El embarazo adolescente es un problema en República Dominicana
República Dominicana sigue luchando contra el embarazo adolescente. 23,070 jóvenes quedaron embarazadas en 2023. Una cifra que ha bajado por cuarto año consecutivo, pero que sigue siendo muy elevada para los estándares correctos de salud pública.
En 2019 se contaron 32,061 casos. Un año después, el de la pandemia, fueron 27,597. En 2021 se consiguieron mantener esas cifras, incluso bajarlas un poco. Luego, en los dos últimos años la mejora ha sido significativa: en 2022 hubo 25,489 embarazos adolescentes y el año pasado 23,070. Parece que poco a poco el asunto va mejorando, pero siguen siendo números que preocupan. Son muchas las niñas y adolescentes que pasan por el embarazo.
Diario Libre se puso en contacto con el sociólogo Joel Arboleda para comprender un poco más este problema.
«El problema es que hay una discrepancia entre la ley y las normas sociales. Aunque la ley considera a unas personas menores de edad, socialmente se asumen como adultos esos jóvenes. El problema es que una vez que una chica sale embarazada se la considera una adulta»Sociólogo
Gran problema, una solución
El embarazo adolescente significa un impedimento para el desarrollo de la mujer. Tener un hijo a una edad prematura significa una gran responsabilidad, y eso impide progresar en los estudios, la formación y el desarrollo personal.
El 38.7 % de las adolescentes entre 15 y 19 años actualmente casadas o unidas no usan ningún método anticonceptivo. Esto, sin lugar a duda, es el principal problema.
Esto se resolvería de inmediato si todas las relaciones entre adolescentes se hicieran con preservativo. Pero la forma de actuar en el país, precedida por la concienciación, no es la correcta.
Sin embargo, para Arboleda, «el embarazo significa para muchas jóvenes una vía para salir de casa, donde viven situaciones de violencia. A veces lo ven como un mecanismo de salida».
La tasa de embarazos infantiles varía por clases sociales. En los entornos con más riqueza, por ende, con mejor educación, los casos disminuyen. En los lugares más pobres, 145 de cada 1,000 adolescentes quedan embarazadas. En la clase alta, 28 de cada 1,000.
«Una chica de un nivel económico más alto tiene otros planes de futuro y otras perspectivas. Además, tiene un mayor acceso a educación sexual, anticonceptivos o mecanismos para abortar»Sociólogo
Sin embargo, la solución a este problema no tiene tanto que ver con la riqueza y la pobreza. Los métodos anticonceptivos no cuestan miles de pesos. El problema es cultural y tiene que abordarse en la educación de chicos y chicas en la juventud.
Embarazo adolescente, por provincia
La provincia con el porcentaje más alto de embarazos de este tipo en el último año fue Elías Piña, con un 25,07 %. Curiosamente, las provincias que coinciden con la frontera con Haití comparten este problema. Dejabón, con un 25,19 %; Monte Cristi, con un 23,03 %; y Pedernales, con un 22,05 %.
«Tiene que ver con la situación socioeconómica de las provincias. Esas son las provincias que son más oscuras, más pobres. Tenemos que decir la verdad, es la consecuencia de un país que lleva cincuenta años creciendo, pero con una pobreza sostenida»Sociólogo
En total, República Dominicana mostró 23,070 embarazos de adolescentes, lo que significa el 19,03 % de los embarazos. Estas cifras son muy elevadas y son motivos para preocuparse.
Otras provincias con una incidencia alta son Peravia, con 569 casos; San Cristóbal, con 1,507 casos; y La Romana, que contabilizó 781 casos.
El parto
El embarazo adolescente es delicado, pues el cuerpo de la mujer es joven, y en muchos casos poco desarrollado. Es por esto que existe un riesgo tanto para el bebé como para la madre. «Representan mayores riesgos en la salud de la madre y sus hijos», informa el Ministerio de Salud.
El año pasado, el 51,5 % de los partos fueron vía vaginal. Por otro lado, el 40,7 % fueron por cesáreas. El 7,8 % restante fueron abortos.
Los casos extremos
El inicio de la vida sexual de los jóvenes en República Dominicana, por lo general, es más adelantado que en países más desarrollados, como puede ser España u otros territorios europeos.
Esto da lugar a embarazos a edades muy tempranas. En 2023 hubo 506 nacimientos de madres de 14 años. A los 15 años esta cifra se duplica, llegando a los 1,192 nacimientos.
A los 16 años, la cifra vuelve a duplicarse: 2,252 partos, lo que significa el 12,14 % de los embarazos adolescentes.
Siguiendo con las mujeres menores de edad, las madres de 17 años fueron 3,525.
Los casos más extremos son los de aquellas chicas que fueron madres antes de los 14 años. Significan un número más reducido, pero igualmente preocupante. 122 niñas de 13 años fueron madres. 15 niñas de 12 años pasaron por un parto. 3 niñas de 11 años también lo sufrieron. Por último, una niña de 10 años tuvo que pasar por el embarazo y el parto.
«El problema es que la chica que sale embarazada pasa a ser adulta sin completar su proceso de transición de la adolescencia. Eso supone enfrentarse a retos sociales como la crianza, la tenencia de un hogar y la manutención de un niño sin estar preparadas»Sociólogo
Tal y como explica el Ministerio de Salud en su informe, «el embarazo es un disruptor del desarrollo«, por lo que todas estas niñas, además de vivir un embarazo y un parto, se desconectan de su educación, desarrollo y de su infancia.
El problema de la pedofilia
Hay un serio problema de pedofilia que se ve reflejado en los nacimientos de madres adolescentes. Tal y como se puede ver en este gráfico ofrecido por el Ministerio de Salud, sigue habiendo un número elevado de hombres mayores de edad que dejan embarazadas a niñas menores de 15 años.
El año pasado hubo 181 nacimientos causados por relaciones sexuales entre hombres de 20 a 24 años con niñas menores de 15 años.
Por otro lado, hombres de 25 a 29 años dejaron embarazadas a 51 niñas también menores de 15 años.
En la franja de los hombres de 30 a 34 años, 19 niñas quedaron embarazadas.
De los 35 a 39 años, 9 menores de 15 años sufrieron el embarazo y parto.
«Legalmente eso es un abuso, porque una menor de edad no puede consentir. Sin embargo, a veces lo ven como un mecanismo de salida, aunque no lo es»Sociólogo
República Dominicana necesita un esfuerzo mayor por parte del gobierno para concienciar a la población acerca del amor, del sexo y el embarazo. El embarazo adolescente es un «disruptor del desarrollo«, es decir, ataca a la evolución de la mujer y de todo su entorno, dándole una responsabilidad que no le pertoca. La educación sexual responsable debe transmitirse no solo en los hogares, sino también en las escuelas, para así frenar este grave problema.
«Primero tiene que haber un elemento educativo importante. En segundo lugar, tiene que haber un componente punitivo para un adulto que embarace a una adolescente»Sociólogo