Villa Tropicalia: un sector donde la gente queda atrapada en su casa
Familias del sector Villa Tropicalia, en Santo Domingo Este, han tenido que abandonar sus casas porque cuando llueve las aguas de una cañada penetran a su interior, llenándolas por completo y destruyendo todos sus ajuares.
Se trata de un sector colindante con El Tamarindo, próximo a la carretera Mella, en el kilómetro 10, donde aunque las lluvias sean escasas las viviendas se inundan. Algunas personas han tenido que subir muros en las puertas de entradas hasta por la mitad y entrar por otros lados.
El problema se debe a la obstrucción de la cañada en la parte baja. Al no poder correr por la cañada, el agua se estanca y llena la calle y las casas, indicaron residentes a Diario Libre. Muchas personas se han enfermado tanto física como mentalmente porque cuando el cielo se nubla, comienzan a recoger algunas cosas de valor.
Aurelina de la Cruz, compró una casa en la calle El Almendro, pero tuvo que abandonarla porque un niño suyo estuvo a punto de ahogarse dentro de la vivienda en un momento en que se desbordó una cañada por la obstrucción del sistema de drenaje.
Ahora vive alquilada, pagando RD$12,000, y su casa abandonada porque cada vez que llueve las aguas de la cañada cruzan por el centro de su vivienda. “Estamos desesperados, hemos ido a todas partes y no han hecho nada, ya no nos cogen los teléfonos”, dijo, indignada, la mujer.
Su vecina Sardis Pérez también padece del mismo problema; tuvo que subir la pared frontal más de un metro y aun así el agua llega a su casa en tiempos de lluvias.
En una ocasión la pared izquierda se cayó y todos los animales que tenían murieron ahogados. Indicó que en ocasiones ha tenido que sacar cantidades de lodo podrido que ha causa enfermedades a ella y a vecinos.
Miguel Méndez vive en la parte baja y afirma que en la calle Segunda la tubería está sellada porque las casas se inundan. Indicó que el alcalde Manuel Jiménez y el electo, Dío Astacio, tienen conocimiento del problema, al igual que el Ministerio de Obras Públicas y la Corporación el Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd).
Al igual que su vecina Griselda, están cansados de reclamar sin ser escuchados y de vivir con temor cada vez que llueve. Gran parte de las viviendas del lugar tienen letreros que se alquilan o venden y otras están abandonadas, mientras los propietarios han tenido que alquilar en todos lugares para no seguir expuestos a ahogarse y a perder los ajuares que tienen.