Rusia libera al periodista Evan Gershkovich en el mayor intercambio de presos con Occidente desde la Guerra Fría
Rusia ha liberado este jueves al periodista estadounidense Evan Gershkovich, corresponsal en Moscú de The Wall Street Journal, en el mayor intercambio de presos con Occidente desde el fin de la Guerra Fría. El Kremlin, junto con Bielorrusia, también ha dejado en libertad al exmilitar estadounidense Paul Whelan, al disidente ruso Ilya Yashin y al mercenario alemán Rico Krieger, según ha confirmado la presidencia de Turquía. A cambio, Estados Unidos, Alemania y otros países europeos han entregado conjuntamente a Moscú a varios ciudadanos acusados de espionaje o asesinato. Entre ellos está el español de origen ruso Pablo González, que llevaba más de dos años recluidos en Polonia sin cargos en su contra. El canje de las 26 personas ha tenido lugar en Ankara, la capital turca.
La Organización Nacional de Inteligencia (MIT), los servicios secretos de Turquía, han mediado en la operación, según un comunicado citado por la prensa local: “Hoy se producirá un intercambio (de prisioneros) bajo la coordinación de nuestra institución. Se trata de una de las operaciones de intercambio más grandes de los últimos tiempos y nuestra organización ha tenido un importante papel como mediadora”. Washington y Moscú solicitaron a Turquía su intervención, ya que el país euroasiático mantiene buenas relaciones con ambas capitales: pese a ser miembro de la OTAN casi desde su fundación no ha decretado sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania y los mandatarios de ambos países mantienen constantes contactos.
Según explicaron fuentes de la inteligencia turca a EL PAÍS, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, encomendó al jefe del MIT, Ibrahim Kalin (antiguo asesor presidencial de seguridad nacional y política exterior), que manejase personalmente el caso y, por ello, mantuvo en las últimas semanas constantes reuniones con las partes para preparar el intercambio, que estuvo precedido, el mes pasado, por una reunión de las partes implicadas en Turquía.
Dado lo delicado de la misión, la logística del intercambio ha sido supervisada y controlada por el MIT desde inicio a fin, según las fuentes turcas. Siete aviones aterrizaron esta tarde en el aeropuerto de Esenboga en Ankara, procedentes, dos de ellos, de Estados Unidos, y el resto de Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega y Rusia. En ellos viajaban los 26 individuos, entre los que hay dos menores de edad, que estaban presos en cárceles de los mencionados países, además de en Bielorrusia.
“Por el alto número de presos que iban a ser intercambiados, todos los individuos fueron extraídos de los aviones bajo la supervisión de personal del MIT y transferidos a una zona segura”, ha explicado la presidencia turca en un comunicado. “Tras completar los necesarios procesos de verificación de identidad, reconocimientos médicos y otras peticiones, fueron embarcados en los aviones de los países a los que serían enviados, tras recibir la aprobación del MIT”, ha agregado. Una vez aprobado el intercambio de los 26 individuos, 10 —incluidos los dos menores—, fueron transferidos a Rusia; 13 a Alemania y tres a Estados Unidos.
Estados Unidos llevaba meses negociando la liberación de Gershkovich, detenido en marzo de 2023, cuando preparaba una información acerca de la guerra en Ucrania. El periodista, acusado de espionaje, fue condenado a 16 años de cárcel el 19 de julio en un juicio relámpago (con solo tres sesiones a puerta cerrada), en la primera señal de que el Kremlin quería acelerar el canje. El presidente de EE UU, Joe Biden, dijo entonces que no cejaría “en los esfuerzos por traerlo de regreso” a su casa, mientras seguía trabajando “intensamente” en su liberación. El mismo día, la justicia rusa sentenció a seis años a la periodista ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva, del medio Radio Free Europe/Radio Liberty, que también ha sido liberada este jueves.
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El Gobierno ruso ha sido el primero en comentar la operación. El portavoz presidencial, Dmitir Peskov, ha instado a los “enemigos” que abandonaron las cárceles rusas a que se mantengan alejados de Rusia. Además, “todos los que no son nuestros enemigos deben regresar”, ha señalado, citado por la agencia de noticias estatal TASS.
También se ha manifestado la ONG Reporteros sin Fronteras, que ha expresado su alivio por el fin del calvario de Gershkovich y recordado más de 40 periodistas siguen detenidos en Rusia. “Esperamos ansiosamente noticias sobre su regreso a Estados Unidos, pero insistimos en que no debería haber pasado ni un solo día en una prisión rusa por hacer su trabajo como periodista”, ha declarado la organización.
La prensa rusa informaba desde hacía varios días sobre las posibilidades de este intercambio. Por un lado, llamaban la atención los traslados inadvertidos de varios disidentes detenidos, como el del político opositor Yashin y el del activista Orlov de las prisiones en las que estaban recluidos, o las “desapariciones” del sistema penitenciario ruso de varios presos extranjeros, informa Reuters. A esto se sumaron otras decisiones inusuales, como la del régimen del bielorruso Aleksandr Lukashenko de indultar el martes al alemán Krieger —acusado de terrorismo y que había sido condenado a muerte a mediados de julio—, o la deportación injustificada de dos supuestos espías rusos desde Eslovenia, que habían sido condenados a cadena perpetua.
Entre los liberados por Moscú destacan otros nombres, además de Gershkovich, como el del periodista Vladímir Kara-Murza, ciudadano con doble nacionalidad rusa y británica que estaba cumpliendo una pena de 25 años por criticar la invasión en Ucrania. De 42 años, es una de las figuras más destacadas de la oposición rusa y uno de los principales críticos de Vladímir Putin. También se encuentra Ilya Yashin, condenado a ocho años por cuestionar la versión rusa de la masacre de Bucha, en marzo de 2022, la cual sostiene que los cadáveres en la calle de la ciudad ucrania fueron una “producción para los medios occidentales”. Por su parte, Oleg Orlov, copresidente de la ONG Memorial, reconocida con el Nobel de Paz en 2022, fue acusado de ser un agente extranjero tras publicar una columna de opinión crítica con el Kremlin.
El canje más reciente tuvo lugar en diciembre de 2022. Rusia intercambió entonces a la baloncestista Brittney Griner —condenada a nueve años por posesión de drogas— por el traficante de armas ruso Viktor Bout, que estaba preso en Estados Unidos. Washington buscaba incluir en el intercambio al ex infante de marina Paul Whelan, pero Moscú pidió a cambio a Vadim Krasikov, sentenciado a cadena perpetua en Alemania por asesinar a un disidente checheno. Pese a que aquella negociación no tuvo frutos —por el rechazo del Gobierno alemán— ahora ambos han quedado en libertad.
Un intercambio de tal magnitud no ocurre desde 2010, cuando Washington entregó a 10 rusos acusados de espionaje, a cambio de otros cuatro ciudadanos acusados de espiar para Estados Unidos y el Reino Unido.
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