Kenneth Roth, exdirector de Human Rights Watch: “Israel está cometiendo crímenes de guerra masivos en Gaza”
Kenneth Roth (Elmhurst, EE UU, 68 años) es un abogado y defensor de derechos humanos estadounidense que lideró durante casi tres décadas la prestigiosa organización Human Rights Watch (HRW). Apodado el padrino de los derechos humanos, bajo su mando, HRW desempeñó un papel importante en la creación del Tribunal Penal Internacional (TPI) y contribuyó a conseguir condenas por genocidio, crímenes de guerra y abusos de derechos de figuras como el serbobosnio Ratko Mladic, el liberiano Charles Taylor y el peruano Alberto Fujimori. En 2022, Roth anunció que dejaba HRW para escribir un libro y hoy es profesor en la Universidad de Princeton. A los cuatro días del inicio de la ofensiva militar de Israel en Gaza, Roth alertó de que si el Gobierno israelí respondía a los atentados de Hamás de forma parecida a como lo hizo George Bush a los atentados del 11-S pasaría, como él, de tener la simpatía mundial a ser foco de indignación.
Pregunta. ¿Cómo recibió las conclusiones de la relatora de la ONU Francesca Albanese sobre los indicios razonables de genocidio en Gaza?
Respuesta. El Tribunal Internacional de Justicia ya ha dictaminado que en Gaza se está produciendo un posible genocidio. También ha emitido un nuevo fallo esta semana porque, en contra de su resolución anterior, en la que instaba a que Israel abriera las fronteras para permitir la ayuda humanitaria, ha determinado que sigue obstruyéndola. Creo que no hay duda de que se está produciendo un posible genocidio.
P. Usted sostiene que Israel solo comprende un genocidio bajo el prisma del Holocausto.
R. La definición de genocidio consta de dos partes. Una es la comisión de determinados actos, que pueden incluir la matanza y la creación de condiciones que pongan en peligro la vida. Y esa parte se cumple claramente. La magnitud de la matanza en Gaza es comparable a otras situaciones en las que se ha constatado genocidio, como Srebrenica en Bosnia, o la matanza de los rohinyá en Myanmar. A lo que se va a reducir la [decisión] es a la intención. ¿Tienen los dirigentes israelíes la intención de destruir total o parcialmente a un grupo racial, religioso, nacional o étnico? Hay declaraciones [que dicen] que no hay civiles no implicados, y manifestaciones del Ministerio de Defensa [que afirman] que las personas sometidas al asedio en Gaza, no sólo Hamás, también los civiles, son animales humanos. Por otro lado, otros funcionarios dicen lo contrario, que se atienen al derecho internacional humanitario. A la hora de decidir qué intención es la dominante se tiende a pensar en genocidio en términos de la solución final, del Holocausto, donde los nazis mataron a todos los judíos que pudieron. Pero eso es solo un tipo. El genocidio también puede ser la intención de destruir a un grupo en parte. Y la otra forma de entenderlo sería como medio para otro fin. Creo que también es importante tener en cuenta que, aunque se hace mucho hincapié en el genocidio, en parte es porque es el crimen supremo y en parte porque fue la vía para llegar a la Corte Internacional de Justicia, no es el único crimen que importa. Israel está cometiendo crímenes de guerra masivos; está cometiendo crímenes contra la humanidad. Son horribles y no deberíamos creer que no importan solo porque puedan no constituir genocidio.
P. Pese al elevado número de víctimas civiles, Israel se escuda en que pide desalojar los lugares que ataca y en que Hamás usa a civiles como escudos humanos.
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R. Ninguna de esas defensas justifica lo que Israel está haciendo. El hecho de que esté emitiendo advertencias ignora que lo está haciendo de forma inhumana. Dice a regiones enteras que evacúen y, a veces, ha seguido bombardeando rutas de evacuación mientras está enviando a la gente a zonas de Gaza donde no hay ayuda humanitaria o hay muy poca, de modo que se enfrentan a la inanición. Israel considera la advertencia como una justificación para bombardear a cualquiera que quede pero el hecho de no seguir una advertencia no te convierte en objetivo militar. En cuanto a los escudos humanos, Israel dice constantemente que Hamás está utilizando a civiles como escudos, lo que a veces hace, y que es un crimen de guerra. Pero eso no le exime de su obligación de no atacar un objetivo militar si el daño a los civiles es desproporcionado. Hemos visto que Israel ha atacado objetivos militares con medios que están casi diseñados para causar daños masivos a civiles, como el uso de bombas enormes.
P. ¿Le parece que la insistencia de Washington en que la resolución de alto el fuego del Consejo de Seguridad no es vinculante es un arma de doble filo?
R. La Administración Biden es increíblemente cínica. En primer lugar, [la resolución] es vinculante. Biden dice que no cita el capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas, pero no es un prerrequisito. También es cínico porque Biden permitió que se aprobara la resolución para tratar de mostrar a los demócratas que está haciendo algo por Gaza, pero luego socavó su importancia al anunciar que no es vinculante. Si no importa para Israel, no importa para Hamás, que tampoco tiene que cumplirla liberando a los rehenes.
P. ¿Qué medidas llevarían a Israel a cumplir la resolución?
R. Hay dos vías para presionar a Israel, pero ambas pasan por Biden. En primer lugar, el Consejo de Seguridad podría imponerle sanciones por negarse a detener la matanza y la hambruna, pero para ello habría que superar el veto de EE UU. La segunda vía sería a través de la enorme influencia que tiene Washington, porque sigue proporcionando 3.500 millones de euros anuales en ayuda militar. Biden se niega a condicionar esa ayuda militar. Hasta que no cambie de opinión, Netanyahu no va a sentirse presionado a cambiar.
P. Egipto se encuentra en una posición cada vez más incómoda porque no quiere ser cómplice de una expulsión masiva de gazatíes hacia su territorio, pero la situación cerca de su frontera es cada vez más insostenible. ¿Cómo debería gestionarlo?
R. Egipto lleva décadas colaborando con Israel para imponer el bloqueo y crear esta situación de dependencia absoluta en Gaza. Y en la actualidad, Egipto sigue colaborando. Egipto no es el principal problema, el principal problema es que Israel inspecciona muy lenta y rigurosamente la ayuda humanitaria antes de dejarla entrar, y permite muy poca. Y Egipto es un socio en esto porque tiene la capacidad de abrir el paso fronterizo de Rafah y dejar entrar la ayuda sin impedimentos. Así que, aunque todo el mundo se centra en Israel, tenemos que reconocer que Egipto es un socio en la aplicación del asedio actual. Luego, el gobierno egipcio ha dicho, con razón, que no quiere una deportación forzosa al Sinaí. Eso sería otra Nakba, un crimen de guerra. Egipto sabe que, si la gente se fuera, Israel no los dejaría volver. Así que no quiere ser parte de eso, ni tampoco quiere el trastorno que supondría reavivar la insurgencia en el norte del Sinaí.
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