Rumania y Bulgaria inician una entrada parcial en el espacio Schengen por las reticencias de Austria
Rumania y Bulgaria se integrarán este domingo en el espacio Schengen, la zona de libre circulación europea, tras las reticencias de algunos miembros de la UE en los últimos años, especialmente de Austria, que aún pone trabas. Aunque el levantamiento de controles solo se hará efectivo en las fronteras aéreas y marítimas, y no en las terrestres, se trata de un hito para ambos países de Europa del Este, que se desembarazaron de sus respectivos regímenes comunistas hace más de tres décadas y entraron en la UE en 2007.
A las 00.00 (una hora menos en la España peninsular) ya se podrá acceder sin controles de pasaportes en aeropuertos y puertos internacionales, 12 años después de iniciar el proceso de ingreso a esta zona de más de 400 millones de habitantes —integrada por todos los países comunitarios, salvo Irlanda y Chipre, además de Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein— que pasará de 27 a 29 miembros. En Rumania, 17 aeropuertos y cuatro puertos se beneficiarán de la medida, mientras que en Bulgaria serán cuatro aeropuertos.
“Es un paso importante, pero no suficiente porque aún queda el problema principal: la circulación terrestre”, declaró Emil Boc, alcalde de Cluj y ex primer ministro de Rumania entre 2008 y 2012. “Los rumanos se han ganado con esfuerzo su lugar en la historia y merecen ser reconocidos por su trabajo y el respeto que los demás les deben”, prosiguió el político conservador, antes de recalcar que las autoridades “seguirán la batalla por la parte terrestre”. En la misma línea está el eurodiputado socialista, Victor Negrescu, quien espera que en Bruselas se reabra el debate en el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior en el segundo semestre del año. “Todo depende de los resultados de las elecciones legislativas de Austria”, que se celebrarán en otoño, aseguró Negrescu, exministro de Asuntos Europeos.
Austria vetó durante más de un año el ingreso de Rumania y Bulgaria en Schengen por recelar de la capacidad de ambos países para controlar la inmigración. El país centroeuropeo, que llegó a contar con el apoyo de Países Bajos, alegaba que la migración irregular aún era elevada en ambos países, especialmente en Bulgaria, como para aceptar un levantamiento de todos los controles fronterizos. Sin embargo, Bucarest y Sofía gozaron del respaldo de la Comisión Europea y de la presidencia española del Consejo de la UE, lo que llevó finalmente a Austria a cambiar el pasado diciembre de parecer
De acuerdo con lo pactado, Viena, Sofía y Bucarest iniciarán unas negociaciones para determinar cuándo se levantarán las fronteras terrestres. Las tres partes implicadas se han comprometido a fijar durante este año la fecha concreta. Durante el Congreso del Partido Popular Europeo, celebrado este mes en Bucarest, el presidente de Rumania, Klaus Iohannis, afirmó que, tras una conversación con el canciller austriaco, Karl Nehammer, se acordó “continuar el proceso de adhesión total de Rumania al espacio Schengen hasta el objetivo final”.
Cristian Pantazi, analista político y periodista de G4media.ro, considera que la adhesión parcial a Schengen es un compromiso entre las presiones diplomáticas de Rumania y sus aliados, por un lado, y la estrategia electoral del canciller Nehammer. “Para los rumanos es un pequeño paso adelante: tendrán que ganar unos minutos los que viajan en avión. Pero el gran problema sigue siendo la frontera terrestre: millones de rumanos seguirán acudiendo a las aduanas, cientos de miles de camiones estarán literalmente bloqueados durante días”, asegura Pantazi.
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“La UE debe estar unida, fuerte y próspera y esto fortalecerá aún más la seguridad en beneficio de todos nuestros ciudadanos”, escribió el jefe de Estado rumano en su cuenta de X. En cambio, el mandatario centroeuropeo rebajó claramente el entusiasmo: “La posición de Austria sigue siendo clara y sin cambios; el sistema Schengen no funciona y, por tanto, no puede ampliarse”.
Por su parte, el ministro del Interior interino de Bulgaria, Kalin Stoyanov, señaló el martes que “todos los aeropuertos internacionales de Bulgaria están completamente preparados para entrar en la zona Schengen” y que “ahora solo falta negociar la admisión terrestre”, que esperan “sea pronto”. El país balcánico, que está inmerso en una crisis política, ha registrado en lo que va de 2024 unos 6.000 intentos de cruces irregulares en sus fronteras, frente a los 21.000 en el mismo periodo del año anterior. “El refuerzo de la seguridad a lo largo de la frontera con Turquía forma parte de nuestras principales medidas para reducir la inmigración ilegal”, apuntaló Stoyanov.
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