Irán calibra una respuesta contra Israel que evite una guerra abierta
La guerra en la sombra que desde hace años mantienen Israel e Irán, con ataques mutuos sin reivindicar en países como Siria, Líbano e Irak, abandonó la ambigüedad el 1 de abril cuando un bombardeo israelí mató a uno de los mandos militares más destacados de Irán en Siria, Mohammad Reza Zahedi, comandante de la Fuerza Al Quds de la Guardia Revolucionaria, y a otros seis miembros de ese cuerpo en la residencia de su embajada en Damasco. Un ataque por el que el régimen iraní ha prometido venganza. Desde entonces, la escalada entre ambos países ha sido solo verbal, con amenazas mutuas, pero que el principal aliado de Israel, Estados Unidos, se toma muy en serio. Este jueves ha llegado a Israel el jefe del Comando Central del ejército estadounidense, el general Michael Kurilla, para abordar la posibilidad de un ataque iraní en territorio israelí con su Gobierno. La única compañía europea que vuela a Teherán, Lufthansa, ha suspendido sus vuelos y, el miércoles, fuentes de la inteligencia de EE UU declararon a Bloomberg que dan por hecho que Irán atacará con misiles de alta precisión y drones a objetivos militares y gubernamentales israelíes.
Irán tiene capacidad militar para llevar a cabo ese ataque, que incluso uno de sus aliados, Rusia, parece temer. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha llamado este jueves a la “máxima contención” en Oriente Próximo. “La capacidad misilística de Irán es muy importante.[Sus misiles] han llegado a Irak y a Siria. Podría perfectamente llegar a Israel”, resalta el profesor del Centro de Estudios del Golfo de la Universidad de Qatar Luciano Zaccara.
Otra cosa es que ese ataque interese al régimen iraní. Este experto cree “muy difícil que Irán vaya a atacar directamente [a Israel] porque sabe que si lo hace y lo reivindica, la represalia israelí y de su aliado, Estados Unidos, va a ser muy grande”.
El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, publicó este miércoles sendos mensajes en su cuenta de X (antes Twitter) en los que señalaba en hebreo y en persa: “Si Irán ataca desde su propio territorio, Israel responderá y atacará en Irán”. En ambos tuits, Katz etiquetó la cuenta del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei. Poco antes, Jamenei había dicho: Israel “debe ser castigado y lo será”.
אם איראן תתקוף משטחה – ישראל תגיב ותתקוף באיראן.@khamenei_ir
— ישראל כ”ץ Israel Katz (@Israel_katz) April 10, 2024
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, también ha aludido este jueves a ese posible ataque iraní. Durante una visita a la base militar de Tel Nof, en el sur de Israel, ha afirmado que su país se prepara para escenarios (de guerra) en otras zonas, además de en Gaza: “A quien nos haga daño, le haremos daño. Estamos preparados para satisfacer todas las necesidades de seguridad del Estado de Israel, tanto defensiva como ofensivamente”, afirmó.
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El profesor Zaccara ve en todas estas diatribas “un juego de disuasión entre dos Estados que mantienen una guerra hace ya mucho tiempo. Israel ha cometido diferentes acciones, más de 40, registradas por Estados Unidos, contra intereses iraníes dentro de Irán y en otros lugares también, incluyendo el asesinato de varios científicos nucleares en su territorio e incluso en plena capital iraní”. Alude a casos como el de Mohsen Fakhrizadeh, considerado el padre del programa nuclear de Irán, asesinado en un atentado el 27 de noviembre de 2020.
Irán tiene “menos capacidad de disuasión que Israel. No tiene a EE UU detrás. Y tecnológicamente no está tan avanzado como Israel. No creo que vaya a lanzar misiles de una manera muy clara desde su territorio, porque la respuesta [israelí] va a ser también allí. Israel lo ha dejado muy claro”, asevera el experto.
La Fuerza Al Quds
Mohammad Reza Zahedi, el militar de más alto rango asesinado 1 de abril en Damasco, era el comandante de la Fuerza Al Quds (Jerusalén) de la Guardia Revolucionaria, el ejército paralelo cuyo cometido es defender al régimen islámico iraní. Esa fuerza es la ejecutora de la política regional de Irán, que ha aplicado apoyando con entrenamiento, armas y dinero a actores no estatales como el partido milicia chií Hezbolá en Líbano y los hutíes en Yemen. También respalda a Hamás, la némesis de Israel en Gaza, con quien una delegación israelí negocia una tregua en El Cairo desde este lunes. Esas negociaciones han quedado opacadas por la amenaza del ataque iraní sobre Israel.
Ese mensaje directo a la cúpula del poder en Irán que fue el asesinato de Reza Zahedi y sus compañeros de armas ha puesto seguramente en aprietos al régimen iraní, que se ve confrontado a la necesidad de responder de alguna manera para satisfacer a ese poderoso cuerpo militar. También de cara a su base de apoyo en la población, muy hostil a Israel.
“Hay razones de peso para que algunas personas en Teherán piensen que es necesario [responder al ataque de Israel], pero también creo que hay otras razones también de peso para que ese ataque no llegue a producirse. La primera es que las represalias de Israel, muy probablemente con ayuda de EE UU, serían desproporcionadas. Irán tiene más que perder que ganar con un ataque de represalia. Otra razón es que, si Irán ataca, desviará la atención de la guerra en Gaza, que es un problema para Israel. Cuanta más atención se preste a esa guerra, eso irá más en detrimento de Israel y más en beneficio de Irán”, explica por teléfono Rouzbeh Parsi, jefe del programa de Oriente Medio y Norte de África del Instituto Sueco de Asuntos Internacionales.
El régimen iraní vive además una difícil situación interna, en medio de una grave crisis económica de la que da fe el último dato oficial de inflación: el 56%. El descontento popular no ha hecho además sino aumentar a causa de la represión de las manifestaciones por la muerte bajo custodia policial de la joven Yina Mahsa Amini, acusada de llevar mal colocado el velo, en 2022. En esa represión murieron al menos 500 personas, según organizaciones iraníes de derechos humanos. Más de 22.000 fueron detenidas y hasta ahora nueve hombres han sido ahorcados. En las últimas legislativas en Irán, solo votó el 41% del censo. Lo último que parece necesitar ahora Irán es una guerra.
Rouzbeh Parsi considera que “lo más simbólicamente lógico” sería que la represalia iraní “se limitara a un ataque en un edificio diplomático israelí en algún lugar. Literalmente un ojo por ojo” , afirma.
“Si se analiza cuál de estos dos países está realmente interesado en una guerra, en este momento es Israel”, subraya este especialista. “Netanyahu necesita mantener esa olla hirviendo porque en el momento en el que las cosas se calmen, tendrá que asumir responsabilidades”, remarca Parsi. De momento, Israel ya ha conseguido que su aliado, Washington, vuelva a cerrar filas con él. Tras el ataque contra la ONG World Central Kitchen (WCK), EE UU había dado muestras de irritación hacia el Gobierno de Netanyahu. Ahora, el presidente Biden ha definido su apoyo a su aliado como “inquebrantable”.
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