Condenado a cadena perpetua el cabecilla de la mayor mafia de la droga en Países Bajos
La justicia holandesa ha dictado este martes sentencia en el caso Marengo, el mayor proceso judicial de la historia de Países Bajos contra los presuntos miembros de una organización criminal con diversas ramificaciones dedicada a importar cocaína procedente de América Latina a Europa, a través también de Bélgica, España y Portugal. En la denominada por la prensa holandesa como Mocro Maffia, el principal sospechoso, Ridouan Taghi, de 47 años, holandés de origen marroquí, ha sido condenado a cadena perpetua como líder del grupo. En total, son 17 acusados de seis asesinatos, cuatro intentos de asesinato y de haber preparado al menos otros cuatro asaltos mortales.
Taghi está considerado uno de los criminales más peligrosos e influyentes de Países Bajos y personifica en cierto modo el crimen organizado en suelo holandés, que ha alcanzado un elevado poder en el país. En 2022, el Gobierno holandés tuvo que reducir los movimientos de la princesa heredera, Amalia, hasta casi confinarla en su domicilio, por amenazas de ese mismo entorno. Aunque la policía y el Ejecutivo guardaron silencio, expertos en seguridad y terrorismo consideraron “altamente probable” que el desafío proviniese de grupos criminales ligados al narcotráfico. También el primer ministro, Mark Rutte, debió aceptar mayor protección.
La sentencia de este martes reza: “Este caso es sobre una violencia despiadada y perturbadora (…) en un mundo donde la vida humana carece de valor”. Y añade: “La sociedad debe recibir la máxima protección contra él [Taghi]”. Se ha subrayado además que ninguno de los familiares de las víctimas ha tenido el valor de hablar de su dolor. Dos de los socios más cercanos de Taghi, llamados Said R. y Mario R., han recibido también cadena perpetua. Para otros tres acusados, la condena ha sido de 29, 27 y 23 años de cárcel, respectivamente. La sentencia para Nabil B., el testigo de cargo que facilitó con sus declaraciones las detenciones, es de 10 años. Las penas de los demás oscilan entre los 19 y los dos años de prisión.
Mientras se preparaba el juicio, aumentaban las amenazas contra abogados, jueces y fiscales y el Gobierno tuvo que reforzar las medidas de protección con ayuda del ejército. Uno de los asesinados fue Martin Kok, exdelincuente que había pasado varias décadas en la cárcel y tenía un sitio web donde publicaba los nombres y apellidos de otros criminales. La protección ha sido clave también durante la lectura del fallo, llevada a cabo en el complejo judicial de máxima seguridad de Ámsterdam, conocido como El Búnker. En una emisión en directo de la lectura de la sentencia, fuertemente vigilada por la policía, se ha omitido mostrar en vídeo el rostro del juez.
Oficialmente, el proceso se abrió en 2021, y Taghi fue detenido en Dubái en diciembre de 2019. A partir de 2018, sin embargo, se han cometido tres asesinatos que han conmocionado a Países Bajos. Si bien no forman parte del caso, los investigadores policiales creen que están relacionados con las declaraciones del testigo de cargo, Nabil B. Una semana después de haberse anunciado que colaboraría con la justicia a cambio de una reducción de pena, su hermano fue tiroteado en Ámsterdam. En septiembre de 2019, Derk Wiersum ―el abogado de Nabil B.―, fue abatido en plena calle en la misma ciudad. Desde el Ministerio de Justicia se calificó el crimen de “atentado contra el Estado de derecho”. La Fiscalía ofreció en ese momento una recompensa de 100.000 euros por información sobre Taghi. Este se quejó más tarde de que la cifra era “demasiado baja” y tildó a las autoridades holandesas de “calvinistas”. En el verano de 2021, murió también a tiros Peter R. de Vries, un conocido periodista de investigación que se había prestado a hablar con Nabil B. como una suerte de confidente.
Robo de coches
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Taghi llevaba varios años viviendo en Marruecos, pero, temiendo un arresto, se trasladó a Emiratos Árabes Unidos. Había llegado a Países Bajos cuando era niño con su familia, y perdió a su padre de pequeño. No logró graduarse en la escuela secundaria y emprendió una carrera delictiva robando coches, aunque tejió enseguida una red activa en el tráfico de drogas. En 2014, fue condenado a seis años de cárcel por haber importado cargamentos de cocaína y heroína. Una vez en la calle, siguió con estas actividades, según el portal Juristenblog, cuyos miembros son abogados en ejercicio.
La influencia de Taghi y su entorno ha salpicado también a un primo suyo, Youssef T. Este fue condenado a cinco años y medio de cárcel por haberle ayudado a transmitir mensajes fuera de la cárcel. Tampoco se ha librado la abogada de Taghi, una conocida penalista llamada Inez Weski. A pesar de que le había representado desde el principio, fue detenida y apartada del caso porque la policía sospecha que pasaba también información ―tal vez bajo presión― al entorno de su cliente. Esta investigación sigue su curso.
La cadena perpetua se cumple al completo en Países Bajos, y solo puede revisarse si hay circunstancias bajo las cuales el condenado nunca debió haberla recibido. O bien en caso de indulto. El término Mocro Maffia es una contracción de la expresión mafia marroquí, y se aplica a varias organizaciones delictivas compuestas por miembros de esta ascendencia, pero también por holandeses autóctonos y ciudadanos de origen antillano, turco o albanés, entre otros. Su radio de acción se ha ampliado desde 2012, cuando el robo de un cargamento de cocaína en el puerto belga de Amberes provocó un enfrentamiento entre bandas rivales.
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