Texas, en estado de emergencia ante el segundo mayor incendio de su historia
El fuego está arrasando amplias zonas del norte de Texas y dejando imágenes dantescas en la zona del Panhandle, en el norte del Estado. Además de superficie forestal, las llamas han consumido casas, devorado coches, quemado ranchos y matado reses de ganado y han dejado ya la primera víctima mortal, una anciana de 83 años de la pequeña localidad de Stinnett. Las evacuaciones de las zonas afectadas han evitado un mayor número de muertes. Una serie de incendios declarados desde el lunes, y que se han ido extendiendo impulsados por los fuertes vientos, han quemado ya 850.000 acres de terreno (unas 344.000 hectáreas), según la actualización realizada este miércoles por los servicios forestales, en la que dice que el fuego solo está contenido en un 3%. Es el segundo mayor incendio en la historia de Texas y su gravedad ha puesto en emergencia al Estado, que ha solicitado ayuda federal.
La superficie afectada es mayor que la del Estado de Rhode Island. El siniestro está muy cerca del mayor registrado en Texas, el de East Amarillo de marzo de 2006, que calcinó 907.000 acres. Algunas imágenes de satélite apuntan a que podría incluso haberlo superado. Aquel incendio dejó 13 muertos. Aunque por ahora solo hay una víctima mortal confirmada, se teme que puedan aparecer más.
El territorio quemado ya duplica al del que ha pasado a ser tercer mayor incendio registrado, el de marzo de 1988 en Big Country. La mayor parte de los incendios más graves se producen en Texas en los meses de enero a mayo. La sequedad de los pastos tras el invierno y los fuertes vientos generan una situación de alto riesgo. A eso se unen este año temperaturas inusualmente altas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha estado recibiendo información sobre el incendio, según ha señalado la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, este miércoles. “Estamos agradecidos a los valientes bomberos y primeros intervinientes que están trabajando para proteger a las personas y salvar vidas. E instamos a todos en la zona afectada a permanecer vigilantes y prestar atención a las advertencias de los funcionarios locales, especialmente aquellos a los que se ha ordenado evacuar”.
La Administración federal está prestando ayuda a las autoridades estatales, tanto de Texas como de Oklahoma, limítrofe, que también se ha visto afectada por el fuego. El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha ordenado a la División de Gestión de Emergencias de Texas (TDEM) que despliegue recursos adicionales de respuesta a emergencias “para garantizar la seguridad de los tejanos y las comunidades afectadas”, según señaló en un comunicado. “Animo a los tejanos en las zonas afectadas a prestar atención a las orientaciones de los funcionarios locales y los primeros en responder y tomar todas las precauciones necesarias para mantener a su familia y seres queridos a salvo”. Abbott emitió una declaración de desastre para 60 condados.
El viento y los pastos secos siguen contribuyendo a la propagación del fuego que va dejando zonas de paisaje negro a su paso. El jueves bajan las temperaturas e incluso puede caer algo de lluvia, pero para el fin de semana se espera un ambiente más cálido y seco, y, por tanto, peligroso, no solo en el norte de Texas, sino también en otras zonas del Estado.
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El avance de las llamas hizo que la principal instalación que desmonta el arsenal nuclear de Estados Unidos interrumpiera sus operaciones el martes por la noche, pero el miércoles pudo abrir y trabajar con normalidad. Se trata de la planta de Pantex, al sureste de Amarillo. Es una de las instalaciones de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear. La planta ha sido el principal emplazamiento estadounidense para el montaje y desmontaje de bombas atómicas desde 1975. Produjo su última bomba nueva en 1991 y ha desmantelado miles de armas retiradas de los arsenales militares.
Evacuaciones
Mientras, los vecinos sí que han tenido que ser evacuados de zonas arrasadas por las llamas. “Hubo un momento en el que no podíamos ver nada”, dijo Greg Downey, de 57 años, describiendo su huida de las llamas mientras estas se abatían sobre su vecindario. “No pensé que saldríamos de allí”, añadió, según testimonios recogidas por AP.
El coordinador de gestión de emergencias del condado de Hemphill, Bill Kendall, describió el terreno calcinado como “un paisaje lunar”: “Simplemente, ha desaparecido”. Kendall dijo que unas 40 casas se quemaron alrededor del perímetro de la ciudad de Canadian, pero no se perdieron edificios dentro de la comunidad. Kendall también dijo que vio “cientos de cabezas de ganado solo muertas, tiradas en los campos”. Tresea Rankin grabó en vídeo su propia casa en Canadian mientras ardía. “Treinta y ocho años de recuerdos, eso es lo que estaba pensando”, dijo Rankin al ver cómo las llamas destruían su casa. “Dos de mis hijos se casaron allí. Pero no pasa nada, los recuerdos no se van”.
La pequeña ciudad de Fritch, al norte de Amarillo, perdió cientos de casas en un incendio en 2014 y parecía ser golpeada con fuerza de nuevo. El alcalde Tom Ray dijo el miércoles que se estima que entre 40 y 50 casas fueron destruidas en el extremo sur. Ray dijo que el gas natural seguía cortado para la ciudad de 2.200 habitantes. Los residentes probablemente no están “preparados para lo que van a ver si llegan a la ciudad”, dijo la portavoz de Gestión de Emergencias del Condado de Hutchinson, Deidra Thomas, en una retransmisión en directo en las redes sociales recogida también por AP. Comparó los daños con los de un tornado.
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