piano, dentro de un concierto que se tituló «Un experimento de música moderna», presentado por Paul Whiteman en Nueva York.
Gershwin escribió la pieza a toda prisa, para piano y banda de jazz, dejando la partitura al arreglista Ferde Gofré. La obra se consagró como una de las favoritas del público. El inconfundible solo inicial de clarinete te captura inmediatamente.
Con ella Gershwin mostró que era posible tomar material de un estilo popular, someterlo a métodos clásicos de extensión, variación y desarrollo, dentro de una estructura tradicional y producir una fusión convincente. El jazz ganó respetabilidad y una nueva dimensión en la llamada música «seria».
La Rapsodia, también se escucha en películas emblemáticas como Manhattande Woody Allen y Fantasía 2000 de Disney, entre otras más.
Concierto en Fa para piano y orquesta
En 1925, Gershwin hizo otra incursión en los clásicos con el Concierto en Fa para Piano y orquesta, una obra más ambiciosa, en la cual se encargó de su orquestación.
En cuanto al Concierto en Fa es jazz en toda regla, y un logro notable para un compositor de 27 años. La conexión que tuvo con París, y también con Maurice Ravel, fue para Gershwin extremadamente importante. Su admiración por la música francesa queda patente en el segundo movimiento del Adagio del concierto.
El propio compositor describe su concierto de la siguiente forma:
- «El primer movimiento emplea el ritmo del Charleston. Es rápido y palpitante, y representa el espíritu joven y entusiasta de la vida americana. Comienza con un motivo rítmico emitido por los tambores Kettle, apoyado por los demás instrumentos de percusión y con un motivo Charleston introducido por fagot, cornos, clarinetes y violas. El fagot anuncia el tema principal. Más tarde, el piano introduce un segundo tema».
- «El segundo movimiento tiene una atmósfera poética y nocturna que se ha dado en llamar blues americano, pero de una forma más pura que la que se suele tratar».
- «El movimiento final vuelve al estilo del primero. Es una orgía de ritmos que comienza violentamente y mantiene el mismo ritmo a lo largo de toda la obra».
Bolero de Ravel
Maurice Ravel (1875-1937) es el gran representante de la moderna escuela musical francesa. Conocido universalmente por su Bolero, posee un catálogo, aunque no muy extenso, que incluye una serie de obras verdaderamente hermosas.
El Bolero, una de las más populares obras de la música clásica, debe su nacimiento a la bailarina rusa Ida Rubinstein, quien, en 1927, comisionó a Ravel crear un ballet basado en 6 movimientos de la Suite Iberia, del compositor español Isaac Albéniz.
Al Ravel iniciar el arreglo encontró que otro compositor ya poseía los derechos para orquestar las piezas de Albéniz, y no podía utilizarlas.
Durante sus vacaciones de verano, Ravel dio con la ingeniosa y sencilla idea del Bolero. Creó un tema único, introducido por la flauta sobre un sencillo patrón rítmico, y lo repitió una y otra vez, en diferentes y espectaculares combinaciones de los instrumentos, aumentando gradualmente el nivel dinámico del pianissimo al fortissimo a lo largo de los 15 minutos que dura la obra.
Ravel terminó la obra a tiempo para su estreno en noviembre de 1928 en la Ópera de París, con Rubinstein en el papel principal. Cuentan que Ravel no quedó muy feliz con la producción de Rubinstein. Sin embargo, el éxito musical del Bolero fue extraordinario, sorprendiendo al propio Ravel.
Para el programa de mañana en la noche, presentar obras de Gershwin y Ravel no es coincidencia, ambos compositores se admiraban y conocieron, la música francesa influyó en Gershwin y el jazz en Ravel.
Disfrutemos de una apertura de temporada difícil de olvidar.