El papel crucial de la diplomacia pública y la comunicación.
En la última década se han ido sumando los ministerios de relaciones exteriores que poseen un departamento efectivo de diplomacia pública (DP) y de comunicación estratégica. Ambos elementos forman parte del mismo núcleo del soft power de política exterior. Las cancillerías que obvian la asimilación de diplomáticos y expertos en DP son disfuncionales. El propósito de estos importantes instrumentos es proteger la imagen, los intereses esenciales y la seguridad nacional de los Estados.
Un ejemplo de éxito de soft power y comunicación estratégica en nuestra región lo constituye el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de El Salvador. Pese a la oposición de reconocidos medios de comunicación locales e internacionales contra la política de Nayib Bukele, este pequeño país ha sabido dirigir -con presupuesto limitado y un reducido personal diplomático- medidas de hard power balanceado con la comunicación estratégica de la diplomacia pública. Se demuestra así, que para llevar a cabo una política exterior de primera línea, no necesariamente se requiere de grandes presupuestos. El pueblo salvadoreño ha sabido contribuir con su gobierno para ayudarse a sí mismo tanto a nivel local como internacional.
En los Estados Unidos, fuente de la diplomacia pública como nueva profesión diplomática, el Presidente Bush se dirigía el 14 de diciembre de 2006 a sus convidados durante el White House Summit on Malaria como sigue: «Nosotros también sabemos que las naciones con ciudadanos libres, saludables y prósperos, serán fuente de estabilidad, sin dar chance alguno a personas extremistas llenos de odio y terror. Haciendo el mundo con mayor esperanza, hacemos el mundo más pacífico; y ayudando a los demás, el pueblo americano se ayuda a sí mismo». En efecto, la diplomacia pública implica a la vez entender y ayudar a audiencias extranjeras para que estos colaboren con nuestra política exterior, es una rama de las relaciones internacionales que surte efectos de dos vías.
En principio, la comunicación estratégica debe tomar en cuenta lo siguiente:
a) Los fundamentos de la libertad, derechos humanos e igualdad entre los seres humanos.
b) Llegar a aquellos que comparten nuestros ideales.
c) Apoyar la democracia y sus libertades.
d) Tratar de cambiar aquellos que promueven el odio y las diferencias entre los pueblos.
La comunicación estratégica provee los medios para transmitir las iniciativas de diplomacia pública de la forma más efectiva posible. Esta última le da en cambio la forma necesaria que deben llevar los mensajes al momento de su difusión a las audiencias internacionales.