La agencia nuclear de la ONU denuncia un ataque con drones contra la central de Zaporiyia
Tres drones bomba impactaron el domingo en la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania. Al menos uno de los aparatos dañó la estructura de uno de los reactores. Es el peor incidente en la central desde noviembre de 2022, según las autoridades rusas que la ocupan ilegalmente. También lo confirmó Rafael Mariano Grossi, director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). “Es una clara violación de los principios básicos para proteger la central nuclear más grande de Europa. Estos ataques irresponsables aumentan de forma significativa el riesgo de un gran accidente nuclear y deben parar inmediatamente”, advirtió Grossi en un comunicado.
El OIEA confirmó desperfectos en uno de los seis reactores: “Los daños en la unidad seis no han puesto en riesgo la seguridad nuclear, pero es un incidente grave que potencialmente puede debilitar la integridad del sistema de contención del reactor”. La central de Zaporiyia está bajo control de las fuerzas invasoras desde marzo de 2022. Rosatom, empresa estatal rusa para la energía atómica, ha acusado del ataque a Ucrania. La agencia rusa TASS añadió que uno de los drones impactó en la cantina de los trabajadores, causando tres heridos. La agencia Ria Novosti indicó que pocos minutos antes del ataque se estaba produciendo la visita de un equipo de técnicos del OIEA. Esta misión de observadores confirmó que por lo menos hubo una persona herida, en las proximidades de un vehículo militar.
Mijaíl Ulianov, representante de Moscú en el OIEA, valoró que desde noviembre de 2022 las Fuerzas Armadas Ucranias habían evitado bombardear directamente la planta. La central estuvo el 19 y el 20 de noviembre de 2022 bajo un intenso fuego de artillería que causó graves daños en las instalaciones, según denunció el OIEA. Entonces, como ahora, los dos bandos se acusaron de ser los responsables del incidente. La agencia de la ONU, igual que en el ataque de este domingo, descartó señalar a una de las partes. Moscú aceptó en septiembre de 2022 un plan de visitas regulares a la planta por parte de expertos de la agencia dirigida por Rossi. Para ello, el OIEA evita pedir a Rusia que desmilitarice Zaporiyia.
Ucrania niega el ataque
Los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio (GUR) respondieron que el bombardeo no fue responsabilidad de su ejército y que se trata de un montaje ruso. “Los ataques rusos, incluidas operaciones de falsa bandera, son tácticas criminales a las que el invasor recurre con frecuencia”, afirmó Andrii Yusov, portavoz del GUR. Yusov también recordó que Rusia ha desplegado armamento en la planta nuclear. Está confirmado que, por lo menos en 2022, la artillería rusa disparaba desde la central contra las posiciones ucranias en la otra orilla del río Dnipró. “Rusia debe retirar sus tropas de las instalaciones de la central de Zaporiyia. Solo esto permitirá a Ucrania recuperar la aplicación de todos los estándares internacionales y recuperar el control de esta infraestructura nuclear”, afirmó Yusov.
La amenaza sobre la planta de Zaporiyia ha subido en intensidad desde el pasado marzo. Una bomba ucrania impactó el 14 de marzo en el perímetro de los tanques de diésel que suministran el combustible para los generadores de electricidad en caso de emergencia, según denunció la administración rusa de la central. Las fuerzas ucranias no asumieron la autoría. Más peligrosa ha sido la interrupción este abril del suministro de electricidad a la planta a causa de los bombardeos del invasor contra el sistema energético ucranio. Ukrenergo, la empresa estatal ucrania responsable de la red eléctrica, pudo volver a poner en servicio el 6 de abril, tras días sin funcionar, una de las dos líneas de alta tensión que permiten que la central funcione y, lo más importante, que no se detenga el sistema de refrigeración de los reactores. Ukrenergo advirtió de que ya se han producido ocho interrupciones totales del suministro eléctrico en lo que va de guerra, y que se han podido solucionar a tiempo para evitar una catástrofe.
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